Tribunales

El acusado de matar y enterrar a su mujer en Guadix se enfrenta finalmente a una petición fiscal de 24 años de cárcel

El juicio, que se celebra con jurado popular, se lleva a cabo en la sede judicial de La Caleta.

El juicio, que se celebra con jurado popular, se lleva a cabo en la sede judicial de La Caleta.

La Fiscalía ha rebajado a 24 años su petición inicial de pena de cárcel para el septuagenario juzgado desde este pasado lunes por la fórmula del jurado popular en Granada, al que acusa por la presunta comisión de un delito de asesinato de su mujer en Guadix, a la que habría matado en 2018 golpeándola con un martillo y posteriormente enterrado en un paraje del entorno.

El jurado se retiró a deliberar pasado el mediodía de este jueves, según indicaron fuentes del caso, que precisaron que el Ministerio Público ha introducido esta modificación en virtud de la introducción de una circunstancia atenuante de confesión o colaboración para el esclarecimiento de los hechos. Mantiene las agravantes de parentesco y género.

Por otra parte, tanto la acusación particular, que representa a tres de los cuatro hijos que la mujer tenía de una relación anterior, como la popular, que ejerce la Junta en defensa del interés general, siguen pidiendo 25 años de prisión para el procesado por la presunta comisión de un delito de asesinato.

La defensa pide en sus conclusiones finales una pena de siete años de prisión por la presunta comisión de un delito de homicidio, teniendo en cuenta distintas circunstancias atenuantes, como son las de trastorno mental transitorio y de arrebato u obcecación.

En el edificio judicial de Caleta -donde se ha venido celebrando el juicio para cumplir con las medidas de seguridad por la pandemia de coronavirus hasta este jueves, ya en la Chancillería-, el procesado señaló este pasado lunes, ante el tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial, que asestó en su casa a su mujer, de 56 años, el 4 de febrero de 2018 en Guadix, un golpe con un puño y tres con un martillo de hierro tipo machota y, cuando supuso que estaba muerta, la enterró. Mantuvo que lo hizo porque ella le atacó previamente.

Señaló que su intención no fue matarla y que la quería, si bien mantuvo que ella le dio aquella noche en la cabeza con un "cucharón" con el "rabo" de 40 centímetros, y él cayó al suelo. Cuando ella habría ido a atacarle con la machota, él, según su versión de los hechos, se levantó, le dio con un puño y de la "rabia" tres golpes con el martillo.

Negó que pretendiera asfixiarla, como mantiene la Fiscalía, con las bolsas de plástico que le colocó después en la cabeza, lo que hizo, agregó, para no manchar de sangre el suelo. A los "diez o doce minutos" de los golpes, cuando comprobó que había muerto, preparó una carretilla y se dirigió a un paraje alejado para enterrar el cuerpo, dijo, pidiendo luego perdón "a Dios y a la Virgen" por lo sucedido.

El procesado reconoció, a preguntas de la acusación particular, que confesó que había sido él a la Guardia Civil cuando lo iban a descubrir. "Si no, no lo hubiera dicho", indicó.

En esta misma sesión declararon los hijos de la víctima, y, ya el martes, en calidad de testigos, dos vecinas que se refirieron a ruidos que escucharon a las 2:00, cuando supuestamente se produjo el crimen, y a las 5:00 horas, en torno a la cual el acusado habría limpiado en el domicilio donde sucedieron los hechos.

También lo hizo un hijo del procesado, que se refirió a una tensión previa a los hechos en el ámbito familiar, así como guardias civiles encargados de la investigación. En la tercera sesión, tuvieron lugar las declaraciones de peritos y forenses, quedando ya para este jueves las conclusiones definitivas de las partes, sus informes y la entrega del cuestionario sobre el que delibera el jurado.

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