Malcolm Lowry, el borracho inglés
El autor de 'Bajo el volcán' destiló su vida por la Granada de los años treinta Los jardines del Generalife fueron el escenario del inicio de su relación con la actriz Jan Gabrial La experiencia granadina del autor británico se convirtió en un borrador de su obra maestra
MALCOLM Lowry (Gran Bretaña, 1909-1957) tendría hoy 105 años de no haberse ahogado en mezcal y tequila. Crearse un infierno para luego escribirlo es la definición de la vida de Malcolm en México. En la larga lista de escritores dipsómanos -Poe, Faulkner, Proust, Lord Byron y Hemingway, entre otros muchos- Lowry se lleva el oro. Suelen decir que mucho alcohol nubla el entendimiento. Pues Lowry fue un rara avis, porque gracias a su afición etílica surgió una obra maestra de la literatura como Bajo el volcán, un título que definió su propia vida.
Fue educado en la Leys School y en St. Catharine's College, en Cambridge. Siendo un joven graduado en 1931, las obsesiones gemelas del alcohol y la literatura que dominarían su vida ya tenían un puesto firme. Lowry ya había viajado bastante, había navegado al lejano Oriente, a Estados Unidos y Alemania. Después de Cambridge, vivió brevemente en Londres, donde conoció a Dylan Thomas.
En esos años, escribe su primera novela, Ultramarina (1933), y tras esta ópera prima decide viajar a España y más concretamente a Granada. Hijo del rico comerciante Arthur Osborne Lowry, educado en el seno de una familia aficionada a la ingesta de alcohol, el joven Lowry llevaba en la sangre esa perenne sed etílica. En aquel viaje español lo acompañan el matrimonio Aiken. Conrad Aiken era el protector y tutor del joven Lowry y, lo más importante, su administrador gracias a los poderes notariales que le otorgó la familia del autor ante su afición etílica. Lowry había conocido a Aiken gracias a la literatura, concretamente tras la lectura del libro The blue voyage, que impactó al joven británico.
Malcolm se alojó en el Hostal Carmona. Al autor le agradó el hostal granadino, que poseía un gran patio con un granado en el centro que le proporcionaba una buena sombra para sofocar las resacas mañaneras. Malcolm se dedicó en Granada a la consecución y mantenimiento de su habitual estado de embriaguez. La ciudad ofrecía al ilustre británico una gran cantidad de bodegas y demás espacios en los que desarrollar su actividad primordial. En las tascas y cuevas del Sacromonte descubrió el anís del mono, según Lowry mucho mejor para su paladar que la absenta, de mejor textura y efectos.
Recorría las calles de Granada con un aspecto que descubría su verdadera dedicación. No llevaba calcetines ni cordones en los zapatos porque difícilmente podría atárselos y por cinturón usaba una corbata, algo mucho más práctico y fácil de abrochar.
El escritor fue destilando por la ciudad numerosas páginas de sucesos fruto de su estado de embriaguez permanente. Debido al talante conflictivo del personaje, Conrad Aiken solicitó al gobernador civil vigilancia y protección para el ebrio visitante. De este modo, las zigzagueantes andanzas de Lowry por Granada contaron con la vigilancia 'a distancia' de una pareja de la Guardia Civil. Granada fue una ciudad que siempre quedó marcada en la embriagada memoria de Lowry gracias a que en los jardines del Generalife conoció a la que sería el gran amor de su vida, la actriz Jan Gabrial. Ella era una muchacha de Nueva York que llevaba algún tiempo vagabundeando por Europa y que había abandonado Berlín hacia principios de enero, unas semanas antes de que Hitler fuera nombrado canciller. Viajaba con la convicción de que asomarse al mundo educaría su vocación literaria. Pero su destino no iba a ser de escritora de novelas, sino de personaje en una de ellas: y no con el nombre algo fantasioso que había elegido para sí misma, Jan Gabrial, el suyo verdadero, Jeanine van der Heim, no debía de parecerle lo bastante sugestivo, sino con el que Malcolm Lowry iba a darle a una mujer en gran medida inspirada por ella en la novela que aún tardaría varios años en ponerse a escribir, Bajo el volcán: Yvonne, Yvonne Firmin.
Nombres de Granada brillan en las páginas sombrías de la novela: la Alhambra, el Generalife, un bar llamado Hollywood. Los personajes inventados, Yvonne, el cónsul Geoffrey Firmin, comparten los recuerdos de Malcolm Lowry y Gabrial, que en la mañana del 20 de mayo dieron por primera vez un paseo juntos por los jardines del Generalife. Ninguna placa recuerda los pasos de la pareja por las estancias y jardines alhambreños. Eran muy jóvenes: veintitrés años, veintiuno. Jan Gabrial anotó en su diario que a la noche siguiente, hacia las tres o las cuatro de la madrugada, Malcolm Lowry irrumpió en su cuarto de la pensión Carmona borracho perdido y se echó sobre ella diciéndole que estaba enamorado y unos segundos después se quedó quieto y aturdido, abochornado por una eyaculación precoz. Pero el primer encuentro se produjo en un tropezón por los jardines del Generalife. La actriz socorrió al escritor, quien quedó encima de ella y le narró el argumento de la novela Ultramarina. Un flechazo que acabó en matrimonio al año siguiente en París. La felicidad conyugal duró apenas un mes. Jan no podía comprender por qué si Lowry era un escritor famoso ni escribía ni ganaba dinero. Además, en el terreno de lo sexual Malcolm ya se mostraba impotente, condición agravada por el alcohol.
Después de múltiples traiciones a las que la empujó el propio Malcolm, Jan volvió a Estados Unidos en el verano de 1934 dejando al autor en París, quien regresó por unos meses a Londres para luego marcharse en el otoño a los Estados Unidos, esperando reconciliarse con Jan. En 1935 se volvieron a reconciliar en Cuernavaca, el escenario de Bajo el volcán y tras dos años de convivencia ella le pidió el divorcio. Lowry es expulsado de México y en 1939 se trasladó a Canadá y al año siguiente se casó con su segunda esposa, Margerie Bonner, una actriz y escritora.
La pareja vivió y escribió en una cabaña en la playa cercana a Dollarton en la Columbia británica. Aunque el matrimonio viajó a Europa, Estados Unidos y el Caribe, y Lowry continuó bebiendo en demasía, este parece ser un período relativamente tranquilo. Duró hasta 1954, cuando comenzó una nueva etapa nómada viajando a Nueva York y Londres. Lowry murió el 26 de junio de 1957 en la villa de Ripe, Sussex del Este, por la ingestión de alcohol y una sobredosis de antidepresivos.
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