Tan sólo 24 horas después de conocerse el anuncio del acuerdo alcanzado este mismo miércoles por los Veintisiete para reformar y transformar el Pacto de Migración y Asilo, referente a la gestión de crisis, y en el que llevaban trabajando más de tres años para intentar llegar a un acuerdo, los primeros ministros de Reino Unido, Rishi Sunak, y de Italia, Giorgia Meloni, mantendrán una reunión paralela a la Cumbre Europea, con distintos países para tratar la inmigración y el crimen organizado. 

Ambos mandatarios se han mostrado en diversas ocasiones críticos con la actual política migratoria y han solicitado endurecimientos para atajar una situación que consideran "inmoral e insostenible". En este sentido, el primer ministro británico ha manifestado a través de un comunicado del Gobierno que no pueden seguir permitiendo que "las bandas criminales decidan quiénes llegan a las costas de Europa".

Y ha apelado a la "unidad" para hacer frente tanto a la lucha contra la "migración ilegal" como a la "amenaza" rusa, al ser ambos temas que "trascienden las fronteras nacionales y requieren de soluciones de alcance europeo". 

Por su parte, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni ha afirmado que la propuesta pasa por "detener los flujos ilegales", ya que considera que "es la única manera de que todos estén de acuerdo en la UE". Sobre el respaldo mostrado recientemente a la nueva propuesta a debate en la Unión Europea, Meloni ha asegurado que se debe a una mejora con respecto a las anteriores, aunque insiste en que el debate no debe centrarse en la redistribución de los migrantes entre los países que conforman la Unión Europea.  

Además, Meloni ha confirmado que el viernes por la mañana mantendrá una reunión bilateral con el canciller de Alemania, Olaf Scholz, en los márgenes del Consejo europeo informal.

Una vez alcanzado el acuerdo, los Veintisiete tendrán que iniciar las negociaciones para ver los puntos exactos que se acuerdan para aquellas personas que migran de sus países de origen por razones de guerra, pobreza o persecución, y sobre todo, en que lugar quedará la seguridad en las fronteras. 

Desde Amnistía Internacional exponen que dicho acuerdo "no servirá para mejorar la protección de solicitantes de asilo en la UE" y se corre el riesgo de que los migrantes "queden atrapados, detenidos o sumidos en la miseria a lo largo de las fronteras de Europa. Negar sus derechos a quienes solicitan asilo es peligroso, y es una respuesta desproporcionada a situaciones que los países podrían abordar perfectamente aplicando las normas existentes".

Además, inciden en que se trata de un paso más en las negociaciones sobre un paquete general de reformas sobre el asilo en la UE. "Es fundamental que la prisa por alcanzar un acuerdo no dé lugar a que se releguen los derechos humanos en el proceso. Confiamos plenamente en que todas las instituciones de la UE insistan en la protección de estos derechos a medida que avancen las negociaciones en los próximos meses".

Y lamentan que el convenio podría permitir a las Estados miembros demorar el registro de solicitantes de asilo, canalizar a un número muy superior de personas a través de procedimientos de asilo fronterizos de segunda categoría y ampliar la detención en la frontera.