La Consejería de Salud ha activado el código Ictus en 228 ocasiones durante el año 2018 en Granada a través de los centros coordinadores de urgencias y emergencias sanitarias de EPES 061. A nivel andaluz se activó 2.154 veces. Así lo anuncia la Consejería en la que defiende que la detección desde los centros coordinadores del paciente código Ictus es “fundamental para agilizar su intervención en los servicios de neurología de los hospitales”.

En el hospital Virgen de las Nieves son atendidos más de 700 pacientes al año dentro de una unidad específica para el tratamiento integral de este problema circulatorio cerebral. El centro celebra hoy un encuentro informativo con la asociación de familiares y enfermos de ictus (Neuroafeic) para conmemorar el Día Mundial de esta patología que este año se celebra con el lema 1 de cada 4 personas sufrirá un ictus. No seas ese 1.

Así, desde el servicio 061 se activa el recurso sanitario más cercano, se alerta al hospital de referencia sobre la llegada del paciente, indicando la sintomatología, el tiempo de evolución, la situación en la que se encuentra y el tiempo de llegada al centro sanitario, con el fin de que se prepare la acogida del mismo.

Los equipos de urgencias y emergencias sanitarias en Andalucía han atendido en 2018 un total de 7.362 pacientes en los que se ha confirmado el diagnóstico de Ictus, pudiendo activar el código de alerta a hospital en un 29,2% de ellos. Esta patología es la tercera causa de muerte en los países occidentales y la primera causa de invalidez en España, siendo el motivo más frecuente de ingreso en los servicios de neurología de los hospitales andaluces, según explican desde la Junta.

Los centros coordinadores de urgencias y emergencias sanitarias activaron, por tanto, una media mensual en Andalucía de 185 códigos ictus a los servicios de hemodinámica para la atención inmediata de pacientes en los que está indicado la aplicación de un tratamiento fibrinolítico que podía mejorar el pronóstico de la enfermedad y ayudar a reducir las secuelas.

Esta medida terapéutica debe aplicarse dentro de un periodo de tiempo denominado ‘ventana terapéutica’, que está entre las cuatro horas y media o seis desde el inicio de los síntomas dependiendo de cada caso.