Esta semana ha comenzado en la Universidad de Granada (UGR) el curso de Interacción Débil, dentro del Máster Interuniversitario en Física Nuclear, una titulación “única en España”, indica la institución académica. En él participan seis universidades (Sevilla, Autónoma de Madrid, Barcelona, Complutense, Granada y Salamanca), y colabora el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (Instituto de Estructura de la Materia de Madrid e Instituto de Física Corpuscular de Valencia) y el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). También existe un acuerdo de doble titulación de Máster con la Universidad de Munster (Alemania).

En este máster participan una veintena de estudiantes

El Máster potencia los estudios de Física Nuclear a nivel nacional, favoreciendo el intercambio científico entre los estudiantes de postgrado y el profesorado experto en Física Nuclear de gran parte del país. Aporta a los estudiantes una formación sólida, incide la UGR.

El Máster está orientado a la investigación, aunque proporciona una especialización en Física Nuclear, fundamental para insertarse laboralmente en áreas como la Física Médica y la Radiología, las centrales nucleares y los aceleradores de partículas, como el que se proyecta construir en Granada.

El curso que se imparte en la Facultad de Ciencias corresponde a la asignatura de Interacción Débil y asisten una veintena de alumnos de toda España. Los profesores José Enrique Amaro, Enrique Ruiz Arriola e Ignacio Ruiz Simó, del departamento de Física Atómica, Molecular y Nuclear, son reconocidos expertos mundiales en la interacción débil de los neutrinos con la materia, y han publicado numerosos artículos científicos.

La interacción débil es una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturaleza. Es la responsable de la radiación beta que se produce por la desintegración de los neutrones en protones, y por tanto hace que los neutrones sean radiactivos sin remedio, indica la UGR.

En el acelerador de neutrones que se proyecta en Granada se prevé una gran cantidad de radiactividad por esta razón, ya que se generará la más intensa fuente de neutrones sobre la Tierra. Aunque no se espera un impacto medioambiental apreciable debido a las rigurosas medidas de seguridad de la instalación radiactiva.