Miranda, las obras y los obreros

El primer chiste de José María Miranda en Ideal fue en mayo de 1932. El 4 de febrero de 2011 se cumplió el 40 aniversario de la muerte del popular humorista granadino de Guadix. ¿Quién se acordó?

Las más de 10.000 caricaturas que fue publicando día a día entre viñetas y anuncios publicitarios, a través de las páginas de Granada Gráfica, Reflejos, Hoja del Lunes e Ideal, fueron como una radiografía de la Granada de entre los años 30 y los 80.

Goza Granada de buenos humoristas pasados y presentes; ingeniosos con la letra y muy hábiles con el dibujo; basta abrir las páginas de nuestra prensa actual o recordar los casos de Tovar, López Sancho, López Rubio o Párrizas. El ingenio de Miki y Duarte, Soria, Mesamadero, Martín Morales está ya plenamente contrastado. Ni son los únicos, ni caben todos.

Miranda respondía más a un tipo de humor conservador, afincado en su tiempo, observador crítico, sin demasiados compromisos intelectuales, provocador de sonrisas, nunca carcajadas, y al que se le consentían ciertas libertades para arañar sin herir en una España difícil para la libertad de expresión.

El estudio de estas viñetas y caricaturas nos dan una auténtica lección de sociología: personajes, pintoresquismo granadino, costumbres, paisaje, modas, indumentaria, mobiliario urbano y doméstico, instrumentos, adornos, abalorios, utilización del lenguaje de doble sentido, intencionadas deformaciones ortográficas, etc., que son auténticas fotografías de la vida cotidiana y magníficas fuentes de información para el estudioso.

Obras y obreros

Miranda tocaba todos los temas; salvo los intocables, claro. Lo políticamente incorrecto era políticamente incorrecto. Y parece que esa precaución llega desgraciadamente hasta hoy, a pesar de la libertad de prensa.

Hemos seleccionado aquí algunas de sus más ingeniosas ocurrencias sobre los obreros y las obras de la ciudad de Granada que tan de moda han estado siempre para martirio de los ciudadanos, aunque algunas se agradezcan después. Los baches del Zaidín y La Chana, zanjas y barro en el Camino de Ronda, basura callejera, etc. Además de sus temas preferidos: el fútbol y los toros con sus típicos personajes, mas el gato y la mosca. Nada se le escapó. Pero aquí no cabe todo.

Precisamente el primer chiste de Miranda en Ideal aludía al paro obrero y no hubiera desentonado en la actualidad, 80 años después. Lo tituló Nota Cómica. El pueblo grita: -¡Queremos pan y trabajo!; el Alcalde contesta: -¡Pues buscaos el pan que ya tenéis trabajo!

Quizás el más llamativo, por lo que tiene de rabiosa y ruidosa actualidad, sea aquél que Miranda tituló Obras. Dos paisanos, a la vista de una Granada levantada a pico y pala, comentan junto a una valla: -¡Qué bonita es Granada! -Sí, cuando la terminen.

La desgraciada desaparición de los tranvías no pasó lógicamente desapercibida y en un gracioso juego de palabras, la castiza granaína, en tono de amenaza, le dice a su novio que trabaja levantando las vías: -¡Me estás quitando la vía!

Una de las profesiones de más bajo nivel entonces era la de barrendero. Estos pobres trabajadores de la vía pública eran, junto a los carteros, los que pasaban de casa en casa pidiendo el aguinaldo en Navidad. Miranda vio así a dos de ellos atendidos por una vecina en la puerta de la casa: -Tomad, este durillo para el pavo; -¡Será de plástico!, contesta el desarrapado barrendero con una cara que clama al cielo.

Pero peor era la de basurero; los pestilentes carros cargados de basura atravesaban la ciudad. El guía muestra a los turistas la fachada del Corral del Carbón tapándose la nariz. Todo un documento de la desgraciada situación.

Sirva este brevísimo recuerdo de Miranda en el 40 aniversario de su muerte y dediquémosle por lo menos una sonrisa.