Las academias pierden una cuarta parte de sus alumnos
Primero llegó internet, luego la Logse y ahora la crisis · Los centros de enseñanza no reglada acusan un 25% menos de clientela este verano, el peor de la última década
Desde que se implantó la Logse no se registraba en Granada un descenso tan grande del volumen de trabajo de las academias en verano. La crisis económica hace mella en el bolsillo de las familias y acudir a clases de recuperación, que es lo que más se oferta en vacaciones, no es una necesidad de primer orden. El número de clientes ha descendido de media en un 20% en toda la provincia, pero además ha habido un cambio en los servicios demandados: menos cursos completos y más asignaturas sueltas.
La implantación de los cursos de formación a través de la red provocó en los noventa el cierre de muchas academias, sobre todo las de idiomas. Después llegó la Logse, la Ley de Educación que se llevó por delante los exámenes oficiales que hasta entonces se realizaban en Secundaria y supuso la escolarización obligatoria de todos los niños hasta los 16 años. Ahora le toca el turno a la crisis, que azota a todos los sectores y, en consecuencia, a la economía familiar. Los centros de formación no reglados afrontan con incertidumbre la nueva etapa que les obliga a reorganizar su oferta.
La mayoría de las academias privadas afirman que al final del curso pasado ya se vislumbraba la caída de la demanda. "Pero cuando verdaderamente se ha notado ha sido este verano", dice el director de Alfa, Sergio Escobedo.
El último gran azote al sector se vivió en 1990, con el cambio del sistema de enseñanza. Un 30% de escolares pasan desde entonces de curso "por imperativo legal", es decir, que por más que suspenden no repiten curso. Esto fue demoledor para las academias privadas, pues el número de alumnos de Primaria que contratan clases de apoyo en verano es mínimo desde que empezó la ESO.
Las academias se contratan como refuerzo al estudio del alumno, pero "como pasan de curso aunque suspendan, los padres se relajan", apunta la administradora de Carfax, María Durán, que cifra en casi un 90% el descenso de su clientela este verano respecto a los anteriores.
Desde Máxima Formación, en Loja, se hace otra apreciación. "Ahora nos cuesta más cobrar la tarifa por las clases. La gente se retrasa mucho en el pago".
El perfil del alumno que acude a un centro de estudios no reglado es bastante uniforme, según la portavoz de la Academia Salvador: "Un estudiante de Secundaria o Bachillerato con más de una asignatura pendiente de recuperar, generalmente matemáticas, física, inglés o lengua".
Un curso completo de primer ciclo de la ESO suele costar entre 160 y 200 euros, lo que da derecho a acudir a cuatro o cinco horas de clases al día. Para el Bachillerato se ofertan asignaturas sueltas (una hora al día) y se imparten por 60 a 75 euros al mes. Si se contrata más de una asignatura, el precio desciende.
"Los alumnos, como siempre. Está el que pasa de todo con más de seis pendientes y el que trabaja más, que arrastra un par", dice en Pitágoras Enrique Aliaga.
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