Patrimonio

El Patronato de la Alhambra de Granada inicia el proceso para restaurar las cubiertas del Mexuar y los Palacios Nazaríes

  • El proyecto sale a licitación por más de 337.000 euros

Se intervendrá en el Mexuar y los Palacios Nazaríes.

Se intervendrá en el Mexuar y los Palacios Nazaríes. / R. G.

El Patronato de la Alhambra y Generalife ha sacado a licitación la redacción del proyecto para la restauración de las cubiertas del Mexuar y los Palacios Nazaríes. El contrato también incluye la dirección facultativa para la ejecución de esta obra que, como ha reconocido la directora del Patronato de la Alhambra y Generalife, Rocío Díaz, “es prioritaria para mejorar el estado de conservación de las cubiertas de algunas zonas del recinto de los Palacios Nazaríes”. En concreto, las del Mexuar, Cuarto Dorado y acceso a Palacio de Comares.

La redacción del proyecto y dirección facultativa sale a licitación por más de 337.000 euros y las empresas interesadas tienen de plazo hasta el próximo 19 de marzo para presentar ofertas.

La intervención sobre el edificio se concibe, según se recoge en los pliegos, como una obra de rehabilitación teniendo como objetivo la reparación de la construcción conservando su estética, respetando su valor histórico y manteniendo la funcionalidad compatible con los elementos y valores originales del inmueble y de sus pervivencias.

Así, en el diseño se atenderá a una óptima calidad de la edificación, unido a una adecuada valoración de las soluciones que se propongan, compatibilizando los usos y considerando las distintas fases en que habrán de ejecutarse las obras para una menor interferencia en las actividades que se realizan a su entorno. Tras la adjudicación correspondiente, el plazo de ejecución será de 30 meses.

El Mexuar debe su nombre al término árabe Maswar, lugar donde se reunía la Sura o Consejo de Ministros. También era el lugar o la antesala donde el Sultán impartía justicia. Esta estancia debió pertenecer a una estructura anterior al Palacio de Comares y al de Los Leones, probablemente al construido por Isma’il I (1314-1325) y ha sufrido numerosas transformaciones.

Entre las radicales modificaciones de la sala destaca por su curiosidad la del friso epigráfico de yesería que discurre por encima del zócalo alicatado.

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