Fermín Camacho, una vida compartida entre la docencia universitaria y la política

La vida de Fermín Camacho Evangelista se apagó este lunes. Jurista de profesión y servidor público sin carnet. Incapaz de someterse a la lógica disciplina de un partido, no es de extrañar que se hable de él como un verso suelto. Fue concejal de Cultura del Ayuntamiento de Granada entre 1995 y 1999 bajo el mandato del popular Gabriel Díaz Berbel. En el apartado académico era catedrático de Derecho Romano, posición que desarrolló tanto en la Universidad de Córdoba como en la de Granada después. Quienes le conocieron bien aseguran que tenía una forma muy peculiar de entender la vida.

Llegó al decanato de la facultad de Derecho, tarea que compatibilizó con su función en el Consistorio de la capital. Tal es así, que su despacho de la plaza del Carmen siempre estaba abierto para sus alumnos que precisaban de él alguna explicación o aclaración sobre el temario.

A lo largo de sus sólo cuatro años como edil, él mismo entendió que su dedicación en el Ayuntamiento era algo pasajero, protagonizó decenas de anécdotas. Una de ellas el hecho de que prestara su voz para que el dragón de la Tarasca realizara exclamaciones a su paso por las céntricas calles de la capital. Otro de esos momentos que pasarán ya a la historia es el olvido que tuvo con un ciudadano chino con el que quedó en el Ayuntamiento.

"Lo citó en el salón amarillo a las nueve de la mañana. El hombre se sentó allí, eran las nueve de la noche y allí seguía. Cuando pasó la ronda de Policía Local pegó un repullo al igual que los agentes. Entonces le dieron el aviso a Fermín. Él reconoció su olvido". Así relató esta historia ayer a Granada Hoy el actual concejal de Presidencia, Contratación y Transparencia, Sebastián Pérez, por entonces también compañero en el equipo de gobierno. Este episodio marcó tanto, que en un pleno municipal, el propio Fermín tomó la palabra para contestar a un edil de la oposición y lo hizo en chino. Intervención que quedó recogida en el acta de esa sesión -ilegible para los técnicos- y en el anecdotario.

El también presidente del PP de Granada resaltó la figura de Camacho Evangelista a quien calificó como "realmente culto, ilustrado y lector empedernido". Pérez incidió en que su persona suscitaba "mucha ternura". En el seno del partido queda un recuerdo "muy grato", según reconoció Pérez, a pesar de que fue independiente. "Cumplió su ciclo y entendió que se tenía que marchar".