Sello de excelencia María de Maeztu

El IMAG ya es unidad María de Maeztu: Por qué las matemáticas están de enhorabuena en la Universidad de Granada

  • El Instituto ha pasado de estar al borde del abismo a conseguir un hito

  • Consigue contratos y 1,8 millones de euros gracias al reconocimiento como unidad de excelencia

Arriba, de izquierda a derecha, el secretario del IMAG, Ginés López, la investigadora Laura Antequera, y el director, Joaquín Pérez. Sentados, el subdirector, José Cañizo, y la investigadora Magdalena Rodríguez.

Arriba, de izquierda a derecha, el secretario del IMAG, Ginés López, la investigadora Laura Antequera, y el director, Joaquín Pérez. Sentados, el subdirector, José Cañizo, y la investigadora Magdalena Rodríguez. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Ha sido imposible, hasta que lo consiguieron. Tras años de intentos, resoluciones desfavorables y trabajo, la Universidad de Granada ha conseguido cumplir con uno de los objetivos estratégicos marcados en el ámbito investigador. Ya tiene su primera unidad de excelencia con el sello María de Maeztu, un reconocimiento que únicamente logran los grupos investigadores más relevantes y que conlleva un buen pellizco económico y excelentes perspectivas de crecimiento. Obtener el sello supone 1,8 millones de euros en cuatro años. Y el Instituto de Matemáticas de la Universidad de Granada (IMAG) lo ha logrado.

El pasado 16 de junio el Ministerio de Ciencia hizo pública la resolución provisional con la concesión de las unidades de excelencia. Sólo la obtuvieron el IMAG de Granada y el Instituto de Ciencias del Espacio (ICE). Las otras cinco concesiones de María de Maeztu fueron renovaciones. Ese día se puso la guinda al trabajo intenso desarrollado desde la sede del Instituto de Matemáticas, en la calle Ventanilla, encajado entre López Argüeta y la calle Fuente Nueva.

“Llevábamos siete años en el tema”, resume el director del IMAG y el catedrático del Departamento de Geometría y Topología de la Universidad de Granada, Joaquín Pérez. El trabajo desarrollado en el centro ha ido el línea con lo marcado desde el Vicerrectorado de Investigación y Transferencia. El vicerrector, Enrique Herrera, siempre ha apostado por obtener uno de estos codiciados sellos se excelencia como línea estratégica, así como por la atracción de talento. Para la consecución del María de Maeztu se lanzó un programa de financiación desde la Junta para preparar a las unidades candidatas a este reconocimiento, que es de gran valor a nivel nacional y abre serias perspectivas de crecimiento.

Joaquín Pérez señala que la idea de presentar al IMAG como candidata a unidad de excelencia partió del propio centro, dado el nivel “muy bueno” de las publicaciones. El IMAG lo ha logrado y, de paso, demuestra que es posible andar un camino que ha sido árido en estos años. Cabe recordar la amargura con la que en 2017 el entonces consejero andaluz de Universidades, Antonio Ramírez de Arellano, criticó el cambio de las bases de la convocatoria, medida que dejaba sin opciones a las candidatas de Granada. Habló ante la prensa –justamente en unas declaraciones que ofreció en la entrada de la sede del IMAG– de “sesgo territorial” ante la desigualdad en el reparto de fondos. Aquello incluso motivó una carta de queja al ministro de Economía, Luis de Guindos, responsable de Ciencia en ese momento.

Sede del IMAG, en la calle Ventanilla. Sede del IMAG, en la calle Ventanilla.

Sede del IMAG, en la calle Ventanilla. / Antonio L. Juárez

Eso ya es historia y Granada tiene un Severo Ochoa –el Instituto de Astrofísica de Andalucía– y un María de Maeztu. El otorgamiento de estos sellos se gestiona a través de la Agencia Estatal de Investigación del Ministerio de Ciencia e Innovación. Se crearon en 2011 y es el mayor reconocimiento para centros y unidades de excelencia en España. Los candidatos son evaluados por expertos internacionales en un duro proceso. Y este año ha llegado el turno de que la Universidad de Granada se sacara la espinita.

El Instituto de Matemáticas de la Universidad de Granada cuenta con una vida corta, pero intensa. Su director explica que se creó en 2007. En ese año el Gobierno lanzó una convocatoria con el objetivo era crear cuatro sedes del Instituto Español de Matemáticas (IEMath). Esos cuatro nodos se eligieron entre las candidaturas presentadas. Una fue para Madrid, otra para Barcelona, la tercera para el País Vasco y la cuarta vino a Granada.Así nació el IEMath GR en 2013.

La sede fue una cesión del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el edificio que había dejado libre el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra al irse al PTS. El Gobierno pagó el acondicionamiento del edificio –operación que supuso un desembolso de un millón de euros– y se comenzó a trabajar. En 2015 el Ministerio comunicó que dejaba de financiar el Instituto. En ese momento se puso sobre la mesa cómo reconvertir el centro en instituto universitario, con financiación de la UGR. Ese paso se logró en ese mismo 2015, año en el que el IMAG ya se presentó para obtener el sello de excelencia que ahora le ha sido otorgado tras un año de trabajo.

Joaquín Pérez, director del IMAG. Joaquín Pérez, director del IMAG.

Joaquín Pérez, director del IMAG. / Antonio L. Juárez

A la par, se inició el proceso para crear junto al Instituto de Matemáticas de la Universidad de Sevilla (IMUS) un instituto interuniversitario andaluz, el Iamat, fundado en 2017 y que está a la espera de su reconocimiento por la Junta. El desarrollo de este ente lleva un camino largo. En un primer informe la Dirección de Evaluación y Acreditación de la Agencia Andaluza del Conocimiento (DEVA) se mostró desfavorable. En un segundo informe sí fue favorable, aunque apuntó reservas. La acreditación como agente del conocimiento supondría, indica Pérez, poder acceder a nuevas líneas de financiación. Ese paso, además, iría en línea del objetivo que se ha marcado el IMAG: lograr el centro de excelencia Severo Ochoa. Si el María de Maeztu conlleva 1,8 millones en cuatro años, el Severo Ochoa –pensado para grupos de investigación más grandes– duplica la cuantía hasta los 4 millones.

Para optar a ser centro Severo Ochoa el centro está obligado a dejar de depender de la UGR y adoptar la figura de instituto andaluz. “El camino natural es reconocerlo y tener entidad propia”, añade Pérez, que añade que “una empresa como ésta [en relación al sello Severo Ochoa] debe tener el paraguas de instituto andaluz”. El Iamat integra los dos institutos –el de la Hispalense y el granadino– y al colectivo de investigadores de las universidades andaluzas. Ya ha desarrollado actividades, aunque sigue a la espera de su reconocimiento.

Lo que ya está amarrado son los 1,8 millones de la María de Maeztu y el reconocimiento como unidad de excelencia. Con esa financiación, el director del IMAG adelanta que se sacarán siete plazas de investigador postdoctoral y otras cuatro de predoctoral. A esto hay que sumar las ocho plazas de predoctorales que otorga la Agencia automáticamente.

“Hay que pensar en el relevo generacional”, apostilla el catedrático de la UGR. Se colocará al nivel de los centros punteros a nivel nacional –el Icmat de Madrid, y el BCAM del País Vasco (los dos, Severo Ochoa), y el CRM catalán que ha renovado su acreditación como María de Maeztu– con el colchón de una financiación más elevada. “Si conseguimos estas cosas sin medios, ¿qué podemos hacer ahora?”.

Y lo que han conseguido hasta ahora han sido avances en cuatro líneas de trabajo: Modelling differencial equations se aplica en problemas de distintos campos del conocimiento, como la evolución de un tumor mediante las matemáticas; Geometric and physical shapes, que tiene aplicaciones tan diversas como la cosmología o la mejora de la eficiencia de objetos como las aspas de un molino; Linear and non linear infinite dimensional analysis, con desarrollos muy destacados en Big Data; y Statistics and Operational Research, línea de trabajo dedicada a la estadística, con mútiples aplicaciones.

Estas cuatro líneas se completarán, previsiblemente, con nuevas actuaciones. Una de ellas va encaminada a ser centro asociado del Banff International Research Station (BIRS), con sede en Canadá y conocido mundialmente por acoger congresos del máximo prestigio. Es tal la demanda que tiene para celebrar encuentros científicos que cuenta con centros socios en México y China. Ahora Granada madura ser otra sede de Banff. Otra línea está relacionada con la inteligencia artificial y el desarrollo del nuevo laboratorio IA Lab en el Parque Tecnológico de la Salud (PTS). El tercer camino que se propone es avanzar en la investigación entre arquitectura y matemáticas.

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