Movilidad estudiantil

"Voy a volver por Navidad": Los erasmus de la Universidad de Granada preparan la maleta y la PCR para regresar

  • El coste de la prueba, que pagan de su bolsillo, puede superar incluso al del billete de avión

Aeropuerto de Barajas, escala para muchos de los erasmus que regresarán a casa por Navidad.

Aeropuerto de Barajas, escala para muchos de los erasmus que regresarán a casa por Navidad. / Fernando Villar / Efe

Vuelo el domingo 13 de diciembre, salida desde Ginebra, escala en Madrid y llegada a Granada. Sólo la ida, 86 euros. Bajo el brazo, el resultado en inglés o español de la PCR hecha 72 horas antes del vuelo. Coste de la prueba (que va por la privada), unos 155 euros. Nora Romero, estudiante de quinto curso de Medicina de la Universidad de Granada, regresa a su casa desde Suiza por Navidad. Está en el país helvético con una movilidad dentro del programa Erasmus. Vuelve a Granada pero con la idea de viajar en enero de nuevo a Lausana, donde está su universidad de destino. Para regresar no es, por ahora, necesario hacerse ninguna prueba. Eso sí, intentará estirar al máximo el tiempo y tiene previsto quedarse en casa en enero. Las pruebas, que son a distancia, las hará desde Granada. “Así puedo ver a mi familia y amigos”, señala. “Al ser los exámenes online sí que me merece la pena volver porque los haré en España y volveré cuando termine, a finales de enero”, explica.

Sobre la prueba que se hará en estos días alega que “está claro que barato no sale. Yo tengo la suerte de que mis padres me lo pueden pagar, pero está claro que te lo piensas dos veces” antes de viajar, asegura en conversación mantenida desde Suiza a través del teléfono. “Es una medida necesaria para por un lado frenar la transmisión del virus y por otra limitar los movimientos de personas”, reflexiona también desde Suiza otro estudiante de la UGR, Rodrigo Reyes. “Indirectamente debido al precio de la prueba la gente se echa para atrás y no viaja tanto”, apostilla sobre la medida este granadino, que concluye que “se puede decir que también es una medida disuasoria en ese sentido”.

Nora Romero. Nora Romero.

Nora Romero.

Nora Romero y Rodrigo Reyes son dos de los poco más de 1.100 estudiantes de la Universidad de Granada que participan en el programa de movilidad Erasmus + este extraño año académico. El pasado curso, muchos regresaron cuando la pandemia obligó a la suspensión de las clases universitarias y al cierre de fronteras. Para ese 2020/2021 ha habido renuncias y también quien ha solicitado aplazar su estancia, según los datos que ha facilitado la UGR. Los 1.119 estudiantes de la UGR que se prevé que participen estos meses en el programa de movilidad Erasmus son prácticamente la mitad que el pasado curso, cuando hubo unos 2.000 que salieron con destino a distintas universidades.

Estos estudiantes de Medicina comparten estudios y destino con un tercer granadino, Carlos Salmerón. Éste reseña que también regresará en estas navidades a su casa, en Otura, “principalmente porque hace tres meses que no veo a mis padres y al resto de miembros de mi familia”.

Indica que su universidad de destino, la UNIL en Lausana, “desaconseja a los estudiantes que se mueven en un panorama internacional regresar a sus casas pero a pesar de esto todos vamos a volver y regresar aquí después de Reyes para hacer los exámenes de forma online”. Las clases en esta universidad comenzaron de forma presencial este curso académico, pero en arrollador avance de la pandemia en Suiza obligó a tomar medidas drásticas y las clases son desde hace varias semanas y hasta nuevo aviso virtuales. En cuanto a los exámenes, se harán de forma presencial para algunos cursos (primero y segundo, apunta Romero) y virtuales a partir de ese curso.

Salmerón recuerda que cuando llegó a Suiza para comenzar el curso tuvo que pasar una cuarentena obligatoria. España estaba en la lista de países a cuyos viajeros se les exigía aislarse durante diez días para prevenir la expansión del Covid. Ahora la situación ha mejorado y previsiblemente no tenga que cumplir con este confinamiento cuando regrese, después de Navidad.

Este estudiante destaca que aunque las clases sean virtuales, las prácticas se desarrollan con normalidad. “Nos han distribuido de una forma muy adecuada para que podamos ir al hospital”, recalca. Sobre la necesidad de pasar por una PCR antes de volar a casa, Salmerón indica que “como estudiante de Medicina y familiarizado con la materia he de decir que me parece una medida totalmente justificada y excelente para controlar y frenar la expansión del virus entre zonas de todo el mundo”. Aunque le pone un pero. “No llego a comprender por qué el Gobierno español lo impone a estas alturas de la pandemia y no entiendo por qué tengo la obligación de presentar el documento en español o inglés cuando sigue siendo igual de válido el que esté en otro idioma como el francés, suponiendo para mí un esfuerzo extra como ciudadano español que soy”.

Carlos Salmerón. Carlos Salmerón.

Carlos Salmerón.

Sobre esta cuestión, precisamente, la ministra de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Arancha González Laya, afirmo el pasado lunes en declaraciones recogidas por Europa Press que el Gobierno examina posibles “ajustes” en la norma¡, por ejemplo en cuanto al idioma en que deben aparecer los resultados de la prueba.

¿Y qué ocurre si la prueba es positiva? Rodrigo Reyes, que vuela con destino a Granada el próximo lunes 14 de diciembre, indica que la compañía con la que viaja, Iberia, prevé la posibilidad de cambiar la fecha de vuelo en el caso de que la PCR sea positiva.

Sobre cómo se gestionan las pruebas en Suiza, Salmerón apunta a que ya tiene cita para la PCR. “Todo funciona bastante bien aquí la verdad”, señala cuando se le pregunta si existe demora en la realización de las pruebas. Los gastos correrán de su bolsillo. “Tenemos un seguro gracias a la UGR pero no lo cubre”, explica el estudiante, que destaca la oportunidad de hacer esta movilidad en Suiza pese a las dificultades y a la pandemia. “Hasta el 9 de agosto estaré en el hospital haciendo medicina de verdad y aprendiendo más que todo lo que me han enseñado en la UGR, con profesores que cuando les dices de hacer más prácticas te dicen que tienes que estudiar más. Es bastante desalentador que gustando te tanto tu carrera tengas que buscar formación de calidad fuera”, reflexiona. El pasado curso también estuvo fuera, en Navarra, gracias al programa de Movilidad del Sistema de Intercambio entre Centros Universitarios Españoles (Sicue).

También hay quien viajará por carretera. Es el caso de María Cerdán y Mati Montoro, estudiantes de Arquitectura de la UGR que este año están en Évora, Portugal. Cerdán tiene previsto regresar el 17. "He comprado el billete sin problemas y no me han pedido nada más", explica. "Lo único que tengo es un justificante de matrícula para acreditar que estudio aquí", señala. Por su parte Montoro (que también regresará en autocar) aclara que si le requieren la PCR, se la hará. Incluso sopesa pasar la prueba aunque no sea obligatorio.

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