Los agricultores de Granada prevén una cosecha de almendra inferior a la de 2024 pese al aumento de la superficie cultivada

UPA Granada estima en un 10,6% la reducción de la recolección pese a las 4.296 nuevas hectáreas del fruto seco en la provincia

El sector de la almendra en Granada, preocupado ante la guerra arancelaria entre EEUU y Europa

Imagen de archivo de un agricultor mostrando una almendra en el árbol
Imagen de archivo de un agricultor mostrando una almendra en el árbol / G. H.

A pocas semanas del inicio de la cosecha de la almendra en Granada, las previsiones no auguran un buen final de verano para este fruto seco. Pese a a ello la provincia granadina sigue siendo líder nacional en cultivo de este fruto, y las previsiones apuntan para este 2025 una producción de 9.828 toneladas de almendra grano.

Estas cifras consolidan a Granada como la provincia líder nacional en superficie destinada a este cultivo, con 89.771 hectáreas entre secano y regadío, pero son una importante reducción frente a las 11.000 del año pasado, debido principalmente a las inclemencias climáticas y a la presión de plagas como la avispilla del almendro.

Granada destaca como la provincia andaluza que más ha incrementado su superficie de almendro, con 3.888 nuevas hectáreas en secano y 408 en regadío, lo que supone un total de 4.296 hectáreas adicionales. Este crecimiento sitúa al almendro como un cultivo muy consolidado en la provincia, especialmente en las comarcas del Norte. No obstante, la campaña 2025 se presenta irregular. En el norte de Granada se esperan resultados similares o incluso algo superiores al pasado año, pero en el sur las previsiones apuntan a descensos del 20% al 30%.

Las causas principales de esta disminución son varias. Según los agricultores, principalmente han afectado las lluvias tardías tras años de sequía, que además coincidieron con la floración. También el viento intenso, que dificultó el vuelo de las abejas y la polinización. Las granizadas del 15 de abril, que restaron parte de la cosecha en determinadas zonas, fueron muy perjudiciales. Y a esto hay que sumar la plaga de la avispilla del almendro, con un fuerte impacto en las comarcas de Baza y Huéscar, especialmente sobre variedades de cáscara blanda y brotación tardía.

Preocupación por los precios y la competencia desigual

A esta reducción de la producción se suma la tendencia descendente de los precios, actualmente en el límite del umbral de rentabilidad, dado que los costes de producción rondan los 5-6 euros por kilo. El secretario general de UPA Granada, Nicolás Chica Escanes, ha señalado que el sector "atraviesa una situación muy complicada", recordando que hace unos años los precios permitían cierta rentabilidad gracias a la caída de la producción mundial como consecuencia de las circunstancias climatológicas.

Hoy, sin embargo, los agricultores granadinos y españoles compiten en desigualdad de condiciones con países como Estados Unidos, primer productor y exportador mundial, con explotaciones intensivas, gran disponibilidad de agua y un uso extensivo de fitosanitarios. Estas circunstancias permiten al país americano obtener producciones mucho mayores y a un precio más bajo y competitivo. Lo que puede hacer que los precios a nivel mundial sufran un gran descenso impidiendo a nuestros agricultores ya no obtener cierta rentabilidad, sino ni si quiera cubrir los costes de producción.

Además, Chica Escanes ha denunciado la desventaja arancelaria: mientras las almendras españolas se enfrentan a un 15% de aranceles en Estados Unidos, donde son muy apreciadas por el sector de los cosméticos, las americanas apenas tributan un 2,5% en Europa. Esta situación, unida a la sobreoferta mundial, amenaza con hundir aún más los precios.

Pese a estas dificultades, el secretario general de UPA Granada ha querido destacar la calidad, seguridad y trazabilidad de la almendra granadina y española, frente a la de otros orígenes con normativas de producción menos exigentes. “El almendro es un cultivo estratégico para Granada, especialmente en el norte de la provincia, donde contribuye al mantenimiento de la población y al desarrollo económico de las comarcas rurales. Sin embargo, necesitamos precios justos y reglas de competencia equilibradas para garantizar el futuro de nuestros agricultores”, ha concluido.

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