"En Granada hay mucha gente en la calle y no hay recursos sociales para atenderlos"

Esther García se implica en la lucha en pro de los Derechos Humanos, junto al resto del grupo de 120 voluntarios.

15 de noviembre 2009 - 01:00

Derecho a la libertad, a la libre circulación, a igual salario sin discriminación, a un nivel de vida adecuado, a la protección de la ley. A muchos, estas palabras les sonarán a utopía, al menos en su aplicación universal que es el modo en el que las concibió la Declaración de Derechos Humanos. Aunque no tengan rango de ley, en la Asociación Pro Derechos Humanos (APDH) se empeñan en que no queden en papel mojado y se conviertan en el eje principal para luchar por mejorar el mundo.

Consciente de que sólo suponen "una declaración de intenciones" o "una ley de mínimos", la coordinadora de APDH en Granada, Esther García, también apunta que de los derechos humanos emanan el resto de leyes que están por encima. Para la asociación, son un instrumento de transformación de conciencias y de la propia sociedad totalmente válidos.

Si se hace referencia a estos valores universales, García es tajante: "No se cumplen". Es ahí donde se hace imprescindible el trabajo de sensibilización y denuncia que llevan a cabo. "Se trata de dar a conocer situaciones injustas relacionadas con los derechos humanos y realidades que llegan hasta nosotros", explica. Tras las consignas de informar y formar a los ciudadanos, hay que actuar para que la defensa de los derechos no se convierta en algo abstracto.

Llega el turno de la denuncia social, que otras veces puede ser de tipo legal: "Visibilizar lo invisible". Aquí es muy importante que el mensaje llegue a esferas más altas en las que se concentra el poder real. Así, APDH tiene la misión añadida de incidir en el rumbo de las políticas públicas con informes periódicos que son objeto de debate incluso en el Parlamento Andaluz.

Pero ¿quién está dispuesto a embarcarse en una lucha que tiene tanto de justa como de incierto final por lo épico de su objetivo? La delegación de APDH en Granada cuenta con 120 de estos soñadores, cuya acción esta muy pegada a la realidad. Esther los define como "voluntarios militantes", ya que "no se trata sólo de repartir folletos o ir a una reunión dos horas a la semana". Sería más bien una forma de vida que se deriva de un fuerte compromiso.

Desde los 18 a los 70 años, los miembros de APDH tienen distinta formación y provienen de diferentes niveles sociales, pero "todos tenemos los mismos principios", comenta la coordinadora.

Señala que en Granada hay mucho por hacer y desde APDH centran sus esfuerzos en varias áreas de trabajo: inmigración, cárceles, prostitución, consumo responsable, educación, así como exclusión y marginación social.

Paseando por la Gran Vía o el Bulevar de Constitución no es fácil advertir este tipo de situaciones, pero García insiste en que están ahí: "en Granada hay mucha gente en la calle y no hay recursos sociales para atenderlos. Además, hace referencia a una fractura social que aumenta cada vez más creando guetos: "hay barrios olvidados, donde los colectivos desfavorecidos están siendo desplazados por la especulación inmobiliaria".

El bastión de APDH en la provincia cumplirá 20 años en 2010 y García ha estado implicada en el proyecto casi desde los comienzos. Dice que el cambio más relevante concierne al acceso a la información y la llegada de nuevas situaciones como la inmigración actual. Para avanzar en el anhelo del cumplimiento de los derechos que por ser 'humanos', son hasta ahora y con sus carencias, los únicos hechos para todas y cada una de las personas.

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