Granada

La UGR ataja la arbitrariedad para contratar profesores

  • Un documento establece el baremo común para valorar los méritos de los aspirantes y reducir así los posibles procesos "a medida" de los departamentos

La Universidad de Granada ha dado el primer paso para tratar de atajar cualquier arbitrariedad que se pudiera producir en la contratación de su profesorado, que era puntuada y decidida con criterios no siempre uniformes (extremo reconocido por el propio equipo de gobierno de la UGR) por comisiones vinculadas a cada uno de los departamentos universitarios a los que afectan las plazas vacantes. Ayer quedó aprobado un documento clave, que establece un baremo de valoración de méritos común para todos los concursos públicos de selección de profesores que van a iniciar su carrera como docentes en la universidad (sobre todo ayudantes doctores y asociados).

Esta iniciativa parte del compromiso de la propia rectora de la Universidad granadina, Pilar Aranda, que lo recogía en su programa electoral en 2015 y que ha formulado ante el claustro en algunas ocasiones su interés por regular este asunto de la contratación de personal docente para que haya más "transparencia y objetividad" en las decisiones adoptadas. Además, la dirigente universitaria ha asumido desde hace meses un discurso relativo a la necesidad de dignificar y poner en valor los valores de rigor en la universidad pública española, en un momento en el que ésta se ha visto salpicada por escándalos como el de la Rey Juan Carlos con los títulos de máster de políticos del PP (Cristina Cifuentes o Pablo Casado) que están siendo investigados por la justicia.

El Consejo de Gobierno de la UGR aprobó ayer un documento fundamental en esa tarea de otorgar transparencia a los procesos selectivos del personal no permanente de la institución y evitar así posibles procesos "a medida" de algunos candidatos, como destaca el representante de UGT Antonio Oña, que en los últimos meses ha participado en el proceso de negociación de este baremo.

Como explicó ayer en el Consejo la vicerrectora de Personal Docente e Investigador de la institución granadina, Pilar Carrasco, este documento es fruto de un largo proceso, de casi año y medio de maduración, que ha pasado por varias fases y al que se han incorporado miles de sugerencias. 68 departamentos han llegado a remitir hasta 2.500 propuestas relativas a este documento, que ha incorporado alrededor del 75% de las mismas. Estos números reflejan el grado de interés que el asunto tiene para la comunidad universitaria.

El borrador que salió de un primer proceso de creación por parte de una comisión de técnicos expertos y profesores universitarios, y de la incorporación de la mayor parte de las sugerencias remitidas por las decenas de departamentos que han querido aportar algo, llegó a la última fase de negociación con los sindicatos, lo que supuso un choque de modelos. Los representantes de estas organizaciones, a grandes rasgos, promueven que en la contratación de personal se otorgue mayor importancia a la experiencia docente, pero la institución apunta hacia perfiles más investigadores, dado que es ése el futuro al que apuntan la mayoría de las universidades. Además, sería una forma de dar cabida en la institución a jóvenes investigadores que se han formado en el extranjero o que han tenido importantes becas nacionales e internacionales en esta faceta.

Según el baremo finalmente aprobado, para la contratación de los profesores ayudantes doctor contarían las actividades de investigación y transferencia en un 45% del total, mientras que la formación y la actividad docente representan un 25% cada uno. El 5% restante es para actividad profesional o gestión universitaria, faceta que en el caso del profesorado asociado alcanza el 50%, porque se busca un perfil de docente con experiencia y prestigio en su ámbito laboral. Los sindicatos han conseguido rebajar algo el peso de ese perfil investigador, pero sólo levemente, de tal modo que, como señaló ayer la vicerrectora, "se ha mantenido el espíritu del baremo, que es una apuesta por la formación y la investigación".

Representantes sindicales volvieron a recalcar ayer en el Consejo de Gobierno su descontento por no prevalecer la experiencia docente, pero en cualquier caso, estas partes ya habían dado su visto bueno al documento, que llegó a su fase de aprobación con el acuerdo de la mesa de negociación. Antonio Oña también destacó a este periódico la importancia de este proceso negociador, porque el diálogo de la mesa colectiva llevaba muchos años roto (con los dos últimos rectores) y se ha recuperado ahora. "Estamos viendo temas como el plan de igualdad o docencia, pero este asunto ha sido clave y abre un camino muy positivo", explicó el representante de UGT en la Universidad.

En líneas generales, el baremo aprobado ayer, junto con algunas modificaciones también de la normativa vigente para la contratación de otro tipo de profesorado, trata de establecer unos criterios comunes para valorar los méritos de los aspirantes a un puesto, sea cual sea el departamento al que pertenezca y quienes formen parte de la comisión de contratación.

Como complemento a este baremo quedan pendientes dos importantes pasos para completar el proceso, que son el catálogo de afinidades y la modificación de las propias comisiones de contratación. En cuanto a lo primero, la definición de las afinidades (la correspondencia de los perfiles o los méritos con el puesto en cuestión) es un paso "fundamental" para completar este proceso de fijación de criterios objetivos y uniformes. A veces esas afinidades "cambian de una comisión (de contratación) a otra y eso no se puede permitir", en palabras de la vicerrectora ayer mismo en el Consejo de Gobierno. Hasta ahora sólo se podía determinar si había afinidad o no, pero ahora se establecerán tres niveles (alta, media o baja), para dar más opciones e incluso evitar que se perjudique la colaboración entre disciplinas.

Mientras ese catálogo de afinidades (que se empezará a perfilar en septiembre) no esté aprobado, el baremo aprobado ayer establece que serán las propias comisiones de evaluación las que establecerán la sintonía de los méritos con el área de conocimiento de la plaza, pero de "forma motivada" y "aplicando los coeficientes establecidos en esta normativa".

Lo que había hasta ahora en la UGR era una especie de baremo muy genérico que cada departamento podía adaptar a cada caso, en función de la convocatoria de las plazas y a criterios subjetivos. Los sindicatos destacan como valor principal de este nuevo documento el que se pueda acabar con la tendencia a que haya "candidatos predefinidos" para determinadas plazas que salen a concurso.

El baremo que quedó aprobado ayer dejaría muy poco margen de maniobra a los departamentos y a las comisiones de contratación que se crean. Por el momento aún tienen que poner su granito de arena a la hora de definir y evaluar las afinidades de los méritos, pero esto ya ha quedado más limitado con el nuevo baremo y puede cambiar también en breve, cuando la UGR dé el siguiente paso de aprobar ese catálogo de afinidades predefinidas.

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