Granada

El adiós a la 'nueva normalidad': un brindis de despedida "por la penúltima, Granada"

  • La ciudad vuelve a esa foto fija en la que todo está congelado y la vida parece haberse detenido

Un camarero echa el cierre en un bar en Granada.

Un camarero echa el cierre en un bar en Granada. / Jesús Jiménez/Photographerssports

Es casi la media noche y se escucha cómo el último cierre de un bar echa el telón, como esa obra de teatro que se despide de la última función de una gira que acaba de llegar a su fin sin saber cuándo volverá a renovarse. Cabeza agachada, paso rápido y con resignación, así se van a casa "los últimos de Granada", aquellos camareros, gerentes y/o dueños de esos lugares donde se ama la vida y donde un par de horas antes un pequeño grupo de amigos se despedía con un brindis "por la penúltima, que eso de última suena muy feo".

Las calles ya están desiertas, el toque de queda lleva vigente una hora y ahora todo ha vuelto a detenerse hasta nuevo aviso y no solo cuando caiga la noche, algo que ya se presagiaba horas antes en la Alhambra, cuando a las seis de la tarde, en mitad de un silencio sepulcral, dos amigos abandonaban el Palacio de Carlos V y tras de sí se cerraba, sin fecha exacta de reapertura, la puerta del mismo.

El centro, vacío. El centro, vacío.

El centro, vacío. / Antonio L. Juárez/Photographerssports

La foto fija que tanto odiamos en marzo vuelve a congelar a una ciudad en la que esa misma tarde el trajín de gente había incluso dejado colas en comercios -"vengo a por un chándal, que ahora habrá que estar cómoda en casa", le decía una cliente a una conocida mientras aguardaba a entrar en el establecimiento"- o que hace unas semanas revivía algo parecido a lo que hace un año era normal en un puente. Y quizá ahí estuviese el error.

La Puerta de la Justicia de la Alhambra, este lunes. La Puerta de la Justicia de la Alhambra, este lunes.

La Puerta de la Justicia de la Alhambra, este lunes. / Noelia Gómez Mira

Hemos creído que podíamos ser más listos que un virus que no conocemos, que nos ganó el pulso en marzo y que ahora nos vuelve a poner contra las cuerdas. Se decía que íbamos a volver mejores, más fuertes y más unidos. Pero ni siquiera hemos vuelto. Al menos no todavía. Aunque a lo que sí volvemos hoy es a despedirnos de lo que creíamos que era la "nueva normalidad". Y quizá el problema era que no entendimos que la nueva normalidad también era esto si las cosas no iban bien. Y no, a la vista está que no han ido.

¿Por qué? Gran pregunta, pero mientras se discute de quién es o no la culpa, mejor brindamos porque pronto volvamos a reencontrarnos en aquellos lugares que dan vida y sin tener que volver a despedirlos. "Por la penúltima siempre, Granada" y porque esta vez sea, de verdad, la última.

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