Aromas y sabores
  • Seguro que muchos de ustedes están pensando ya en las vacaciones de verano, y quizás uno de los destinos que están considerando sea las Islas Baleares, que recibe 87,9 millones de turistas de otras regiones de España y 13 millones de extranjeros

Islas Baleares: sol, playa, cultura, paisajes y vinos

Viñedo en la DOP Binissalem con la Sierra de Tramuntana al fondo. Viñedo en la DOP Binissalem con la Sierra de Tramuntana al fondo.

Viñedo en la DOP Binissalem con la Sierra de Tramuntana al fondo.

Escrito por

Margarita Lozano

CON este artículo me despido de ustedes, queridos lectores, aunque espero asomarme a las páginas de este periódico en alguna ocasión. Me marcho de Granada a vivir una nueva etapa personal y profesional en Mallorca. Por ello, he dedicado esta última colaboración a los vinos de este archipiélago, muy poco conocidos en la Península. La causa es que el precio se suele encarecer mucho a causa del transporte y que, todo sea dicho, los españoles somos poco dados a 'arriesgar' y probar cosas nuevas.

Seguramente los romanos fueron los primeros en importar la viña y en desarrollar su cultivo en las Islas Baleares. Ya en el siglo I a.C., Plinio citó los vinos de las Islas comparándolos con los mejores vinos de Italia.

Durante la dominación musulmana, y a pesar de las prohibiciones coránicas, la viña se siguió cultivando, incluso con los sofisticados sistemas de regadío inventados por los árabes.

Cabe destacar que en el siglo XIV, el rey y el Cabildo Catedralicio poseían en Inca sus propias bodegas, y durante los siglos XV y XVI el cultivo de la viña proporcionó empleo a casi la totalidad de los habitantes de Inca y alrededores.

Durante el siglo XVIII, la viña vivió una época de prosperidad, pasando de una producción de 88.000 hectolitros en 1777, a 335.331 hectolitros en 1802. Entre el 1830 y el 1834 se produjo un fuerte retroceso a causa de las difíciles condiciones económicas y la plaga del pulgón. En 1862 hizo su aparición la plaga de la filoxera en Francia, tierra gran productora y consumidora de vino. Por este motivo, Francia se vio obligada a la importación masiva de vinos (de España y de Italia) para poder afrontar la demanda interna. Por otro lado, y habida cuenta del buen precio y la facilidad de venta hacia el mercado francés, la viña se extendió rápidamente en las Islas Baleares alcanzándose, entre el 1865 y el 1890, el período de máximo esplendor del cultivo y de la producción de vino en las Baleares.

La filoxera, en el año 1891, dejó abatidas las viñas de las Islas causando la desaparición de la que era hasta entonces, la principal fuente de riqueza. A partir de este hecho, la viña nunca ha llegado a alcanzar la extensión que tenía anteriormente.

La repoblación de viñas se produjo lentamente, a partir de pies americanos que posteriormente fueron injertados de otras variedades vinateras. Durante la primera mitad del siglo XX la extensión de viña oscilaba entre 5.000 y 8.000 hectáreas, pero después de la Guerra Civil Española se produjo un lento retroceso en su cultivo, a causa de la necesidad de obtener otros productos agrícolas que mitigaban el hambre de la población. A finales de los ochenta del siglo XX, incentivado por subvenciones comunitarias, se inició un importante proceso de arranque de plantas viníferas.

A pesar de ello, la década de los años 90 supuso, para el panorama vinatero de las Islas, uno de sus mejores momentos, en términos no de cantidad sino de calidad. El esfuerzo de los viticultores y vinicultores por la mejora de la calidad, y el interés de los consumidores por los productos de la tierra, permitieron situar los vinos de las Islas Baleares en el lugar que les corresponde.

Las características geoclimáticas de las Islas Baleares permiten la obtención de vinos con unas características propias, reforzadas por la existencia de algunas variedades autóctonas, por lo que en 1972, se reconoce la comarca vitivinícola Balear.

Viñedos en Banyalbufar, entre el mar y la montaña. Viñedos en Banyalbufar, entre el mar y la montaña.

Viñedos en Banyalbufar, entre el mar y la montaña.

En las Islas Baleares encontramos, en general, suelos de perfil poco desarrollado y que manifiestan una influencia muy marcada de la roca madre. Son ricos en sedimentos calcáreos y areniscas silíceas rojas que dan lugar a suelos de tonos pardos o rojizos.

El clima balear es una variedad insular del clima mediterráneo. Las temperaturas son moderadas, especialmente las mínimas. Las precipitaciones medias anuales son muy heterogéneas en las diferentes épocas del año.

Las variedades de uva cultivadas son:

Tintas: Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Monastrell, Tempranillo, Pinot Noir, Fogoneu, Callet y Manto Negro (estas tres últimas autóctonas)

Blancas: Chardonnay, Moscatel, Parellada, Macabeo, Riesling, Sauvignon Blanc, y como variedades autóctonas, Moll y la Malvasía de Banyalbufar, que tradicionalmente fue usada para elaborar vinos de postre, corpulentos, ricos en extracto y muy aromáticos.

En general, predominan los vinos tintos de Cabernet Sauvignon, Merlot y Callet. Son vinos con mucho color y capa, cuya fase aromática se caracteriza por la presencia de notas de frutos rojos. En boca destaca su cuerpo, son potentes, ricos en taninos y aptos para la crianza.

Los vinos blancos monovarietales de Chardonnay y de Moscatel son de fama reconocida. Los primeros se caracterizan por su caudal aromático, con notas de frutos tropicales (piña y plátano) y en boca son frescos, amplios y con cuerpo, con un final largo y persistente. Los “Muscats” (vinos de Moscatel) se caracterizan por sus aromas florales (jazmín y violeta), y en boca son equilibrados y frescos.

En las Islas Baleares existen dos Denominaciones de Origen Protegidas: la DOP Binissalem y la DOP Pla i Llevant, ambas en la isla de Mallorca; y también seis Indicaciones Geográficas Protegidas: IGP Formentera, IGP Ibiza, IGP Illes Balears, IGP Isla de Menorca, IGP Mallorca e IGP Serra de Tramuntana-Costa Nord.

Los vinos de Mallorca son los más conocidos tanto en España como en el extranjero. Cada vez más codiciados, tanto por quienes visitan la isla como por quienes residen en ella, en un momento en el que consumir producto local es una de las tendencias que marcan los consumidores, conocer los vinos de Mallorca es imprescindible para los amantes de los buenos vinos. Aunque en la isla conviven más de 70 bodegas y cientos de marcas de vinos, no todos pertenecen a las zonas con DO, pero los de Binissalem y de Pla i Llevant son los más demandados.

Binissalem fue la primera denominación de origen de vinos en Mallorca, creada en 1990. Ocupa la parte central de la isla, a los pies de la Sierra de Tramuntana. Se calcula que aproximadamente cuenta con 140 hectáreas de viñedos.

La DO Pla i Llevant se creó en 1999. A día de hoy, ya cuenta con más de 400 hectáreas de viñedos. Su amplitud hace que abarque parte del centro y del este de Mallorca.

Durante las últimas décadas, los vinos de las Islas han adquirido unas cualidades y una personalidad reconocida. Prueba de ello son las elevadas puntuaciones conseguidas por algunos de ellos en diferentes certámenes, concursos y ferias.

Así que, si van a las Baleares y son amantes del buen vino, tienen la ocasión de degustar y disfrutar de las excelentes elaboraciones del archipiélago. Ya lo decía la canción: "Será maravilloso viajar hasta Mallorca…". El vino es una razón más.

Gracias por leer 'Aromas y Sabores' cada semana. Hasta siempre.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios