Festividad

Un Día de la Cruz de 'asomarse a la reja'... de la ventana o el balcón en Granada: la ciudad no renuncia a su tradición

  • Los granadinos se reinventan y trasladan la fiesta 'a las alturas' para mantener vivas las Cruces de Mayo

  • El ambiente en balcones y ventanas contrasta con el de las plazas desiertas que solían estar repletas durante la celebración

Vídeo: Las sevillanas por el Día de la Cruz con guantes y mascarilla en Granada / Antonio L. Juárez/Photographerssports

No hay cruz en la Plaza del Carmen que el viento o la lluvia pueda tumbar como ocurrió el pasado año. Tampoco polémica porque de la multitud de barras que había para esta jornada de fiesta, solo se mantenían dos -una en Paseo del Violón y otra en la Plaza de Jesús del Despojado- como ocurrió en 2019. No hay terrazas llenas, ni plazas repletas, ni tampoco suenan María del Monte o María Jiménez entre palmas y jaleo por el Centro, el Albaicín o el Realejo, los lugares donde siempre reinaba una de las fiestas más tradicional y con más arraigo de Granada. Lo que se respira este 3 de mayo es totalmente distinto. Pero solo a pie de calle, porque los granadinos no renuncian a su Día de la Cruz.

Ambiente en los balcones de Granada por el Día de la Cruz. Ambiente en los balcones de Granada por el Día de la Cruz.

Ambiente en los balcones de Granada por el Día de la Cruz. / Antonio L. Juárez

Siempre se había dicho que el ambiente durante las cruces estaba asegurado y aunque la imagen de la ciudad dista mucho de aquella a la que los granadinos están acostumbrados, el espíritu del niña asómate a la reja, que te tengo que decir ha cobrado más sentido que nunca. La tradición y la fiesta han vuelto a llamar a los granadinos para que se asomen a un Día de la Cruz desde las alturas. Concretamente, desde balcones y terrazas en los que las sevillanas, los lunares, los mantones y los claveles -aunque sean hechos de papel higiénico, que es la moda en estos tiempos de coronavirus- han puesto la nota de alegría a una fecha más que señalada en el calendario.

Los trajes de flamenca, aunque sea durante el paseo. Los trajes de flamenca, aunque sea durante el paseo.

Los trajes de flamenca, aunque sea durante el paseo. / Antonio L. Juárez.

Sin pregón municipal pero con muchos pregoneros para que los vecinos de enfrente (y de las redes sociales) vean el arte de mantener viva la celebración con cruces en sus balcones, las cuales incluso han podido optar a premio dentro del concurso municipal en el que han participado 302 cruces -¡una incluso desde Birmingham (Inglaterra)!- organizado por el Ayuntamiento, con el patrocinio de Cervezas Alhambra, una bebida que precisamente no ha faltado en muchos balcones, como tampoco lo han hecho las habas y las salaíllas o el bacalao. Incluso los trajes de flamenca que ha lucido más de una granaína en su balcón.

Aunque no pueda ser en la calle, la tradición es la tradición, como también lo es el bailarse unas sevillanas en Plaza de Gracia, aunque fuera con la distancia de seguridad, guantes y mascarilla en vez de traje y peineta, mientras uno salía a pasear en las horas estipuladas, en vez de haberlo hecho para visitar la cruz decorada para la ocasión. Y si uno no tenía flores para una cruz, pues se las ingeniaba para montarla con objetos cotidianos, como se vio en miles de casas de granadinos que tiraron de imaginación, manzana y tijeras, para tener una.

Los últimos rezagados ponen a punto su cruz. Los últimos rezagados ponen a punto su cruz.

Los últimos rezagados ponen a punto su cruz. / Antonio L. Juárez/Photographerssports

Obviamente son muchas cosas las que se echan de menos. Como esa ruta casi obligada por las cruces más pintorescas para "ver cómo la han decorado este año en tal sitio", el sonido de feria en el barrio de la Cruz, con su carpa, su barra, su verbena y sus atracciones de feria que siempre amenizaban la tarde (y sobre todo el cierre de edición) del 3 de mayo en la redacción este periódico que ahora, con el teletrabajo, está casi vacía.

Quizá el año que viene –así lo deseamos todos– sí vuelva a llenarse de vida esa Plaza de las Pasiegas que este domingo se preguntaba el por qué sigue desierta y tan solo ha visto a una pequeña vestida de lunares cuando antes lo hacía a cada minuto; ese Campo del Príncipe que, con o sin barra, era cada año uno de los más ambientados en esta fecha, mientras que la imagen que ofrecía este año es de una sospechosa tranquilidad.

Quizá haya que cambiar algunas cosas, pero no lo más importante: pese a todo, el granadino ha vuelto a demostrar que su fiesta y su tradición no entienden de coronavirus, aunque haya que reinventarse y mirar hacia arriba para celebrarlo. Que viva el 3 de mayo y el Día de la Cruz (también desde casa).

Una cruz en uno de los balcones de la ciudad. Una cruz en uno de los balcones de la ciudad.

Una cruz en uno de los balcones de la ciudad. / Antonio L. Juárez/Photographerssports

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios