El accidente mortal de Huétor Santillán llega a juicio dos años después
El fiscal y la acusación particular pide para el presunto autor del siniestro, que sufre graves secuelas, cuatro años de prisión
El Juzgado de lo Penal 2 de Granada acogió ayer el juicio contra Rafael H.G. como presunto responsable del accidente de tráfico que se produjo el 2 de julio de 2008 en la carretera A-4003, en Huétor Santillán, y que costó la vida a los tres jóvenes, de 15, 17 y 21 años, que viajaban en su mismo vehículo.
La Fiscalía solicita para él una pena de cuatro años de cárcel por un delito contra la seguridad vial y otros tres de homicidio imprudente al considerar que el acusado, que entonces tenía 25 años, condujo "de forma temeraria" y a una "velocidad excesiva" poniendo en riesgo la vida de los que le acompañaban, que murieron después de que el conductor perdiera el control de su coche y chocase contra un camión de la basura.
El Ministerio Público sostiene que el procesado se "picó" con otro joven del pueblo para "ver quién llegaba antes" al municipio de Beas, adonde se dirigían para participar en un torneo de futbolín. Fue por esa razón, señala el fiscal, por la que Rafael H.G. condujo a una velocidad muy por encima de la permitida en esa vía, a al menos 123 kilómetros por hora en lugar de a los 40 que obligaban las señales en la carretera.
La acusación particular, que ejercen las tres familias de los jóvenes fallecidos, pide igualmente para el procesado pena de cárcel, aunque elevando su solicitud a cinco años, con los mismos argumentos del fiscal pero añadiendo que en la conducta del imputado hubo un "manifiesto desprecio por la vida de los demás", puesto que era conocedor de las condiciones de la carretera, tenía apenas 20 días de carné, y por lo tanto sin la "pericia" suficiente para conducir y además circulaba sin el seguro obligatorio.
El procesado, que ahora tiene 28 años, declaró con dificultad por las secuelas del accidente que, según acreditan los informes forenses, le han provocado una discapacidad del 59% y le han llevado a intentar suicidarse. Además, no recuerda nada de lo ocurrido, ni tiene tampoco memoria instantánea de sus experiencias.
De hecho, aseguró ante la juez que no recuerda cuándo se sacó el carné, ni si el coche que conducía era suyo, ni cómo pudo producirse el accidente. Todo lo que sabe, indicó, es por lo que le han contado sus amigos y familiares. Sólo dijo conocer bien a los fallecidos, especialmente al que tenía 15 años, con quien compartía una estrecha amistad.
La Fiscalía y la acusación particular sostienen que existen "pruebas suficientes" para condenar a Rafael H.G., si bien su defensa pidió la absolución al entender que en el caso hay determinadas "contradicciones" o "imprecisiones" que impiden despejar todas las dudas. Familiares y amigos de las víctimas reclamaron "justicia" a las puertas de los tribunales.
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