Sonaba desde hace unos días –fue algo que ya avanzó el domingo Granada Hoy– y, a falta de que sea aprobado en los próximos días por el Consejo de Gobierno andaluz, prácticamente ya puede confirmarse: Pablo García será quien se pondrá al frente de la Delegación del Gobierno de la Junta de Andalucía en Granada. Así, García se convertirá en el primer máximo responsable no socialista del Gobierno andaluz en Granada, un puesto al que llega tras la etapa de Sandra García, que ha ejercido como delegada de la Junta desde que en 2013, María José Sánchez Rubio lo dejase para ponerse al frente de una Consejería.

Que sea la apuesta del PP de Granada para este cargo no es algo que sorprenda. No al menos para quienes conocen el papel que desempeña Pablo García en el PP de Granada. Se trata de una de las personas de confianza de la dirección provincial del partido.

Tal es así, que en la actualidad, García es el secretario general del PP de Granada, cargo que ostenta desde noviembre de 2016 cuando Santiago Pérez cesó en este puesto para dedicarse a su tarea como diputado nacional. Asimismo, un año después, Pablo García tomó posesión como diputado provincial en sustitución de la popular Marta Nievas, que presentó su renuncia.

Precisamente, otro claro ejemplo de la confianza depositada en él, es que fue quien, junto a la entonces cabeza de lista por Granada, Marifrán Carazo, y el presidente provincial del PP, Sebastián Pérez, compareció ante los medios de comunicación durante la jornada electoral del 2-D. Tras el cierre de urnas, Pablo García transmitió el “optimismo” popular en las que se presuponían como las elecciones “más abiertas de la historia”, algo que horas después se comprobaría y cuyo resultado lo harán ser en los próximos días, el máximo representante del Gobierno andaluz en la provincia.

Además, García comparte generación con el actual presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, con quien coincidió en las Nuevas Generaciones del PP y con el que mantendría cierto paralelismo –aunque a muy distintos niveles– en cuanto a su carrera política: ambos han conseguido desbancar lo que se alzaba como un feudo socialista.

Al igual que ha ocurrido con la Junta en la actualidad, Pablo García consiguió ‘romper’ la hasta entonces hegemonía socialista de Albolote en el año 2007, donde logró teñir de azul la alcaldía de la localidad durante dos legislaturas.

Pero además de todo ello, cuenta con el respaldo de la recién nombrada consejera de Fomento e Infraestructuras, Marifrán Carazo, con la que compartió filas en Agua, la asociación del PP en la Universidad de Granada (UGR), una militancia que después se transformó en una estrecha amistad que perdura a día de hoy.