Rocío Díaz es la mujer de la eterna sonrisa. Afable en el trato, es una política cercana, de ojos abiertos que los que la conocen la definen con tres grandes rasgos: familiar, muy granadina y una amiga fiel. Más allá de su trabajo público y del traje político que quienes ostentan estas responsabilidades tienen que vestir, Díaz tiene una gran prioridad, y no es ni llegar lejos en este mundo político ni ambicionar cargos: su referencia es su familia, su marido y sus dos hijos, que son su pilar, los que la mantienen viva y estable en un mundo de la política que quita muchas horas a la familia y que también necesita que tengas unos buenos pilares personales arraigados para no dejarte llevar por su ritmo vertiginoso. 

Y eso ella lo lleva a gala y sus amigos tanto dentro como fuera del partido lo saben. Siempre saca tiempo para estar con ellos. Y con ellos comparte otra de sus aficiones, el caminar y recorrer la ciudad, sobre todo los barrios del Realejo (es medio greñúa) o del Albaicín, por los que siente predilección como amante que es del patrimonio. Una afición que también compagina con escapadas con su marido por rincones de Andalucía o por la vecina Portugal. Además de ponerse las zapatillas y hacer kilómetros, otra de sus aficiones es leer y mantiene buenas conversaciones de lectura y literatura.

También es una mujer muy religiosa, de fuertes principios cristianos, que los transmite y aplica en su vida diaria. Y cofrade. Le encanta la Semana Santa y curiosamente su nombramiento como consejera de Fomento llega un Lunes Santo, para más inri el día en el que sale su cofradía de San Agustín de Granada, de la que es hermana. Estos días de Semana Santa es habitual verla en salidas y regresos y recorriendo todas las hermandades con su marido y sus hijos. 

Otro rasgo que la define es que es muy granadina. Los que comparten tiempo con ella saben que es una enamorada de la ciudad, amante de sus tradiciones, de sus fiestas, y de todos los detalles. Es perfecta para recomendarte la mejor ruta por la ciudad, la parada en el bar más escondido o la placeta con las mejores vistas, por lo que es buena guía de Granada. De hecho, su pasión por el patrimonio granadino la ha podido compaginar al máximo nivel con su etapa al frente del Patronato de la Alhambra. 

Otra de sus características es que es una amiga fiel. De hecho, sus cercanos aseguran que saben que es de las personas que en la vida te falla. Además de fiel con las personas que ha trabajado, aunque muchas veces esa fidelidad vaya en contra de sus propios intereses. Y tiene amigos en el partido y también mantiene los de fuera de la política.

En el trabajo es fiel a su equipo pero ha llegado donde está con trabajo y constancia pero sin ambición. Dicen que no ha movido ni un dedo para estar donde está, pero esa fidelidad a sus principios la han mantenido siempre en la primera línea política en el partido en Granada y ahora en Andalucía. Pero sus más allegados aseguran que sabe diferenciar perfectamente la parte política de la personal. 

También la define su persuasión a la hora de conseguir los proyectos por los que lucha en su trabajo y dicen que tiene una de las mejores agendas de Granada. Tiene contactos y buena reputación con ellos. Además, se maneja muy bien en todo lo relacionado con el protocolo. También la definen como resolutiva, muy exigente y seria en el trabajo y lleva un ritmo fuerte en el que implica a su equipo. 

Aunque también es 'intensa' precisamente por su capacidad de gestión y de trabajo, de forma que el no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy lo lleva a gala, haciendo que, con cariño, esa intensidad máxima también sea una característica suya, por lo que le dedica todo el tiempo del mundo a que su trabajo salga adelante. 

Una mujer positiva, alegre y trabajadora que ha ido subiendo en el partido desde abajo, con trabajo e implicación, y que ahora da el salto de la política local a la regional como sustituta en la cartera de Fomento de su amiga Marifrán Carazo.