Rifaat Al Assad, tío del actual presidente de Siria, llegó hace más de 30 años a la Costa del Sol española con más de 300 millones de euros esquilmados de su país, una cantidad que se duplicaría con los beneficios de diversas actividades delictivas. Comenzó entonces a ocultar y blanquear esa riqueza mediante la compra de fincas, apartamentos, garajes, hoteles, negocios, coches y aviones en España. Para ello creó un intrincado mapa empresarial de cientos de sociedades pantalla, cuyo rastro lleva siempre hacia dos puntos finales: Granada Trust y Alhambra Trust. Son los dos conglomerados que la Audiencia Nacional atribuye directamente a la familia Al Assad para manejar el ingente patrimonio en España.
A primera vista el auto que acaba de dictar el magistrado José de la Mata, para procesar a gran parte de la familia Al Assad por delitos de asociación ilícita u organización criminal y blanqueo de capitales, no aclara el origen de los dos nombres que el exvicepresidente sirio eligió para gobernar su emporio económico en España. Ni siquiera hay mención a posibles negocios o propiedades en esta provincia, pues casi toda la riqueza fue a parar a la Costa del Sol.
¿Por qué bautizó así a sus cárteles la familia Al Assad? Los trusts Alhambra y Granada no son los únicos que tenía la familia para operar en países europeos, pero sí la cúspide de la pirámide del entramado que gestionaba todas las sociedades y propiedades en España, sobre todo en el sur, como sostiene la Audiencia Nacional. Es posible que el octogenario Carnicero de Hama (así es conocido Rifaat Al Assad desde la masacre que dirigió en 1982, cuando gobernaba el país junto a su hermano, padre del actual presidente, Bachar el Asad) echara mano de la historia para referirse a sus conquistas económicas en el sur de Europa con nombres referentes al último bastión árabe de Al Andalus.

Auto del juez de la Audiencia Nacional que procesa a Al Asaad
Granada y Alhambra fueron los nombres elegidos para señalar los intereses de la familia Al Assad en la península ibérica, pero al margen de este dato, poco romanticismo hay en la estructura societaria que esconden. Bajo las leyes de paraísos fiscales como las Commonwealth of the Bahamas, con administradores afincados en Gibraltar y Londres, y con la finalidad de "blanquear capitales" procedentes de "actividades delictivas", estos dos grandes trusts habrían permanecido activos durante varias décadas, según el auto del juez José de la Mata, que propone llevar a juicio al sirio Rifaat Al Assad y a otras 13 personas, entre ellas 8 de sus hijos y dos de sus esposas.
Propiedades de 695 millones, bajo Alhambra y Granada Trusts
Las primeras compras de los Assad en España se remontan a 1986, con la adquisición de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. El dinero malversado de Siria lo fue invirtiendo en inmuebles y negocios en la provincia de Málaga, especialmente en puntos estratégicos de la Costa del Sol. En la localidad de Benahavís adquirió una finca de 33 millones de metros cuadrados. La investigación judicial le atribuye en España 507 propiedades por valor de 695 millones de euros.
El juez expone que este exdirigente sirio puso en marcha una estrategia de ocultación, transformación y blanqueo de todos esos capitales ilícitos en distintos países europeos. En el caso de España, Rifaat Al Assad ha ocultado su importante patrimonio a nombre de diferentes sociedades administradas por sus 8 hijos y por dos de sus esposas, que confluyen en los trusts familiares de nombres granadinos.

Registros a propiedades de Al Asaad en Marbella ordenados por la Audiencia Nacional en 2019.
Constan correos electrónicos obtenidos tras el volcado de los ordenadores obtenidos en los registros de Marbella, en los que diversos gestores hacen referencia al entramado que ocultan Alhambra Trust y Granada Trust, con empresas de las que dependen locales, apartamentos, pubs, pizzerías y hoteles de lujo en la Costa del Sol.
De la Mata detalla el rol de cada una de estas personas dentro de la organización criminal, donde destaca el papel de los hijos y también “el apoyo determinante de legiones de asesores en todas las fases de su implementación, para la ocultación, transformación y blanqueo de todos esos capitales”. La clave del éxito durante tantos años de su estrategia criminal, según el juez, “ha sido precisamente el reparto de tareas y la perfecta coordinación entre todos los miembros de la organización: el padre y líder, Rifaat al Assad, parapetado tras todos los demás”. Esposa e hijos al frente de las sociedades y los testaferros que eran “personal de la Casa” y de la máxima confianza de la familia, como el chófer que tenía en España.
Después de analizar el papel de cada uno de los investigados, el juez concluye que reúnen los requisitos de integrantes de una organización criminal, con carácter estable en el tiempo, que se ha servido de paraísos fiscales, de instrumentos societarios y de cientos de sociedades en cascada administrados por la familia y testaferros hasta que se ha producido el bloqueo de su actividad, tanto en España como en otros países europeos.
El juez rechaza la justificación facilitada por la familia Al Assad, de que sus bienes proceden de regalos de la familia real de Arabia Saudí porque la investigación realizada por el juzgado ha acreditado que las adquisiciones inmobiliarias de la familia Al Assad no proceden de donaciones saudíes.
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