"La Iglesia cierra todos los caminos a la emancipación de la mujer"
Tamayo es partidario de sacar de las aulas la religión confesional e implantar una asignatura que aborde la religión desde una perspectiva histórica y científica
Es una de las voces más escuchadas de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII, la agrupación que publicó hace unos días un manifiesto pidiendo la dimisión del Papa Benedicto XVI. Aunque el profesor (Universidad Carlos III de Madrid) Tamayo no se amedrenta en abordar cualquier cuestión vinculada a la doctrina. Hoy habla sobre el Cristianismo e Islam: del anatema al diálogo en la Fundación Instituto Euroárabe de Educación y Formación.
-¿Cuál es la relación de la Asociación Juan XXIII con la Conferencia Episcopal?
-Ahora es inexistente. Hubo un tiempo que fueron muy beligerantes y pedían a los católicos, sobre todo a determinadas congregaciones religiosas, que no asistieran a nuestros congresos y condenaban nuestra teología. Están muy molestos porque tenemos un estatuto civil y no nos atenemos al código de derecho canónico.
-¿Y cómo se vive al margen de este órgano tan poderoso?
-Muy bien, porque la Conferencia no es el canon del cristianismo, ni el referente para una vida cristiana conforme al evangelio. Están muy alejados de la sociedad y depender de ellos sería una forma de vida irrespirable, sin libertad de expresión y en permanente minoría de edad.
-El papel de la mujer en la Iglesia... ¿hay posibilidades de que cambie?
-Con el actual pontificado no. Y con los siguientes, si reproducen la misma orientación ideológica y mantienen la misma estructura jerárquico-patriarcal, tampoco. Cuando nombraron Papa a Benedicto XVI una mujer me preguntó en una conferencia: '¿qué podemos esperar las mujeres del nuevo Papa?'. Y yo le dije: 'absolutamente nada'. Ahora me sigo reafirmando cinco años después. La actual organización de la Iglesia obliga a las mujeres a perder toda esperanza de recuperar protagonismo en la esfera del poder y del saber. La Iglesia católica cierra todos los caminos a la emancipación de la mujer. Y eso que no existen ni argumentos teológicos, ni bíblicos, ni históricos, ni pastorales que establezcan discriminación de género en los ámbitos eclesiales cristianos.
-En el estado actual del islamismo, ¿se puede ser musulmán y europeo a la vez?
-Por supuesto. En Europa hay unos 20 millones de musulmanes, un 70% de los cuales son europeos de nacimiento, de segunda y tercera generación. No es verdad ese mito de que el islam europeo mayoritario es el de la inmigración. Los musulmanes europeos están posibilitando un nuevo modelo de islam que no reproduce miméticamente los modelos de otros entornos culturales, como es el modelo árabe, africano, el subsahariano o el turco. Están construyendo un islam europeo que quiere compaginar armónicamente la fe en dios y la práctica de los pilares fundamentales del islam con las características de las sociedades modernas europeas que respetan la separación entre religión y Estado.
-Pero existe el sectarismo...
-Sí, pero está instalado en las cúpulas de la religión. Son grupos que excluyen a la mayoría porque no son pudientes.
-¿Por qué deben pasar el cristianismo y el islam del anatema al diálogo?
-Porque si seguimos con el diálogo antirreligioso el mundo fácilmente se puede convertir en un coloso en llamas. Si los 5.000 millones de creyentes siguen enfrentados correrán ríos de sangre.
-¿Es usted partidario de sacar la religión de las aulas?
-La religión confesional sí, pero para no producir analfabetos debería implantarse una asignatura que aborde la religión desde una perspectiva histórica, científica, sociológica y antropológica.
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