La idea estaba ahí desde hace tiempo, pero ahora el documental cobra si cabe más interés. Si hace poco, este periódico informaba de una de las última referencias audiovisuales granadinas con La cometa (una película sobre la controversia urbanística de la cuevas de San Miguel), la grata noticia es el estreno reciente de otro documental granadino titulado Limbo, la promesa olvidada y que ahonda en el conflicto del Sáhara.

La casualidad, por desgracia, ha querido que el estreno en el reciente Festival de Cine Europeo de Sevilla (SEFF) haya coincidido con la declaración de la guerra de Marruecos que devuelto la mirada informativa a aquel trozo de tierra olvidado por España y la comunidad internacional. Aunque aporta mucho valor para entender y acercarse de una forma más profunda a la complejidad de un problema político y social como el que acontece en esta zona desierto africana.

El documental está dirigido por el granadino Antonio Rodrigo, quien además es coguionista de la película junto a Ana Hidalgo. El proyecto que empezó a gestarse hace más de un año y que consiguió la financiación gracias al micromecenazgo ya ha visto la luz en Sevilla y para quienes tengan interés hay un pequeño tráiler de apenas unos minutos en el que las imágenes resumen esta historia que en palabras de los creadores en la nota promocional es "una película con la que mostrar al mundo la belleza de este pueblo, su elegancia política, su entereza humana y su ejemplo de resistencia pacífica".

En la parte que ya se conoce del documental una voz en off va narrando esas promesas olvidadas mientras se mezclan imágenes de polvo sahariano y jaimas en las wilayas o campamentos tan característicos del paisaje saharaui.

El documental está impulsado por la Asociación Nomadocs de Cine Documental y por la Asociación Sáhara Acción Granada, que unieron fuerzas en esta historia que "nace para rescatar un testimonio olvidado y silenciado". Es por ello que se exponen las dificultades y las condiciones inhóspitas a las que se enfrentan los habitantes del Sáhara sin que por ello pierdan la fe en ser 'los dueños' de una tierra que aman con fuerza y por la que median este conflicto con Marruecos.

"Desde una perspectiva humana y respetuosa, pero a la vez crítica con la realidad que supone la violación sistemática de los Derechos Humanos y el olvido de la sociedad internacional", señalan las dos asociaciones que comparten este proyecto del director Antonio Rodrigo en Limbo, la promesa olvidada brinda un espacio a la reflexión abriendo puertas a la esperanza.

Curiosamente, el documental que parte con la idea de contar una historia olvidada se topa ahora con el renacido interés por saber qué hay detrás de este conflicto y qué puede acontecer en una guerra que tiene muchas implicaciones y a muchas personas en vilo en Granada por conocidos y niños que han acogido durante numerosos veranos.

"Los saharauis huyeron de su tierra, el Sahara Occidental, hace ya tantos años que la prensa, la opinión pública y la comunidad internacional hace tiempo que los olvidó. Y así, esperando, han alcanzado las cuatro décadas bajo la sombra de sus jaimas y sus casas de barro, mientras siguen reivindicando el legítimo derecho a retornar a su tierra libre e independientes", rezaba la descripción de este documental que ahora cobra más actualidad que nunca. Toda ayuda es poca a la hora de visibilizar una lucha que simboliza otra vez más la pelea del David contra el Goliat de la geopolítica.