Los estragos de la Covid-19 remiten progresivamente, y con ese respiro las cosas vuelven a tomar el latido y el pulso de la 'vieja normalidad'. Entre quienes recuperan parte de sus costumbres, proyectos y actividades, se encuentran los alumnos de Erasmus -a nivel universitario- y de Erasmus + -para ESO y Bachillerato- , que ven cómo la apertura de fronteras beneficia la movilidad entre países. Entre los beneficiarios de estos programas de formación, están cinco alumnos de 4º de ESO del Colegio Ave María San Isidro que desde hace una semana conviven en Polonia junto a otros treinta y cinco adolescentes de Lituania, Letonia, Eslovaquia, Irlanda y Rumanía.

Candela, Víctor, Alba, Irene y Marcos partieron desde Granada rumbo a Varsovia el pasado viernes para trabajar cooperativamente con otros países sobre los retos culturales que afronta Europa. Bajo el nombre de "Youth exchange culture" (Intercambio cultural juvenil), estos cinco jóvenes avemarianos han impulsado distintos talleres, entre ellos uno relacionado con la importancia de la identidad cultural de los países de la Unión Europea: "hemos intentado trabajar aspectos como la lengua, el carácter, los símbolos o los juegos populares para que todos conozcamos un poco mejor qué es aquello que nos une y a su vez nos hace diferentes", ha señalado Víctor García, uno de los líderes de este taller.

Alba Cazalilla e Irene Ortega han sido dos de las encargadas de diseñar las estrategias de dinamización de esta tarea: "Como alumnas del Ave María tenemos muy presente el espíritu de Andrés Manjón, que concebía la educación a través del juego. Por esta razón, entre las actividades que hemos impulsado desde el Spanish team ha sido trabajar con el resto de los compañeros de otros países a través de juegos y dinámicas más desenfadadas. Conocimos juegos populares de sus respectivos países y nosotros les enseñamos también cómo solemos jugar en España".

Algunos de los participantes del proyecto de Eramus + "Youth exchange culture"

Interreligiosidad, tolerancia o interculturalidad han sido solo algunos de los aspectos que, a lo largo de ocho días, han desarrollado estos cuarenta alumnos de Erasmus +. Una formación en valores que se ha conjugado, tal y como señala Candela García, con excursiones a lugares destacados del país como el Castillo de Malbrok o la ciudad monumental de Gdansk. "Está siendo una experiencia inolvidable, conociendo un país del que tampoco sabíamos mucho antes de llegar y relacionándonos con gente de nuestra edad, con mentalidades y costumbres diferentes. Al principio estábamos nerviosos y un poco cohibidos, pero ahora ninguno tiene ganas de que esto termine".

Pero no solo del intelecto vive el hombre. Como parte del programa, destacan sus participantes, las noches temáticas en las que pudieron dar a conocer aspectos curiosos o relevantes de la cultura de las diversas nacionalidades, además de mostrar una pequeña selección de su más característica gastronomía. Marcos Prados fue el encargado de liderar la noche cultural española donde causó furor el jamón serrano, la carne de membrillo o los polvorones: "fue genial ver cómo polacos, eslovacos o irlandeses se sorprendían tanto con algo que para nosotros es muy común. Y más alucinados quedaron cuando vieron cómo, en ese mismo momento, preparábamos un gazpacho. No daban crédito", comenta emocionado este joven alumno. 

Una experiencia que, aunque aún no ha terminado ya que deben emprender la última etapa de su viaje visitando Cracovia, recomiendan a todos los adolescentes ya que, indistintamente de los proyectos o iniciativas que en cada caso se trabajan, resulta siempre enriquecedor conocer y que te conozcan, hablando en inglés y ayudando a estrechar lazos entre países. "A parte de que esta experiencia nos hace sentirnos más europeos, nos llevamos grandes momentos de este Erasmus + pero lo mejor es que también hemos metido en nuestra mochila nuevos y buenos amigos".