Hosteleros de hoy por el turismo de Granada

Encuentros en el palacio de los patos l Juan Luis Álvarez y Luis Martín Moreno www.hospes.es // www.fuenso.com

El sector de hostelería, básico en la estructura económica de la provincia, se recupera de una crisis en el seno de su organización empresarialJuan Luis Álvarez y Luis Martín dialogan sobre las tensiones desatadas en la Federación de Hostelería

Juan Luis Álvarez y Luis Martín, en el patio del Palacio de Los Patos.
Guadalupe S. Maldonado / Granada

20 de enero 2008 - 01:00

Luis Martín. Los hoteleros estamos obligados a que lo que recibamos de la ciudad tenemos que devolvérselo. Es una simbiosis tan magnífica y tan maravillosa. Yo siempre me fijaba en vosotros como modelo. Me fijaba en los que probablemente podían representar mi proyección de futuro: teníais un gran conocimiento de la ciudad y las ideas claras.

Juan Luis Álvarez. Y, sobre todo, queríamos mucho a la ciudad. Es muy difícil, a veces, analizar desde la propia ciudad las posibilidades de promoción que tiene la ciudad. En Granada, una ciudad eminentemente cultural, hemos perdido trenes tan importantes como el Museo Thyssen. Nos hemos estado perdiendo en peleas totalmente erróneas en lugar ir a lo positivo, por ejemplo, pelear por el Museo Thyssen o por la capitalidad europea de la cultura. Iniciamos una labor turística en los años 70 y 80 con una ciudad que tenía mil camas y estamos ahora ya en 16.000. Ahora, que aquí nadie creía en eso.

L.M. Sigo admirando vuestra actitud, porque sois los que creásteis el turismo de Granada. No existiría el turismo en Granada si no hubiérais estado vosotros.

J.L.A. Yo tenía 30 años cuando se fundó la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo. En Granada existía la asociación de Hostelería y Similares. Y se encontraba en una situación exactamente igual a la de ahora, que es la que dio lugar a la fundación de la Federación. Hubo una escisión por discrepancias con el presidente de la Asociación.

L.M. Entonces, Juan Luis, coincides conmigo en que de vez en cuando una pequeña revolución es sana...

J.L.A. ...Porque clarifica para qué estamos, quiénes somos. Que por encima de las personas están las instituciones. Hay que reinventarse. Con gente que me empujaba también, como Pepe Maciá y uno de los personajes claves en el turismo de Granada, Antonio Velázquez Carmona, un gran promotor turístico, un colaborador y un maestro. Había una escisión de la asociación para derrocar al presidente. Entonces yo, desde fuera, hice un movimiento, de acuerdo con Luis Curiel, para fundar algo tan fundamental para la ciudad como una organización turística. Yo pensé, ¿no es más lógico que todo lo que tenga que ver con el turismo de la ciudad lo unamos con un fin común, que es la promoción de la ciudad y de la provincia? Con esas posibilidades únicas que tenemos.

L.M. Es impresionante. La primera vez que lo escuché yo era un crío. Y lo único que ha pasado es que el concepto se ha ido desplazando en el tiempo. Pero ahora decimos lo mismo. Tenemos lo que no tiene nadie. Pero seguimos sin saber venderlo.

J.L.A. Efectivamente. Aunque sí que es verdad que hemos avanzado mucho.

L.M. Claro. Y ahora, por la parte que me toca a mí, pelearemos para hacerlo.

J.L.A. Yo he ido a mercados donde no conocían Granada. Y Granada es un producto universal, pero el paño en el arca no se vende. Hay que salir fuera y venderla y, para eso, todavía hay que cambiar mucho los sistemas. Y por eso se fundó la Federación, con el espíritu de dar fuerza a las dos grandes asociaciones, la de hoteles y la de restaurantes. Con la fe de que después se unieran los guías de turismo, las agencias de viaje, los camping y, más tarde, las discotecas, que generaron un conflicto tremendo.

L.M. Es un conflicto tremendo hoy en día para los hoteles.

J.L.A. Siempre ha habido un conflicto tremendo con los hoteles y los restaurantes dentro de la Federación, pero porque no se han entendido bien.

L.M. ¿Porque no se han entendido o porque no se ha gestionado bien? Esa es la historia. Porque cuando hay una relación y un diálogo fluido y todos vamos a una, entonces, es magnífico. Lo que no puede ser es que nos hagamos la competencia.

J.L.A. De ahí la grandeza del tema. La idea de la Federación era unir todos los sectores, que independientemente tenían una asociación soberana. Y esas asociaciones eran las que hacían la política de la Federación. Y, luego, el consejo de la Federación se elegía para coordinar todas las acciones que fueran conjuntas. Eso al principio lo llevábamos muy bien. El presidente sólo tenía que ser eso, un mero coordinador. Pero de ahí hemos llegado a la situación actual. No voy a empezar a echar la culpa a nadie porque me parecería mezquino.

L.M. Pero hay que analizar y de verdad.

J.L.A. Aquí la situación parte de una serie de errores. Errores en los que se le indica al presidente que rectifique y el presidente no sabe rectificar. Tú sabes que los personalismos están incluso por encima de la voluntad de cada uno. Los dos somos muy amigos de Gregorio.

L.M. Y los seguiremos siendo.

J.L.A. Él tenía que tomar conciencia de que tenía que irse y no pasaba nada.

L.M. Ese cargo tiene ahí una figura muy bonita, que es la de consensuar.

J.L.A. Es que para mí, a mis 57 años y después de mi experiencia, es muy duro. Cuando tú estás haciendo una cosa porque te gusta y porque crees que es un deber tuyo ayudar a que tu ciudad sea mejor, si no lo ves valorado, es muy duro. En el caso de Gregorio, se ha cerrado de mollera. Yo creo que todos los amigos que él tiene -y estoy hablando de amigos de distintas ideologías- le hemos dicho: estos señores que te han dicho que lo has hecho mal son un tercio, un número importantísimo de la Federación que quiere que te vayas. Tienes que irte por dignidad personal. En el último consejo en el que se supone que le renovamos el respaldo, le respaldamos pero para que se marchara de la Federación.

L.M. ¿Qué tendrán los cargos que cuando te pones en ellos no hay manera de soltarlos? Cuando, además, es un puesto de honor, porque estás trabajando para tus compañeros y para tu ciudad. El problema es que estaba mal asesorado. Vamos a analizar fríamente la situación. Gregorio lleva muchos años.

J.L.A.Sí, pero entró muy mal, con una maniobra muy mala.

L.M. Pero sigo pensando que un señor que llega, que tiene representatividad en el hospedaje de Granada, le ha dado la vuelta a la tortilla.

J.L.A. Yo ya había propuesto antes a Luis Martín Arcos.

L.M. Para mi familia sería un privilegio trabajar para la ciudad. Pero yo sí que no puedo. Pero volviendo al caso de Gregorio: si tenía el informe, que lo paga la Federación, su obligación era presentarnos el informe y sentarnos a analizarlo.

J.L.A. En el consejo se votó en contra de que se hiciera público el informe hasta que no se hubiera analizado.

L.M. ¿Entonces, por qué se hace público? Se lo dije a Gregorio: fue una mala gestión por su parte. Quiso forzar una situación para que se creara una escuela y dirigirla él. Lo ha hecho mal. Tendría que haber invertido la situación. Poner la pelota en el tejado de las administraciones. Necesitamos una escuela de hostelería.

J.L.A. Es un tema tan grave que podía haberse rectificado en el mismo momentoý Él ha tenido cosas muy buenas, como la compra de la sede. Ha hecho muy buena labor. Pero se ha equivocado. Y cuando uno se equivoca hay que dimitir. Ahora viene una segunda fase, que tenemos que analizar también.

L.M. Es que no son las mismas inquietudes las que tiene el Hotel Nazaríes que las que tiene la cafetería de enfrente. Y hasta ahora en la Federación teníamos el mismo voto. Valíamos igual.

J.L.A. Pero eso ya, afortunadamente, no va a ser así.

L.M. Por eso digo que de vez en cuando una pequeña revolución es sana.

J.L.A. Ese es un aspecto que desde que me fui de la Federación se ha luchado por hacer. Ahora, con la modificación de los estatutos, se va a solucionar. Por eso ahora mismo es el momento de liderar y tú tienes una gran responsabilidad, la recomposición de la Federación. Con un gran protagonismo de los hoteles. Porque la Federación es necesaria.

L.M. Estoy de acuerdo contigo. Es el único foro legítimo para ponerse de acuerdo, porque tú sabes cuál es la vorágine de los hoteles cuando empezamos con la guerra de precios.

J.L.A. No tenemos más remedio que recomponer la Federación.

L.M. Nuestra figura es muy difícil. Tenemos que ser prudentes. La familia Martín Arcos no podemos ser presidentes.

J.L.A. No deberías. El presidente de la Federación tiene que ser un hotelero más pequeñito, pero que cuente con el apoyo de los grandes hoteles. Y tiene que ser hotelero. Antes no era necesario, pero ahora sí. Un hotelero que tenga claro lo que es la Federación: una asociación de asociaciones donde estén conectados todos los que mueven el turismo de la provincia.

L.M. Sigo pensando que es fundamental que Hospedaje esté separado. Dentro, pero independientes. Donde las reuniones de Hospedaje sean sólo nuestras.

J.L.A. Si es que eso tendría que ser así. Las asociaciones se tienen que reunir por separado y hacer su política por separado. Y a la Federación se va a discutir cosas de interés común. Es el interlocutor válido de cara a las administraciones.

L.M. Pero lo que sí es verdad es que algunas veces hay que dar una patada en la mesa y decir esto es lo que tenemos. Deberíais volver la vieja guardia.

J.L.A. El asociacionismo parte de un principio de solidaridad. Porque tú, como hotelero, no te puedes comparar ni en volumen de ventas ni en volumen de negocio ni en representatividad con la gente de los baños árabes, por poner un ejemplo. Ahí hay un principio de solidaridad.

L.M. Pero tienen una cosa en común con nosotros. Viven, tienen alma y sienten su negocio. Y hay otros muchos que no.

J.L.A. Y te he puesto ese ejemplo como te podría poner haber puesto el de los restaurantes. Los restaurantes dependemos de los hoteles. Si en esta ciudad no hubiera hoteles no vendría nadie a comer. Por eso tenemos que estar unidos. Lo que hay que hacer ahora es buscar una persona de consenso, un hotelero medio.

L.M. Juan Luis, te vuelvo a repetir que lo que hace falta es la vieja guardia. Que vuelva el espíritu que había.

J.L.A. Por eso nos duelen más las cosas y estamos más implicados en el tema, pero yo creo que lo importante es eso y que la joven guardia eche una mano.

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