Desolación en Deifontes por el vecino que acabó arrastrado por la riada
La Guardia Civil reanuda hoy el dispositivo de búsqueda del hombre, de 57 años, que fue arrastrado en su coche por la corriente cuanto iba a buscar a su mujer a la estación
"Si se salva, va a ser un milagro". César Yeguas fue uno de los testigos que presenció cómo el Seat Ibiza blanco de J.B.G., vecino de Deifontes, fue arrastrado por la crecida del río Cubillas en la noche del miércoles con su propietario dentro. Tras un día sin noticias del paradero del conductor, en la tarde de ayer su esposa presentó una denuncia por desaparición en el puesto de la Guardia Civil de Iznalloz. Hoy proseguirán las tareas de búsqueda, que se centrarán en la rambla del Prado de San Juan, donde se produjo el suceso, y en las que participarán agentes de la Sección de Rescate de Intervención en Montaña (Sereim) de la Benemérita.
Sobre lo ocurrido el miércoles noche, César Yeguas indicó que él y otros vecinos se encontraban en el puente de Deifontes, prácticamente anegado por la crecida del río, cuando un vehículo les sobrepasó con la intención de cruzar. El conductor se dirigía a la estación de autobús de Iznalloz, según explicó el alcalde, Francisco Abril, para recoger a su esposa. Ésta, al ver que su marido se retrasaba, cogió un taxi. "Le han estado llamando al móvil todo el día pero no contestaba", explicó el testigo. En la mañana de ayer, tras conocer que un vehículo de las mismas características que el de su marido había sido arrastrado por el río, la mujer presentó la denuncia ante la Guardia Civil. Inmediatamente se procedió a reiniciar la búsqueda del hombre, que había sido interrumpida por la mañana ante la falta de incidios. El rastreo se prolongó hasta las 20:00 horas, pero la lluvia y la falta de luz obligaron a posponer los trabajos a primera hora de hoy.
El alcalde de Deifontes manifestó la desolación del municipio por la desaparición de este vecino, un hombre de 57 años "muy conocido", que había vuelto hace unos diez años de Bilbao, donde había emigrado para trabajar. Sobre las posibilidades de encontrar con vida al desaparecido, Abril se mostró pesimista. "Esto ha sido inmenso". El municipio solicitará la declaración de zona catastrófica ante la magnitud de los destrozos por la lluvia que ayer noche caía de nuevo con fuerza en la localidad.
Deifontes no fue el único púnto crítico ayer, cuando se registraron en apenas tres horas un centenar de avisos al 112 por incidencias relacionadas con el temporal. Llovía sobre mojado.
En la madrugada del jueves la lluvia dejó a Deifontes totalmente incomunicado y sin agua potable, provocó el desalojo de unas 60 personas en el establecimiento de turismo rural El Caserío de la Fuente y causó daños en una decena de casas que obligaron a que unos 40 vecinos tuvieran que realojarse en casas de familiares. También hubo muchos problemas en Iznalloz, donde la gota fría dejó hasta 141,4 mm de agua.
El alcalde de esta localidad, Mariano Lorente, explicó que tres familias han tenido que alojarse en casas de familiares por filtraciones de agua en sus domicilios, situadas en el casco antiguo. La lluvia provocó la crecida del arroyo Cañada Hermosa y que la mitad del pueblo se quedara sin alumbrado la noche del miércoles al jueves. Pese a que la situación "no es catastrófica", Lorente sí valoró que los daños son "de una cierta entidad para un pueblo pequeño". Será en los próximos días cuando se conozca cuánto costará volver a la normalidad.
El mismo temporal provocó el corte de la A-44 entre los puntos kilométricos 98 y 100. El carril derecho continuó cerrado al tráfico hasta ayer tarde. La A-4000 sí se mantiene cortada entre los kilómetros 0 y el 4 en ambos sentidos, donde el agua arrancó los quitamiedos de la zona del puente, según informó la Junta. Según la DGT, la lluvia también condicionó ayer la circulación en la N-342 en la localidad de Baza.
Ayer fue el día de hacer balance de lo ocurrido y comenzar con las tareas de limpieza, a pesar de que durante la tarde llovió de nuevo con intensidad. Por la mañana visitaron la zona el subdelegado del Gobierno, Santiago Pérez, el presidente de la Diputación, Sebastián Pérez, y los delegados de Fomento y Educación, Manuel Morales y Ana Gámez.
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