Nuevas tecnologías Diez nuevos casos de jóvenes adictos al mes
La dependencia de los jóvenes a las nuevas tecnologías ha crecido exponencialmente durante los últimos cinco años La mayoría de casos detectados están relacionados con los juegos de rol
La velocidad con la que las nuevas tecnologías están transformado las pautas de comportamiento de toda una generación supone, en muchos casos, una 'tormenta de arena' insalvable para muchos padres que ven como sus hijos desarrollan una dependencia cada vez mayor a los dispositivos móviles.
La brecha generacional hace que los progenitores no cuenten con las herramientas necesarias para orientar el comportamiento de los menores. Según el Instituto Nacional de Estadística, la disposición de un teléfono se incrementa significativamente a partir de los 10 años. En este caso, la mayoría de los jóvenes obtiene su primer móvil entre los 11 y los 12 años, aunque cerca de un 30% lo tienen antes. La celebración de la comunión y el paso de la educación primaria a la secundaria motivan a los padres a reforzar el control de sus hijos obsequiándoles con un smartphone. Sin embargo, la edad precoz en la que los menores empiezan a desenvolverse a través de internet condiciona el uso más o menos abusivo que harán del mismo.
El problema no solo radica en la edad en la que los menores se inician en el mundo de las tecnologías, sino que también es fundamental el uso que hacen de ellas. "Lo adecuado es encontrar el equilibrio entre la madurez personal del menor y el entorno social, escolar y familiar que rodea el uso de las redes", afirma Miguel Ángel Márquez Gutiérrez, pedagogo y psicoterapeuta de Proyecto Hombre.
Cada vez son más las familias granadinas que acuden a programas educadores como el de esta organización para aprender a controlar el uso que sus hijos hacen del entorno virtual. Durante los últimos cinco años el crecimiento ha sido imparable. Según los datos que maneja Proyecto Hombre, más de una decena de familias acuden mensualmente a consulta porque sospechan que sus hijos pueden ser adictos a las nuevas tecnologías, lo que supone un 15% de los casos que se tratan en esta organización. Por su parte, la Asociación Granadina de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Agrajer) cifra en más de un 10% el número de casos de menores de 25 años que tienen problemas de adicción en la red.
Según el último barómetro del CIS que aborda esta temática, el 85% de los encuestados está bastante o muy de acuerdo en que los jóvenes tienen dependencia a las nuevas tecnologías y, al mismo tiempo, coinciden en que esto es un problema para la educación en el ámbito familiar.
"Tenemos mucha demanda por parte de padres y madres que están desesperados porque la realidad de los jóvenes choca de frente con los ideales que ellos tienen", explica Márquez.
La brecha digital, en cuanto al conocimiento que los padres tienen de las redes, supone un obstáculo al que a veces resulta difícil enfrentarse: "Los jóvenes son grandes profanos de las tecnologías. No las conocen al completo, pero aprenden a utilizar solo aquello que les interesa". Detectar un uso excesivo de ellas no es tarea fácil. Según los expertos, pasar más de dos horas seguidas jugando en internet puede suponer el principio de un problema. Sin embargo, cuando se habla realmente de una adicción, los menores tienden a aislarse durante horas y conviven en una realidad virtual ajena lo que les rodea. "Aunque no llegan a perder la percepción de la realidad, en muchas casos olvidan hábitos alimenticios o de higiene".
La totalidad de los casos con los que trabaja Proyecto Hombre se centran en menores de entre 14 y 16 años que suelen estar enganchados a juegos de rol como World of Warcraft o League of Legends: "Detectamos que detrás de esto hay una evasión a otros problemas. Nos encontramos con niños con dificultades para relacionarse que extrapolan la realidad a su forma de comportarse en estos juegos".
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