La pandemia impidió la celebración del Día de la Cruz en las calles el año pasado. Sin embargo, algunos granadinos trasladaron la fiesta a sus balcones, los llenaron de cruces y el tradicional pero atravesado por unas tijeras, y lucieron vestidos de flamenca y lunares pintados. Esta vez, la tradición se lleva por fuera. El personal tomó ayer el centro de la ciudad, engalanada con farolillos, cruces y claveles rojos, para celebrar con un día de antelación las Cruces en sus bares favoritos. También hubo quien quiso enmarcar el histórico momento con un selfi frente a la cruz del Ayuntamiento; o con unas sevillanas, vestida con ese traje de flamenco que llevaba meses en el armario. Muchos aprovecharon para ver a la familia en los porches, al aire libre. La jornada soleada hasta bien entrada la tarde invitó a ello.

El patio central del Consistorio acogió ayer la lectura del pregón adaptada a las especiales circunstancias, pero con actividades creativas e imaginativas para el disfrute de los ciudadanos. El alcalde Luis Salvador agradeció "la emoción" con la que el pregonero, el historiador del arte David Rodríguez Muriel, recreó las bondades de la ciudad y ha "recargado de granadinismo a todos los asistentes". "Granada es una ciudad de tradiciones y mantenerlas vivas es un debe ser una obligación que debemos tener las corporaciones, cada año dándoles un empujoncito más para preservarlas y para cuidar de ellas", reconoció.

Un comercio hizo una cruz muy particular con zapatos de bebé y claveles

Hubo quien aprovechó para hacerse un selfi frente a la cruz del Ayuntamiento

El regidor también recordó lo vivido hace 12 meses: "Por eso, en estos tiempos tan complejos, hace un año, cuando nos cambió la vida, hicimos un esfuerzo enorme por mantener las señas de identidad de nuestro Día de la Cruz, en un equilibrio entre la salud y con la pena por quienes nos habían dejado por culpa de este virus, pero intentando llevar algo de alegría y nuestras raíces a los balcones de nuestras casas y haciendo que nuestros hijos y nietos tuviesen también presentes y vivas las tradiciones más granadinas".

Granada, la cuna de las Cruces

El pregón de Rodríguez Muriel fue un magnífico recorrido por el carácter histórico y singular de la fiesta. "Llevamos 22 siglos y con todos estos datos, nadie puede dudar que Granada es cuna, origen y patria de la Fiesta de la Cruz de Mayo", señaló el autor, quien apuntó al primer pregón, pronunciado en 1991, y al 450 aniversario que se cumple este año del nacimiento en Granada de esta celebración, coincidiendo también con los 170 años desde que la fiesta se configuró como tal para llevarse después a otros lugares de España.

El pregonero de este año, el historiador del arte David Rodríguez

Y así, el historiador del arte dedicó sus palabras a los granadinos, pero muy especialmente a Ángel Sabador, primer pregonero de la fiesta. A lo largo de 18 quintillas, -estrofa que más le gustaba a Ángel Sabador-; el autor recorre, resume y extracta los 450 años de historia de la Fiesta de la Cruz en Granada y un soneto. "Son un total de 464 versos que acompañan a la prosa y que suponen una reivindicación de la autenticidad de esta jornada, heredada de la tradición grecolatina, que tuvo ecos festivos en la Granada musulmana y que fue Granada la primera ciudad del Mundo que festejó públicamente, el 3 de mayo. Además, hace 170 años, se configuró de forma espontánea, castiza y tradicional, la Cruz como montaje artístico efímero", relató.

El texto rinde homenaje a quiénes se encargan de que las verdaderas tradiciones de la ciudad sigan tan actuales como siempre y ensalza los valores inclusivos, propios, patentados y fraternos que supone desde su origen, la Cruz de mayo en Granada. "La Fiesta de la Cruz es nuestra mejor expresión hacia los demás, de lo que somos nosotros mismos", destacó. Como todos los años, la cruz del Ayuntamiento luce desde el balcón principal del mismo. Además, este lunes partirá desde la Plaza del Carmen a las 12:00 y a las 17:00 una carroza llevará las Cruces a los distintos barrios de la ciudad.

Los más pequeños también disfrutaron del domingo previo a las Cruces