España se ha despertado sobrecogida ante la noticia de un recién nacido secuestrado en un hospital de Bilbao. Las autoridades y fuerzas de seguridad han recurrido a los medios de comunicación nacionales para ofreciendo todos los datos disponibles sobre la presunta autora del rapto y solicitando la colaboración ciudadana, tal como había pedido la Ertzaintza y la Policía Local de Bilbao. El bebé, de un día de vida, ha sido localizado horas después en el felpudo de una vivienda en buen estado.

En los últimos años se han dado algunos cosos de este tipo, en los que la policía también ha investigado el rapto de varios bebes o menores de edad por parte de personas ajenas a su familia directa. Granada ha sido escenario de algunos de esos casos. 

El hijo de una compatriota

Un caso de rapto de un bebé que tuvo un final feliz fue el ocurrido en Granada en marzo de 2011. Una mujer de nacionalidad boliviana fue detenida en Granada acusada de secuestrar a un bebé de dos meses de una compatriota, con la que había contactado para alquilarle una de sus habitaciones 

Según las investigaciones policiales, la acusada, de 33 años, conoció a Miriam, la madre del bebé Alexander, cuando ésta estaba pegando carteles en la calle ofertando el alquiler de una habitación de la casa que habitaba en el barrio del Zaidín. Ella le mostró entonces su interés por aquella habitación y, la tarde del día siguiente, quedaron en la zona donde se habían conocido, adonde Miriam acudió con su pequeño.

Según el relato del fiscal, que pidió 4 años de cárcel para la acusada, ambas mujeres cogieron un autobús en dirección a la Caleta y, una vez allí, entraron en una cafetería. Tras unos minutos, Miriam decidió ir al baño, momento que aprovechó la acusada para hacerse con el bebé de dos meses de edad, abandonando el lugar con el niño sin dar cuenta de ello a su madre. La acusada se marchó entonces a su domicilio con el bebé y, poco después, visitó a una amiga suya, a quien le aseguró que el bebé era hijo suyo. 

La mujer se quedó toda la noche en esa casa con el niño hasta que, a las 09:00 horas, se fue a su lugar de trabajo, la casa de una persona de avanzada edad a la que cuidaba. Allí repitió a uno de los hijos de la persona mayor que aquel niño era su bebé. Cuando acabó su turno de trabajo, sobre las tres de la tarde, la procesada regresó a su casa. Poco después fue localizada por la Policía Nacional, que la detuvo por el secuestro del menor, que no sufrió daño alguno.

Intentos de secuestro en Córdoba y Granada

Este mismo año, la Guardia Civil ha investigado dos posibles intentos de secuestro, uno en Pedroche, en la provincia de Córdoba, y otro en Vegas del Genil, en Granada. El primero de ellos ocurrió en marzo. Un niño, estudiante de primero de ESO, declaró que, al salir de casa para ir al instituto, dos hombres con el rostro cubierto lo invitaron a subir a una furgoneta roja. Para convencerlo, intentaron sobornarle con la promesa de una videoconsola. Ante la negativa del menor, los hombres empezaron a perseguirle, según contó el propio niño, pero el menor logró escapar y dar la voz de alarma. 

El segundo caso ocurrió este verano, en julio, en la localidad granadina de Ambroz, en el municipio de Vegas del Genil. Un menor de ocho años, según la denuncia presentada por su padre, sufrió un intento de rapto por parte de "un hombre alto y de ojos claros" que "le ofreció chucherías dentro de una furgoneta negra". El menos se asustó y salió corriendo a su casa, que se encontraba a pocos metros.

Ante la alerta, la Guardia Civil montó un dispositivo en las salidas del municipio para intentar localizar al supuesto secuestrador y esclarecer sus intenciones, pero no se encontró a nadie con las citadas características. El alcalde tuvo que hacer un llamamiento a la calma por la inquietud que se generó en el municipio. 

La denuncia presentada por el padre del menor de ocho años relata que "un hombre alto y de ojos claros le ofreció chucherías dentro de una furgoneta negra", momento en el que el niño se asustó y salió corriendo a su casa, que se encontraba a pocos metros.

Miriam Cuerda: un plan preconcebido

El asunto más grave es el de Miriam Cuerda, una bebé de 16 meses que fue raptada por Jonathan Moya. Éste la golpeó y asfixió tras mantenerla retenida durante cuatro días en diciembre de 2012. Moya fue condenado por varios delitos a un total de 23 años y 7 meses de prisión.

Jonathan Moya convenció a la madre de la menor, Gema María Cuerda, que vivía en La Palma del Condado (Huelva) y con quien él había mantenido una relación, de que viajara hasta Almería con la bebé, asegurándole que iba a regalarle un traje de bautismo. Durante el viaje en coche, el secuestrador abandonó a Gema María el 20 de diciembre de 2012 en un paraje deshabitado cercano a la localidad almeriense de Nacimiento y se llevó a la niña.

Posteriormente, retuvo a la menor en un cortijo situado en Fiñana (Almería) siguiendo un plan "preconcebido", según quedó demostrado durante el juicio, y le golpeó en la cabeza en reiteradas ocasiones con un objeto contundente y plano. Según los informes forenses, se detectaron 22 signos de violencia externa.

Debido a los golpes, la menor quedó gravemente herida e inconsciente y, todavía con vida, la envolvió en plástico transparente, tapándole la boca y la nariz, por lo que falleció entre las últimas horas del día 24 y las primeras del 25 "como consecuencia del traumatismo craneoencefálico y de la asfixia", según la sentencia.

El magistrado señaló en su fallo la "frialdad de ánimo, la reflexión y persistencia en la resolución criminal con que el acusado cometió los hechos" y que actuó "con la intención de quitar la vida a la menor".

También hizo hincapié en la duración de la privación de libertad, que superó los cuatro días, y en las "pésimas condiciones higiénicas y de alimentación en que la menor estuvo durante ese período en el cortijo, carente incluso de cuarto de baño".