El alcalde de Santa Fe encadenó a Colón
Francisco de Bobadilla, el primer alcalde de Santa Fe, envió a España a Colón apresado con grilletes por malversación de caudales A su vuelta el barco naufragó y Bobadilla se ahogó
Están de moda las imputaciones de personajes ilustres que un día fueron jefes, directores, alcaldes y hasta presidentes y al día siguiente los vemos 'hacer el paseíllo' para sentarse en el banquillo. En este caso el encausado fue el Almirante Cristóbal Colón.
Les cuento hoy el caso muy sonado en la Corte de los Reyes Católicos cuando el que fuera primer alcalde de Santa Fe, Francisco de Bobadilla mandó apresar con grilletes a Cristóbal Colón y enviarlo desde América hasta Cádiz. Humillante viaje del que fuera Almirante de la Mar Océana que, una vez desembarcado, no quiso que nadie le quitara las cadenas y con ellas vino hasta Granada para que fueran los propios Reyes Católicos los que abrieran los grilletes, lamentaran el suceso y deshicieran el escándalo.
Francisco de Bobadilla había sido nombrado primer Alcalde de Santa Fe en mayo de 1492 recién terminada la Guerra de Granada y firmadas las Capitulaciones. Sabemos el importante papel que jugó esta villa granadina como campamento estratégico previo a la conquista de la sede del Reino Nazarí y por lo tanto el prestigio que suponía ser allí alcalde. Unos años después, el 21 de marzo de 1499, la reina Isabel ordenó a Bobadilla que investigara el comportamiento de Colón ante las continuas quejas que de su actuación con los indios se estaban recibiendo. El Almirante acababa de enviar a Sevilla cinco barcos con 600 esclavos.
Los problemas internos entre los propios españoles en América obligaron a Colón a deshacerse violentamente de algunos de ellos, lo cual, unido a los desmanes en el tratamiento de los esclavos y el poco oro que hasta entonces llegaba alarmaron a la reina Isabel. Alguien, el cronista Andrés Bernáldez, el cura de Los Palacios, pensaba que Colón y sus hermanos se estaban aprovechando en beneficio propio. Lo que podría ser hoy malversación de caudales públicos o apropiación indebida. El final es que Bobadilla fue enviado con plenos poderes a La Española (Santo Domingo), detuvo a Colón y a sus hermanos, los encerró encadenados en una mazmorra y los envió luego para Cádiz apresados con grilletes donde desembarcaron el 20 de noviembre de 1500. Enterados los reyes mandaron enseguida liberar a Colón. Este se negó a que le quitaran las cadenas si no era en presencia de los monarcas; y con ellas "hizo el paseíllo" hasta Granada.
Dos años después todo quedó en el olvido; diríamos con lenguaje moderno que el pecado había prescrito y en marzo de 1502, según el cronista Fray Bartolomé de Las Casas, los reyes lamentaron el encarcelamiento humillante de Colón y le dieron de nuevo carta de embarque para las Indias. Sería su cuarto y último viaje acompañado de sus hermanos y de su hijo Fernando que tenía entonces 14 años.
A partir de ahí llovieron las críticas contra Bobadilla al saberse que muchas de las acusaciones contra Colón podrían haber sido falsas o exageradas. Por una parte Bobadilla había sido calificado por el cronista Bernáldez, como "gran caballero, virtuoso y querido por todos". Pero por otro lado Fernando, el hijo de Colón, dedica un capítulo de su obra con este largo y elocuente título "Cómo por insinuaciones falsas y fingidas quejas de algunos enviaron los Reyes Católicos un juez a las Indias para saber lo que pasaba".
Finalmente el que fuera primer alcalde de Santa Fe y luego juez pesquisidor en las Indias, Francisco de Bobadilla fue sustituido por Fray Nicolás de Ovando en 1501. A su vuelta a España en 1502 el barco naufragó con veinte naves más, víctimas de una horrible tormenta entre Santo Domingo y Puerto Rico; en el fondo del Canal de la Mona quedarán todavía sus restos junto a cuatro mil pesos de oro. Si alguien los encuentra no estaría mal que se los regalara al Ayuntamiento de Santa Fe, para eso fue Bobadilla su primer alcalde.
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