Tradición y tecnología combinan fuerzas para dar forma a los mejores vinos de Granada
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Los vinos de Granada cuentan con un extraordinario reconocimiento a nivel global, un reconocimiento más que merecido gracias a su trayectoria histórica, a la magnífica calidad de nuestra tierra, y al trabajo de los mejores bodegueros de la región. Además de contar con una enorme tradición vinícola, nuestras bodegas están incorporando las últimas tecnologías para ofrecer vinos de una calidad cada vez mayor a los mercados internacionales.
Una industria con siglos de trayectoria
La industria vinícola de Granada no es solo un reflejo de la modernidad y la innovación; es también un legado histórico que se remonta a varios siglos atrás. La tradición vinícola en Granada se puede rastrear hasta la época de los romanos y se ha enriquecido a lo largo de los años con influencias de diversas culturas que han habitado la región. Estos siglos de historia se reflejan en cada botella, combinando técnicas antiguas con nuevos conocimientos y prácticas.
Esta fusión de lo antiguo y lo nuevo ha permitido que los vinos de Granada se destaquen en el panorama internacional, ganando prestigio y reconocimiento en ferias y concursos de vino a nivel mundial. Con una profunda comprensión de sus raíces y una mirada constante hacia el futuro, la industria vinícola de Granada promete seguir sorprendiendo al mundo con sus exquisitos vinos, haciéndose con un nombre cada vez más consagrado.
El cuidado de la tierra es esencial
Entre las nuevas tecnologías adoptadas por la industria destacan los sistemas de valoración, empleados tanto para medir la riqueza mineral del suelo como para considerar cuáles son los nutrientes necesarios para cada uva. La medición constante del sustrato y la evaluación de la calidad de las uvas empleando estos métodos permite a los bodegueros determinar con precisión qué tipo de cuidados se requieren en cada plantación.
Además de los sistemas de valoración del suelo, la industria vinícola de Granada también ha adoptado prácticas de agricultura sostenible y ecológica, poniendo un énfasis especial en la conservación del medio ambiente y la biodiversidad. Esto incluye la gestión eficiente del agua, el uso de energías renovables y la reducción del uso de pesticidas. Estas prácticas no solo benefician al ecosistema local, sino que también mejoran la calidad de las uvas.
Uso selectivo de fertilizantes
Medidas como la valoración química no solo son útiles para determinar las necesidades de las vides, sino que también se utiliza para reducir el gasto en fertilizantes industriales. A diferencia de los antiguos fertilizantes que simplemente incluían todo tipo de nutrientes –lo que aumentaba su costo–, ahora la industria vinícola puede determinar si necesita fertilizantes basados en fósforo, nitrógeno o potasio, según sea el caso.
No se trata solo de un ahorro cuantitativo. Algunos fertilizantes provienen predominantemente de un conjunto reducido de productores, lo que dispara sus precios. Otros, en cambio, se pueden conseguir desde múltiples fuentes, de manera que sus precios son bastante más competitivos. Detectar con exactitud las necesidades de cada plantación puede suponer un ahorro muy considerable.
Crianza en barrica
La crianza en barrica es un proceso esencial en la elaboración de vinos de calidad, especialmente en Granada, donde se combina la tradición con las técnicas modernas para envejecer el vino. Las barricas, generalmente hechas de roble, juegan un papel crucial en la adición de complejidad y sutileza a los vinos, y nos permiten exportar unos vinos con el mejor sabor tradicional de nuestra tierra.
Las barricas nuevas aportan más sabores y taninos, mientras que las usadas permiten un envejecimiento más sutil y menos influencia del roble. En Granada, algunos productores incluso experimentan con barricas de diferentes orígenes y tamaños para crear mezclas únicas. Esta meticulosa atención al detalle en la crianza en barrica es un reflejo del compromiso de los bodegueros granadinos con la calidad de sus productos.
La marca de Granada
Gracias a esta exquisita combinación entre nuevas tecnologías y técnicas tradicionales, los vinos de Granada están ganando cada vez más peso en la escena global. Se trata de una inversión que siempre merece la pena, porque, cuanto mejor sea el nombre de los vinos granadinos, mejor se cotizarán en el exterior. De esta manera los bodegueros pueden centrarse cada vez más en la búsqueda de la excelencia.
Contamos con la ventaja de vivir en una tierra con una tradición vinícola milenaria, algo de lo que pocas regiones pueden presumir. Por historia, tradición, clima y vanguardia tecnológica, Granada se está haciendo con un nombre cada vez más importante en el panorama vinícola. ¡Bien merece la pena que brindemos por ello con un buen vino!
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