Granada

Pablo García apura el plazo dado por García Egea para que deje la presidencia del PP de Granada

  • La dirección nacional estaría dispuesta a cesarle en el caso de que no ceda la dirección provincial al alcalde de Alhendín

  • Malestar entre la militancia por las formas de la dirección nacional

Pablo García apura el plazo dado por García Egea para que deje la presidencia del PP de Granada

Pablo García apura el plazo dado por García Egea para que deje la presidencia del PP de Granada

Hoy acaba el plazo que Teodoro García Egea dio a Pablo García para que deje la presidencia del PP en Granada. Y según fuentes consultadas por este periódico, Génova se plantea incluso cesar al también delegado de la Junta en Granada en el caso de que no ceda a las órdenes recibidas desde la Secretaría General del partido a nivel nacional. 

Según ha podido saber este periódico, Pablo García estaría en estos momentos dispuesto a dejar la dirección del partido y facilitar un traspaso de poderes tranquilo con el alcalde de Alhendín, Francisco Rodríguez, la persona elegida por Génova para asumir esta nueva etapa en el partido en un momento en el que la dirección nacional de los populares quiere unificar las provincias y dar un golpe en la mesa en Granada como un aviso a navegantes para el resto de las agrupaciones. Rodríguez, que disfruta de mayoría absoluta en Alhendín tras las últimas elecciones, pertenece al núcleo de José Antonio Robles, senador, alcalde de Güéjar Sierra y amigo de Teodoro García Egea, que llegó a cerrar las listas para las últimas elecciones provinciales en la localidad granadina como un brindis a la amistad. Pero no se trata de un 'hombre de paja' y la dirección nacional ha valorado su perfil como hombre de consenso dentro del partido.

Mientras, el PP vive su segundo terremoto del año en Granada tras la dimisión de Sebastián Pérez el pasado mes de enero entre acusaciones a García Egea de "vender" Granada. Fue Génova quien nombró a Pablo García como sucesor en la presidencia del PP, una confianza que apenas ha durado ocho meses.

Durante este tiempo, según fuentes del partido, Pablo García ha recibido presiones para nombrar como secretario general a José Antonio Robles, aunque nunca de forma directa porque la comunicación entre Pablo García y García Egea no ha existido hasta comienzos de septiembre, cuando en una reunión en Madrid el secretario general de los populares le comunicó al dirigente granadino que tenía que empezar a desalojar su despacho de la calle Andrés Segovia.

Sin embargo, García ha resistido estas embestidas con la intención de formar su propio equipo y no poner a su derecha a quien, según opina un sector del partido, simboliza el continuismo con la anterior dirección de Sebastián Pérez e impediría la renovación que piden unos militantes que viven la segunda ola de la crisis del PP provincial.

Según apuntan estas fuentes, el binomio que forman Robles y el diputado por Granada Pablo Hispán, que fue jefe de gabinete de Pablo Casado, estaría detrás de esta rebelión a bordo. De hecho, fue el propio Sebastián Pérez el que apadrinó la llegada de Hispán a Granada, siendo su cicerone en las dos campañas al Congreso hasta que en la última finalmente consiguió  el acta de diputado como número 2 tras Carlos Rojas. En el partido se hablaba entonces de la 'hispanetta', la furgoneta que el partido había puesto a su disposición para hacer campaña, una infraestructura de la que carecía el propio Rojas.

De hecho, en la repetición de las elecciones nacionales, fue el propio Hispán el que, a última hora, utilizó su influencia en Madrid para que el número al Senado fuese José Antonio Robles, relegando al anterior cabeza de lista, el reconocido periodista Vicente Azpitarte, al número dos, un puesto que cerraba el camino a la Cámara Alta, aunque el partido apostó por él como representante de la Junta en Madrid por su conocimiento de la capital y su buena relación con Pablo Casado, entre otros asuntos.

A Pablo García le han recriminado en estos nueve meses de presidencia que no haya convocado  una junta provincial, aunque al poco de tomar el mando llegó la pandemia del Covid y, además, decidió no reunirla  hasta poder hacer su propio equipo, lo que ha estado atascado todo este tiempo al resistirse a nombrar a Robles como secretario general.

Y en esta historia de desencuentros hay episodios que explican cómo se ha llegado a esta situación de ruptura en el partido, donde el PP andaluz se ha inhibido finalmente ante la beligerancia de  la dirección nacional. Hace unos meses, García convocó una reunión de alcaldes por streaming e invitó a Loles López, secretaria general del PP andaluz, y a Antonio González Terol, vicesecretario de Política Territorial del PP, para guardar la equidistancia entre Sevilla y Madrid. El acto lo abrió González Terol a petición propia y lo cerró Loles López, lo que fue considerado como un desaire por García Egea, que incluso llamó a Pablo García para recriminárselo en una de las pocas ocasiones en las que han hablado estos meses.

Y mientras, la militancia ya se ha comenzado a pronunciar en las redes sobre esta nueva toemetna política en el PP: 

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