"Dos y dos no son nunca cuatro en Granada", la frase de Lorca que marcó la política municipal

Municipal

Sebastián Pérez, ahora de perfil bajo en el bipartito, la utilizó el anterior curso político para reclamar la alcaldía

El poeta la escribió en la leyenda de Don Alhambro en el primer número de la revista 'Gallo'

"Dos y dos no son nunca cuatro en Granada",  la frase de Lorca que marcó la política municipal
"Dos y dos no son nunca cuatro en Granada", la frase de Lorca que marcó la política municipal / G. H.

El inicio del curso político en la Plaza del Carmen está como el mundo entero: a la expectativa. Y no sólo por el coronavirus. A nadie se escapa que en cualquier momento puede saltar una nueva crisis. Interna o externa. Internamente sigue habiendo una presencia, la de Sebastián Pérez, que ahora está en segundo plano y en perfil bajo pero que puede volver a tambalear el bipartito. También con la oposición hay tensión. Con Vox, que fue su socio de investidura y que el bipartito ha desplazado en los presupuestos y que cada Pleno advierte al alcalde; con el PSOE, que pese al Pacto del Codo que selló para los presupuestos este año, no es un cheque en blanco y prueba de ello es la oposición diaria de los socialistas, que cargan contra la gestión de Luis Salvador, personalizando su crítica hacia él en todos los temas, algo que el regidor ya ha dicho en alguna ocasión que toma como la contienda política normal y que no le afecta. Podemos-IU consiguió el Pacto por Granada pero también los tienen molestos por habérselo cargado con el pacto de presupuestos.

Aunque el bipartito consiguió llegar a las vacaciones con el presupuesto aprobado, no hay tiempo para el descanso. El PP tiene la capacidad de gestión, Cs se acoge al peso de la Alcaldía (enmendando algunas medidas incluso de áreas del PP, como la ampliación de la zona azul, que echó para atrás en 24 horas) y la oposición les respira en el cuello.

Y eso que la gran crisis interna con Sebastián Pérez se ha acallado. Tras el terremoto que generó tras la investidura, la reclamación de la alternancia en la Alcaldía, la amenaza de romper el gobierno y su final dimisión de la presidencia del PP, en enero, el concejal ha tomado un segundo plano evidente. No ofrece apenas comparecencias de prensa (y cuando lo hace casi nunca lo dejan solo, siempre lo acompaña el alcalde u otro concejal), en los Plenos interviene una vez si lo hace y evita compartir más tiempo del necesario con otros ediles, sean del partido que sea. Incluso en su Twitter afeó la gestión de ocupación de vía pública con los carteles de los bares junto al Centro Lorca, que gestiona su compañero popular César Díaz. Y todavía está a la espera de la decisión de su partido sobre su futuro y ha rechazado ya algunas propuestas.

Hace un año, no dejaba de repetir tanto públicamente como en privado una de sus frases de cabecera: "En Granada dos y dos no son cuatro", que atribuía a Lorca. Esa frase ha sido su talismán este último año y el azote del alcalde, pues le venía al pelo para definir la situación política en la capital tras negarle su partido y Cs lo que él reclamaba de ese pacto de caballeros con Salvador: el 2+2.

Pérez, que se define como lorquiano, aseguraba que era una frase del poeta pero que no recordaba de dónde. "Creo que salía en la revista Gallo", reconoció una vez a este periódico.

¿Pero dijo Lorca realmente esa frase? Pues si. El poeta escribió no pocas críticas a la Granada de aquella época, una ciudad encerrada en sí misma, que no evolucionaba, anclada en su historia.

En un texto firmado por Federico García Lorca en el primer número de la revista Gallo y que es la leyenda de Don Alhambro, que quería fundar un periódico en la ciudad, dice Lorca: "No pudo el melancólico Don Alhambro fundar su periódico. Fué una lástima. Pero en Granada el día no tiene más que una hora inmensa, y esa hora se emplea en beber agua, girar sobre el eje del bastón y mirar el paisaje. No tuvo materialmente tiempo. La reacción y suma de esfuerzos no se realiza en esta tierra extraordinaria. Dos y dos no son nunca cuatro en Granada. Son dos y dos, siempre, sin que logren fundirse jamás".

Y eso es lo que ha pasado en el bipartito. Que son dos, sin que se fundan.

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