Ciudad

Zona Norte: sobrevivir en la intermitencia

  • Varios vecinos de la Zona Norte denuncian que es Endesa quien hace los cortes de luz diarios

  • Las incidencias coinciden con una ola de calor que trae esta semana más de 40 grados

No, no es noticia. Y no lo es porque se repite cada día desde hace 4 años y no hay nada que consiga abrir la mandíbula de la pescadilla que se muerde la cola en la zona Norte de Granada. Los vecinos del barrio de la Paz son los que ahora sufren cortes de luz diarios. Esporádicos, inconstantes... por sorpresa. Normalmente por la tarde en estas semanas, desde que comenzara la feria del Corpus.

Son las 11:30 de la mañana, calor y humedad en una de las casas de la manzana. Ventanas abiertas en las zonas donde no pega el sol y cortinas y persianas bajadas en las que sí. Comienza la ola de calor, Granada llegará a los 44 grados y vecinas como A. C. tiene el congelador vacío, no merece la pena comprar comida congelada porque durante las 5 horas de media en las que se va la luz todo se echa a perder. Tiene que comprar la comida al día, incomodidades de pertenecer a un barrio incómodo.

Muy cerca de donde hace unos días los vecinos pasaron más de 12 horas sin luz, se establece la comandancia de la Guardia Civil, enormes edificios que conviven a escasos metros de una manzana que mal vive y pelea a diario contra la distribuidora eléctrica Endesa. Otro de los vecinos guarda un registro de cada corte de luz –con hora, día y duración–. Tras la anotación de la jornada, el vecino pone el capuchón al boli y hace la consecuente llamada al teléfono de incidencias de la empresa que, como él cuenta, le remiten a una solución que llegará en 60 minutos. Eso sí, cuando con suerte no habla con un robot.

Este mismo vecino, con familia más que numerosa, vio la noche del miércoles por primera vez en semanas una película al completo –Matar al mensajero–, los cortes de luz respetaron por una vez dos horas seguidas de vida normal en una casa que apenas se distancia unos cientos de metros de edificios de nueva construcción, algunos hasta con piscina. Cara y cruz en un mismo y acotado territorio.

Ambos vecinos insisten: les da igual que haya plantaciones de marihuana o no, eso a ellos no les importa. Quieren poder disfrutar de la luz que pagan cada mes y “que quien se tenga que encargar se encargue”. Aquí el bucle que cumple cuatro años: plantaciones ilegales que consumen la energía contratada “como para un polígono industrial”, una distribuidora que se lava las manos ante un problema que acaba rebotando a las autoridades y unas autoridades se desplazan las responsabilidades entre ellas.

A. C. no se ha ido de ese barrio en 30 años pese a la estimagtización pero lo hará por los cortes de luz. En tres décadas no ha contado ni un solo problema con los vecinos, aunque es cierto que no existe gran relación. Todo el mundo convive con una venda que hay que ponerse en determinados momentos. Esta mujer ha criado en la Paz a sus hijos y ha visto de todo: yonquis en las aceras hace 20 años cuando los heroinómanos eran parte del paisaje. Aún así, A. C. solo se ha planteado marcharse ahora.

Uno de los dueños de los establecimientos cercanos, cuentan, mudó su local a la calle Recogidas y tuvo que cerrarlo porque ganaba más dinero en este barrio. Es una zona marginal, pero no pobre. Tiene grandes puntos de riqueza.

Las autoridades no lo esconden tampoco: el problema de estos vecinos viene con el consumo de electricidad de las plantaciones de marihuana. Droga que luego llega a las fiestas de universitarios en pisos y chalets. Pero eso es otra historia.

Estos dos vecinos, como otros tantos, que se adaptan a las normas no escritas no hacen juntas vecinales ni se relacionan demasiado entre sí. Las pocas manifestaciones pidiendo ayuda ante los cortes de luz que ha habido en el centro de Granada –la misma Granada– estuvo encabezada por el presidente de la asociación de vecinos que fue detenido por tener una plantación de marihuana en su casa.

No hay fuerza de barrio porque no todos van a una. “Endesa quiere enfrentarnos a los vecinos que no tenemos plantaciones y a los que sí”, dice esta vecina en alusión a que la empresa distribuidora alega que toda la culpa la tienen las plantaciones. Ella y el otro vecino lo tienen claro: “Es Endesa quien nos corta la luz, porque cada día es más o menos a la misma hora y además, los propios vecinos con plantaciones se quejan cuando sucede”. A veces, cuando se va la luz en estas calles del barrio de la Paz se escuchan voces que se quejan y dicen “joder las lámparas”.

El presidente de la asociación de vecinos fue detenido hace unos meses por tener una plantación en su casa

Estos vecinos, que una y otra vez recalcan que quieren la luz que pagan, renuncian por completo a abrir una guerra así. “No es cosa nuestra, si tiene que entrar el ejército y desmontar las plantaciones una a una que lo hagan, yo solo quiero mi luz”. No les corresponde luchar contra un Goliat, desde luego ellos no son el David de esta historia.

No es noticia, no saltarán los avisos de última hora porque una familia sufra los más de 40 grados en una casa sin ventilador, sin agua fría en la nevera durante la ola de calor o sin que funcione el aparato de oxígeno vital para los enfermos. Posiblemente hoy también, esta tarde o esta noche, familias enteras se queden sin luz y si a esto se acostumbran instituciones, alcaldía, ciudadanos y medios, ellos no acaban de adaptarse a las intermitencias de normalidad.

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