El exalcalde de Granada, José Torres Hurtado, ha puesto tierra por medio en estos días de intensa actividad política en el país y en la ciudad. Desde el pasado 20 de abril, el que fue regidor durante 13 años (2003 a 2016) en representación del Partido Popular se encuentra en Mauricio, en las islas ubicadas frente a la costa de Madagascar. Desde allí sigue las noticias de la campaña y la actualidad judicial que le afecta directamente, como la fecha del juicio del caso Serrallo.
A pesar de estar a 9.040 kilómetros de distancia, Torres Hurtado es esa sombra perenne en la campaña política, especialmente para el PP. Su candidato a la Alcaldía de la capital, Sebastián Pérez, ha calificado de "cuanto menos sorprendente" que la Audiencia Provincial haya elegido el primer día de campaña electoral para notificar el auto de señalamiento del juicio del caso Serrallo, por el que tendrán que ir a juicio 9 de los concejales que tenía su partido en el Ayuntamiento de Granada (algunos aún lo siguen siendo), además del exalcalde.
"En política las casualidades no existen, pero sí la causalidad", ha sido la primera reacción pública del candidato del PP a la noticia del juicio, que se celebrará a partir de febrero del año próximo.
No es éste el único vínculo de Torres Hurtado con esta campaña, pues el hecho de que otro de los concejales de confianza en aquel equipo de gobierno, Juan García Montero, se presente a alcalde con candidatura propia (Centrados) ha desatado todo tipo de rumores sobre el supuesto apoyo del exregidor y hasta de su participación en ficticios pactos y tramas para perjudicar a su eterno rival, Sebastián Pérez.
Desde Mauricio, el exregidor ha negado categóricamente a este periódico cualquier participación suya en ese tipo de reuniones y la prueba de ello es su lejanía física.
Tiene billete de vuelta a Granada para el próximo 22 de mayo, 4 días antes de las elecciones. Así que podrá ir al colegio electoral como cualquier ciudadano más y ejercer su derecho al voto para elegir al próximo alcalde de Granada, el siguiente después de él que salga directamente de las urnas. El socialista Francisco Cuenca llegó al despacho de la Mariana gracias a una moción de censura que en realidad no fue contra Torres Hurtado, porque él ya había dimitido y el alcalde en funciones era García Montero.
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