Pasado con presente incluido

Mari Carmen Molina Garballo, pasión por las cumbres

  • Esta enfermera granadina operada dos veces de corazón ha conseguido alcanzar la cima del Aconcagua

  • Su entusiasmo por la alta montaña le ha llevado a subir dos veces al Kilimanjaro y las más prominentes elevaciones del mundo

Advierto que esta es una entrevista de aquí te pillo aquí te mato. De las de solución urgente, como el que ve de casualidad a un fontanero por la calle y consigue que vaya a su casa en un minuto a arreglarle la avería de un grifo. Resulta que voy por la Fuente de las Batallas pensando en qué persona puede tener una vida tan interesante como para traerla a esta sección dominical y me encuentro con Mari Carmen Molina, que es hija de una vieja amiga mía que se llama Alfonsa, la cual está ahora convaleciente de una operación.

Así que lo primero que hago es preguntarle por su madre. Me contesta que está mejor y que dentro de poco le podrán quitar los puntos. Allí, a pie de fuente, me cuenta que acaba de venir de Argentina, donde ha subido al Aconcagua. Le alabo su hazaña porque yo sé que todos los años miles de montañeros de todo el mundo intentan alcanzar esa cima y que sólo un diez por ciento lo consigue.

Ella me dice que era un reto que tenía y que se siente muy orgullosa de haberlo superado. Después me dice algo que hace que se me abra la espita de la curiosidad y el morbo que todos los periodistas llevamos en un recodo de nuestra alma:

-A pesar de que estoy operada dos veces del corazón, me he atrevido a hacer un siete mil.

¿Una granadina operada dos veces del corazón que es capaz de subir por una montaña de siete mil metros de altura? Esto tienen que saberlo mis lectores, me digo mentalmente. Le propongo invitarla a un café mientras me cuenta con detalle su aventura. Acepta. Así que aquí estamos, sentados tranquilamente en espera de que la tarde caiga sobre nosotros y hablando de lo canutas que las pasó para subir a la cima de la montaña más alta del continente americano.

Con su madre y hermanas Con su madre y hermanas

Con su madre y hermanas / G. H.

Antes de iniciar su relato le pregunto si piensa que le ha valido la pena arriesgar su vida para superar ese reto.

-Sí. Allí, en la montaña, me siento bien. Es el único sitio en el que me reconozco a mí misma. Soy feliz haciendo cumbres.

(Nótese que el verbo 'hacer' está muy presente en el vocabulario montañero puesto que los aficionados a esta modalidad no dicen ascender a una cumbre o subir siete mil metros, sino 'hacer cumbre' o 'hacer un siete mil').

Mari Carmen salió el día 5 de febrero y regresó el 26. Llegó a la cumbre el 18 de febrero, en el cuarenta aniversario de la muerte de su padre. Se acordó cuando estaba arriba, disfrutando del paisaje que ofrece la montaña, saboreando la satisfacción que produce saber que has culminado quizás la más importante experiencia de tu vida.

Mujer luchadora

Mari Carmen nació en Chimeneas hace 54 años. Su venida al mundo ya tuvo indicios de que aquella niña iba a ser una mujer luchadora. Al nacer, lo primero que hicieron el médico y las vecinas que atendían a la madre es llamar al cura para que bautizara urgentemente a la recién nacida.

La niña tenía espasmos muy raros y estaba morada, casi negra. Nadie daba una peseta por su vida. Incluso ya le habían preparado una caja de pasas para enterrarla. Fue el repullo que le provocó el agua fría que le echó el cura por la cabeza la que le reanimó y le hizo regresar al mundo de los vivos. Para que luego digan que no existen los milagros.

Siendo todavía bebé, el médico le diagnosticó un soplo en el corazón y le dijo a sus padres que cuando fuera un poco mayor tendría que operarse. Padecía una estenosis aórtica. La estenosis aórtica se produce cuando la válvula aórtica del corazón se estrecha.

Este estrechamiento impide que la válvula se abra por completo, lo que reduce u obstruye el flujo sanguíneo del corazón a la arteria principal del cuerpo (aorta) y hacia el resto del organismo. Esto lo sé porque lo he leído en el Google. La intervinieron quirúrgicamente a los once años en Francia, a donde sus progenitores habían emigrado porque aquí en España costaba mucho trabajo llevar todo los días un plato de lentejas a la casa.

A la muerte de su padre, su madre regresa a Granada con ella y sus dos hermanas, Alfonsa y Manoli. Mari Carmen estudia en el Colegio Sagrado Corazón de Maracena, pueblo en el que se afinca la familia. Después cursa el Bachillerato en el Instituto Iliberis de Atarfe y decide estudiar Enfermería y presentarse a unas oposiciones. De eso hace ya 32 años, los que lleva trabajando.

El grupo granadino expedicionario al Aconcagua El grupo granadino expedicionario al Aconcagua

El grupo granadino expedicionario al Aconcagua / G. H.

"He estado todos estos años en el Ruiz de Alda, como enfermera de quirófano. Ahora llevo unos días en Traumatología. Me gusta mi profesión, tanto como subir montañas", me dice con cierto tono de orgullo.

María del Carmen está lejos de conocer la cultura de la ostentación, de ser una de esas personas petulantes que se citan constantemente a sí mismos. Ella todo lo que me cuenta lo hace desde la trinchera de la modestia, como queriendo quitar importancia a lo que ha hecho.

Me cuenta que empezó a andar y subir montañas en 1997, cuando la operaron por segunda vez de su lesión cardiaca. Quien la operó fue el doctor Teodoro Moreno, el cirujano al que ella ayudaba normalmente como enfermera en sus intervenciones, por lo que sabía perfectamente cómo funciona un corazón y los riesgos que acarrea su manipulación.

-Me quise operar el 23 de octubre, después de haber cogido todas mis libranzas y mis vacaciones. Por si acaso me quedaba en la mesa de operaciones -dice, ahora en tono irónico.

Le entró la pasión por las alturas cuando realizó un tour por el Atlas marroquí. Eso fue en 2001. Un año más tarde subió al Mont Blanc y en 2013 viajó a Kenia y Tanzania para subir al Kilimanjaro, que tiene casi 6.000 metros. En su vida ya se había impuesto como norma dedicar sus vacaciones laborales a practicar lo que se llama la alta montaña.

Le entró la pasión por las alturas cuando realizó un tour por el Atlas marroquí en 2001

Intentar conducir su cuerpo a aquellos sitios que su mente soñaba. Así que en 2004 subió al Elbrus, que está en Rusia, y en 2005 hizo el tour de los Annapurnas. Los años siguientes los dedicó a practicar el trekking por las Torres del Paine, por el norte de la Patagonia, por el desierto del Wadi Rum y por Nueva Zelanda.

En 2016 volvió a subir al Kilimanjaro y un año más tarde fue al Everest, pero sólo llegó al campamento base.

-El 25 de diciembre de 2017 le propuse a dos amigos ir a Argentina para escalar el Aconcagua. Yo quería dar un paso más en mi experiencia montañera. Y aceptaron. Así que los últimos catorce meses los pasamos planeando el viaje.

Preparación

Mari Camen Molina y sus dos amigos, Nuria Victoria Muñoz y Francisco Navarro, volaron hacia la ciudad Argentina de Mendoza el 5de febrero. Mari Carmen me cuenta que después de tantos meses preparando la aventura, se le olvidó en Maracena parte del material que exigen para realizar la subida, por lo que en la ciudad argentina de Mendoza tuvo que comprar una colchoneta, un saco de dormir y algunos otros utensilios que había en la bolsa olvidada.

-A estos sitios debes ir muy preparado porque las condiciones climatológicas son extremas. Cuando llegué a la cumbre estábamos a veinticuatro grados bajo cero. Llevaba encima tres pantalones, cuatro camisetas térmicas, una chaqueta sintética y el plumón. No pasé frío en el cuerpo pero sí en la cara y en las manos, que se me quedaron congeladas a pesar de lo guantes.

Grupo de montañeros al iniciar la escalada. Grupo de montañeros al iniciar la escalada.

Grupo de montañeros al iniciar la escalada.

A la expedición granadina se sumaron otros aficionados al montañismo: un hongkonés, un australiano, un argentino y un finlandés. En total, siete. Con ellos iban dos guías que pone a disposición de los clientes la agencia con la que contratan el viaje. De ellos solo la granadina y el hongkonés llegaron, los demás fueron abandonando conforme pasaban los días.

-Yo misma estuve a punto de dejarlo cuando solo me faltaban cien metros. Me senté en una roca y me dije que ya estaba bien. Estaba cansadísima. Pero ese pensamiento me duró un minuto. ¿Cómo iba a dejarlo cuando estaba tan cerca? Hice un último esfuerzo y llegué.

La montañera granadina me explica que lo más importante para subir es la actitud y la disciplina. La actitud de alguien que espera superarse a sí mismo y la disciplina necesaria para impedir que por algo previsto todo se vaya al garete.

La montañera explica que lo más importante para subir es la actitud y la disciplina

Mari Carmen dice que a medida que se asciende la presión atmosférica va disminuyendo, por lo que la cantidad de oxígeno que una persona ingresa a su organismo en una inspiración, es menor. La disminución de presión atmosférica a medida que se asciende en altura es una traba a la oxigenación celular del organismo, lo que genera lo que llaman hipoxia.

-Es muy importante la aclimatación. Por eso te recomiendan que algunos tramos los hagas dos veces y que tu cuerpo se vaya adaptando a la altura. Luego hay que beber cuatro o cinco litros de agua diarios. Eso es importante para evitar la deshidratación. Muchos de los que abandonan es por este motivo. Yo llevaba a rajatabla las recomendaciones, aunque el último día, el que llegué a la cumbre, tomé solo un litro de agua y dos barritas energéticas, no me entraba nada en el cuerpo. Tampoco descuidaba mi medicación, todos los días me tomaba mi pastilla de sintrom, que como sabes es un anticoagulante que necesitamos todos los intervenidos del corazón. 

Un negocio

A la vez que apuramos el café apuramos la conversación. Mari Carmen tiene una sonrisa con la que cultiva la placidez y sus palabras ofrecen datos que al interlocutor puede darle una idea de lo que es enfrentarte al reto de subir una montaña de casi siete mil metros.

En el Campamento de la Plaza de Mulas En el Campamento de la Plaza de Mulas

En el Campamento de la Plaza de Mulas / G. H.

Me cuenta, por ejemplo, que hay que atravesar un enorme desierto llamado Playa Ancha, que los tres primeros días duermes en domos pero después en tiendas de campaña que tienes que portear, que se te hincha el cuerpo y la cara cuando bajas, que hay pendientes que son inhumanas, que a veces tienes que luchar con un vientos inmisericordes y utilizar los crampones en la nieve… Y en el apartado más doméstico y escatológico, que las heces y deposiciones de los montañeros se acumulan en una enorme cuba que es retirada diariamente por un helicóptero.

-Aquello no deja de ser un negocio que da de vivir a mucha gente. Además de lo que te pide la agencia con la que contratas el viaje, salen siempre otros gastos que no están incluidos. ¿Sabes cuánto cuesta la entrada al parque en el que está el Aconcagua? Casi 600 dólares en temporada baja. En temporada alta más de ochocientos. Ducharte con agua caliente te cuesta 10 dólares en los campamentos por los que pasas. Y si se te olvida algún material, allí lo pagas a precio del oro. Yo no he echado cuentas pero sale por un pastón.

-Una duda Mari Carmen… ¿tu cardiólogo no te echa la bronca por hacer estos esfuerzos?

-Tengo un truco. Hay que buscar un cardiólogo que te entienda y yo lo he encontrado. Se llama Rocío García y más que mi cardióloga es mi amiga.

-A lo mejor algún día nos encontramos y me dices que vienes de subir el Everest.

-No. Ya no sufro más. ¿Sabes lo que dice mi madre? Que prefiere que haga turismo sexual a que suba montañas, que eso es para las cabras, jajajajaja.

 

 

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