El 99% de los accidentes en montaña son evitables, un porcentaje tan rotundo como los tres cuerpos sin vida rescatados esta semana en Sierra Nevada y que está marcado por negligencias como la sobreestimación de las capacidades, la falta de equipo o la temeridad de intentar subir el Mulhacén en zapatillas.

La forma física, el estado de la montaña, las previsiones meteorológicas, la preparación y el sentido común forman parte de la ecuación que determina si una ruta de senderismo o una actividad de montaña se convierten en aventura o desventura.

El capitán jefe del Área de Granada del Grupo Especial de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) Rubén Santos, que coordina a los equipos de Granada, Palma de Mallorca, Tenerife, Onteniente y Álora, explica la importancia de preparar cada escapada a la montaña como camino para garantizar la vuelta.

"Solo un uno por cierto de nuestras intervenciones se producen por cuestiones inevitables, como que te caiga un rayo, de esas que dices que el accidente era para ti. En el resto juega la negligencia", añade Santos.

Lo ha hecho en una semana en la que el Greim de Granada ha rescatado los cuerpos sin vida de tres personas, un bielorruso de 22 años y dos húngaras de 55 y 57, los tres de diferentes parajes de Sierra Nevada.

El equipo del Greim ha realizado durante este 2022 un centenar de rescates, una amplia mayoría de las intervenciones con heridos o personas ilesas, pese a lo que Santos incide en la necesidad de tomar conciencia de los riesgos de este tipo de salidas a espacios naturales.

Aunque parezcan consejos de sentido común, el capitán jefe del área de Granada recuerda que hay que preparar la salida, contar con las condiciones meteorológicas favorables, no ir solo, avisar de la ruta y la estimación de tiempo para volver y contar con los medios técnicos y la preparación física necesarias.

Casi todo lo que no hizo el joven bielorruso que el pasado domingo salió en dirección al Mulhacén pese al temporal que afectaba a la zona, en la que ya llovía cuando decidió emprender la ruta solo, sin material, sin experiencia, sin conocer la actividad ni la zona, con calzado de calle y sin datos en el móvil.

"En muchas ocasiones, los rescates responden a una sobreestimación de las posibilidades de personas que cree que pueden meterse en la alta montaña sin haber hecho nunca nada parecido, sin llevar piolet o ropa impermeable, sin estar preparados", alerta Santos.

Ha insistido además en la importancia de preparar la ruta, no hacerla solo y aprovechar la tecnología para contar con geoposicionamiento, opciones que facilitan un posible rescate en el que los agentes del Greim y de la Unidad Aérea de la Guardia Civil, que les acompaña en una parte importante de las actuaciones, se juegan la vida.

"Muchos de los rescates son técnica y físicamente muy complejos, porque puede haber temporal como esta semana y que el helicóptero te suelte en zonas complejas como Los Cahorros y tengas que esperar una ventana de buen tiempo para la vuelta", apunta el capitán jefe.

La negligencia de muchos de los rescatados destaca en casos como el de una familia inglesa que el pasado 31 de diciembre quedó enriscada en el barranco de San Juan de Sierra Nevada.

La pareja y sus tres hijos, de entre 11 y 21 años, habían llegado a ese punto sin equipar y la madre tuvo que ser atendida por hipotermia, ya que iba en pantalones cortos.

Parecido fue el rescate de un sevillano que decidió ir del Veleta al Mulhacén en zapatillas o de un alpinista preparado y con experiencia en 8.000 que en 2010 se enfrentó al Mulhacén sin crampones y, con la rodilla rota tras un golpe, bajó por las Chorreras de la Mosca hasta lograr ayuda.

Otra muestra de la negligencia que activa al Greim fue el rescate con unos niños brasileños que fueron cayendo por una pendiente con placas de hielo un 6 de enero de 2014 y por el que los agentes que los rescataban cayeron por el desnivel y tuvieron que frenar de urgencia con el piolet.

"Salir a la montaña es una cosa seria", ha resumido Santos, que recuerda que la aventura de los negligentes puede costarles la vida.