Obituario

El Hermano Gutiérrez ha muerto en Granada

Antonio Gutiérrez Ferrer, el último limosnero de Granada en una entrevista en 2014

Antonio Gutiérrez Ferrer, el último limosnero de Granada en una entrevista en 2014 / Maria de la Cruz / Archivo

Larga es ya la casi milagrosa historia de la Ciudad de los Niños, de los Hermanos Obreros de María. Desde el hermano Carlos que la fundó al hermano Gutiérrez que este lunes se nos ha ido, largo y penoso ha sido el recorrido. Penosos fueron los comienzos cuando el joven granadino Carlos Fernández Dorador, nacido en 1905 se empeñó en dedicar su vida a los jóvenes desamparados a los que veía deambulado sin rumbo ni futuro. Siguió sus pasos el Hermano Gutiérrez recorriendo calles, visitando amigos generosos, adentrándose en cualquier despacho u oficina, pasando sin llamar. Todos lo conocen. Era el “último limosnero” como lo calificó Andrés Cárdenas (2013).

La situación de crisis actual, la horrible incidencia de los numerosos problemas socioeconómicos pone en altísimo riesgo de exclusión social a esta población infantil y juvenil a la que hay que atender con especial interés, con sumo afecto. Ha muerto el Hermano Gutiérrez, pero en la Ciudad de los Niños que este lunes le llora sigue la vida; los allí acogidos comen todos los días, pero su principal alimento es la pedagogía del afecto con que son tratados y de la que están tan necesitados. Profesores, educadores y personal no escatiman esfuerzos y los Hermanos que rigen la institución dedican su vida entera a esta impagable empresa, haciendo buena la esperanzadora expresión cristiana “Dios dará”.

El popular Hermano Gutiérrez mantuvo durante años viva la imagen del mendicante callejero, con su paso a saltitos, recorría los pasillos, subía y bajaba; para él no había puertas; con su cálida sonrisa cambia piadosas estampas y agradecidas miradas por unos generosos euros “para la buchaca”; son “pa mis niños”, decía el Hermano que este lunes se nos ha ido. Con justicia Granada le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad de Granada.

Nuestras condolencias a los Hermanos Obreros de María, al hermano Juan su director, a sus Profesores, Educadores, personal de administración y mantenimiento e instituciones colaboradoras y a toda esa población infantil y juvenil allí acogida, que seguro tendrán mil oraciones de agradecimiento a la entrega que siempre demostró el este lunes llorado Hermano Gutiérrez. Descanse en paz. Él sí que fue un Gran Hermano.

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