Festividad de la Virgen de las Angustias

Ernesto Marín y El Moli, triunfadores de la novillada en Granada

Ernesto Marín y El Moli, triunfadores de la novillada en Granada

Ernesto Marín y El Moli, triunfadores de la novillada en Granada

Nueva Plaza de Toros de Granada. Novillada de la Miniferia con motivo de la festividad de la Virgen de las Angustias, presidida por doña Ana Belén Álvarez Abuín, actuando como asesor Cagancho. Domingo 27 de Septiembre de 2020. Floja entrada, tarde soledada, buena temperatura. Toreros: el rejoneador José Velasco, palmas con petición; los novilleros Ernesto Marín,dos orejas; Pablo Maldonado, una oreja tras aviso; Javier Ortega, una oreja; José Anaya, saludo desde el tercio tras dos avisos; y El Moli de Ronda, dos orejas. Ganadería: se lidiaron seis novillos de la ganadería de Fermín Bohórquez. Flojos en general, salvo el sexto y último que fue un buen novillo.

 Con la novillada sin picar finalizan los festejos taurinos programados con motivo de la festividad de la Virgen de las Angustias en Granada, un espacio taurino que había desaparecido, pero dadas las circunstancias de la suspensión del ciclo del Corpus, y la apuesta atrevida del empresario granadino El Guajareño, ha vuelto a renacer y, esperemos, sea para quedarse tanto los festejos como el empresario.

Hubo de todo en la Nueva Plaza de Toros de Granada, pero el denominador común fue las ganas de agradar de los seis participantes, la ilusión por ser figuras del toreo, y también el ánimo que estos jóvenes ofrecen a la grada en busca de, entre todos, poner a la fiesta de los toros en el lugar que merece.

Destacaron los novilleros Ernesto Marín de Cájar y el Moli de Ronda, cada uno con su estilo, haciendo cosas distintas delante de la cara de los novillos, que al primero no le ayudó, no así a Moli de Ronda, que tuvo la suerte de enfrentarse a un excelente oponente.

El rejoneador de Loja, José Velasco, no tuvo suerte al clavar los castigos, pero sí demostró un perfecto control de la doma de sus caballos.

Ernesto Marín, que recibió a puerta gallola, manejó bien tanto el capote como la muleta, comenzando la faena de rodillas junto a la Puerta Grande, ofreció dos buenas tandas en redondo, hasta el novillo perdió toda la fuerza, desde ese momento, el de Cájar, tuvo que hacerlo todo, poniéndose en novillero y dándose un arreón de valor.

Pablo Maldonado de la Escuela Taurina de Motril,  tuvo que luchar mucho para que el novillo no le tocara las telas, además de intentar acompasar el desproporcionado tranco del novillo, estando más aseado toreando al natural.

Javier Ortega, de la Escuela Taurina de Atarfe, estuvo muy decido, con mucha valentía y exposición, destacando al final de la faena con unos circulares junto a tablas, que gustaron mucho a la grada.

José Anaya, de la Escuela Taurina de Granada, tuvo en suerte un manso de solemnidad, a pesar de ello consiguió en algunos momentos meter al novillo en la muleta, sobre todo por el pitón izquierdo, aunque gran parte de la faena la hizo por el otro. No tuvo suerte con la espada y se alargó demasiado la faena.

Es de recibo agradecer al novillero Moli de Ronda, la singularidad en las formas de su faena, recibiendo a puerta gallola con el capote de paseo y sin cambiarlo dar dos largas cambiadas junto a tablas, y también entrar a matar al descubierto, dejando la muleta en el suelo.

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