Ejercicio práctico: rescate en montaña

Una treintena de alumnos del Centro de Estudios de Deportes de Invierno participaron ayer en Sierra Nevada en la simulación de un rescate de esquiadores tras una avalancha de nieve provocada

A. González / Granada

24 de abril 2009 - 01:00

Las posibilidades de salir con vida de una avalancha de nieve son directamente proporcionales a la rapidez de la intervención de los compañeros. Con esta máxima por bandera, 33 alumnos del Centro de Estudios de Deportes de Invierno (CEDI) se fueron ayer a Sierra Nevada a una clase práctica de rescate tras avalancha en la que participaron el Servicio de Rescate en Montaña (Sereim) de la Guardia Civil y técnicos de Cetursa.

El enunciado de la práctica instaba a los alumnos -futuros profesores de esquí- a encontrar a uno de los profesores que fue enterrado bajo un metro de nieve. "Las posibilidades de encontrar a una persona con vida después de una avalancha son mínimas, la muerte es muy rápida si no se actúa en apenas unos minutos", apuntó el director del Centro de Estudios de Deporte de Invierno, Justo Uslé, quien reconoció que es importante que los alumnos conozcan los protocolos con los que trabajan los cuerpos de seguridad en casos de este tipo.

La prueba, basada en hechos reales, comenzó temprano, en torno a la nueve y media de la mañana. Un día antes los técnicos se encargaron de provocar una avalancha de nieve controlada en la que poder enterrar a uno de los profesores. A la vista de la prueba los docentes se llevan la peor parte del ensayo. "Se les mete bajo nieve con mucho cuidado y les damos un teléfono móvil para que no se pongan nerviosos y localizarlos en caso de que no los encontremos", explicó el director del Centro de Estudios.

Los métodos para encontrar a una persona que haya sido víctima de un avalancha son diversos. Entre los más efectivos se encuentran los perros adiestrados de los cuerpos de seguridad. Ayer los animales vinieron de Ávila. Una vez que los perros determinan con su olfato el lugar donde puede yacer la persona, los estudiantes utilizan las sondas para ir pinchando con cuidado en la nieve y encontrar el cuerpo. Lo normal es que las avalanchas no sean de más de dos metros, mientras que las sondas pueden alcanzar una profundidad de hasta cuatro metros.

Hay otros métodos que facilitan considerablemente la búsqueda. Se trata de los localizadores electrónicos ARVA que deben portar todo el grupo. En caso de que uno de ellos se pierda, los compañeros reciben en sus dispositivos una frecuencia que se hace más intensa mientras más cerca estén del cuerpo.

Para que el rescate se realice con éxito son importantes otros factores: que lo haya visto mucha gente y que la cantidad de nieve arrastrada no sea muy grande. Los profesores dan otra clave: es fundamental que los esquiadores no se salgan de los lugares habilitados para la práctica del deporte.

"Todos los años nos encontramos con algún caso de este tipo y sobre todo se dan en buenos esquiadores. Ven mucha nieve y escenarios muy bonitos pero las meteorología les juega una mala pasada", relató el director del CEDI, Justo Uslé, quien apuntó una primera premisa para evitar verse envuelto en este tipo de casos. "La primera recomendación que les damos es evitar las avalanchas, para ello tienen que conocer la nieve, las orientaciones y las pendientes", argumentó el director del centro de estudios durante la clase práctica en Sierra Nevada.

Una vez encontrado el cuerpo, el simulacro de rescate siguió con la evacuación del herido en el helicóptero de la Guardia Civil. Esta vez fue un simulacro, la próxima puede ser un hecho real.

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