Obituario

Muere Vicente González Barberán, el sabio que descubrió la guerra más larga del mundo

González Barberán (izq) enseña al embajador danés el pueblo de Huéscar tras tener conocimiento de la guerra.

González Barberán (izq) enseña al embajador danés el pueblo de Huéscar tras tener conocimiento de la guerra. / Archivo

Vicente González Barberán ha fallecido en Granada a los 92 años de edad, dejando tras de sí una vida y un legado difícil de igualar. Un legado que a buen seguro dan fe sus familiares y amigos que lo conocieron y que ha llevado a su querida Huéscar a decretar tres días de luto por su pérdida. 

Aunque nacido en Murcia, González estudió la enseñanza primaria en la Escuela Nacional de Huéscar, con examen de ingreso en el Instituto Padre Suárez de Granada. El Bachillerato lo realiza en los Jesuitas de Sevilla, siendo premio extraordinario de Examen de Estado en dicha Universidad. Posteriormente, se licencia en Filosofía y Letras (rama de Filosofía Pura) realizando el doctorado en la Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Würzburg (Alemania) en 1961. Fue profesor en la Facultad de Filosofía y Letras, cátedra de Filosofía, así como en la Escuela de Formación del Profesorado, de Sevilla. Asimismo es diplomado en Estudios Americanos por la Universidad Hispanoamericana de La Rábida (Huelva).

Toda esa sabiduría y experiencia la puso en marcha cuando fue consejero provincial de Bellas Artes y después delegado del Ministerio de Cultura en Granada, bajo el primer mandato democrático de España, con el gobierno de UCD.

Ese fue un tiempo que dedicó a constatar que tenemos más patrimonio arquitectónico que el que creíamos tener. Él fue el que hizo los expedientes necesarios para que fueran catalogados monumentos nacionales muchos de los edificios con más solera de nuestra provincia: el castillo de Orce, Santa María la Mayor de Huéscar, los Baños Árabes de Baza, Castril como paisaje pintoresco… Descubrió archivos históricos, encontró documentos importantes, diseñó escudos de pueblos que no tenían y, en general, trabajó para que hoy día seamos todos un poco más atentos con lo que tenemos.

Pero sin duda, una de sus aportaciones más importantes al mundo cultural granadino fue el descubrimiento de que Huéscar le había declarado la guerra a Dinamarca en 1809 y que aún no se había sellado la paz. Por lo visto durante la Guerra de la Independencia la Junta Suprema, organismo que gobernaba el país durante la ocupación napoleónica, cortó todas las relaciones con Dinamarca, país que ayudaba a los franceses. Cuando la noticia llegó a Huéscar, el ayuntamiento declaró solemnemente la guerra a Dinamarca. Ocurrió el 11 de noviembre de 1809. Tras la derrota de Napoleón y el regreso de Fernando VII, los habitantes de Huéscar olvidaron que estaban en guerra, mientras que en el norte de Europa ignoraban la existencia de la contienda.

El asunto quedó enterrado hasta que en agosto de 1981 Vicente descubrió en los archivos municipales el documento original de la declaración de guerra. El hallazgo saltó a los medios locales y llegó a oídos del corresponsal de la televisión danesa que le dio cobertura informativa en su país. La noticia de que un pequeño pueblo de Granada les había declarado la guerra casi 172 años atrás ocupó un gran espacio en la prensa danesa y fue fuente de todo tipo de bromas y chascarrillos. Para tratar de solucionar ese conflicto diplomático, el ayuntamiento celebró un pleno en el que aprobó iniciar las negociaciones de paz, mientras que el embajador danés obtuvo la autorización para firmar un tratado de paz con los representantes huesquerinos. Así, el 11 de noviembre de 1981 los representantes de Huéscar y Dinamarca firmaron en la localidad granadina el documento que ponía fin a un siglo y tres cuartos de hostilidades.

La jornada constituyó una auténtica fiesta en la que más de diez mil personas entre daneses y oscenses brindaron por el fin de la guerra más larga y menos sangrienta de la larga historia bélica de España. 

Una historia de película y nunca mejor dicho, pues más de 40 después de aquel descubrimiento sigue siendo material para películas, documentales e, incluso, comics, que muestran la impronta que dejó González Barberán en la historia de Granada.

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