Ángel Ibarra, director del Consorcio IFMIF Dones: "La prioridad es empezar a echar hormigón"

El responsable del proyecto analiza lo hecho durante el curso y adelanta los retos que llegan a partir de septiembre para una infraestructura que se ofrece como oportunidad para toda la provincia

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Ángel Ibarra, en el Palacete de Quinta Alegre. / jose velasco / gp media

En los últimos meses, una serie de acontecimientos han puesto en primera línea al acelerador de partículas que se construirá en Granada. Nuevos socios se han sumado al proyecto y se ha licitado uno de los contratos más importantes, que se materializará en el inicio de las obras en 2026. Son el resultado del trabajo persistente del Consorcio IFMIF Dones. Su director, Ángel Ibarra, enumera los hitos de este curso y adelanta lo que vendrá.

Pregunta.-Ha sido un año muy intenso. Y provechoso.

Respuesta.-En estos últimos meses yo diría que hay tres cosas muy importantes que se han empezado a materializar en hechos concretos. Una de ellas es la consolidación de la participación internacional. Aquí lo que ha ocurrido es que ha cuajado el trabajo de los últimos dos o tres años. Se ha confirmado la participación de Japón, que teníamos hilvanada desde hace bastante tiempo. Es un socio estratégico de todas las actividades que se han hecho en los últimos veinte años relacionadas con este tipo de investigación. Es además el primer socio que no es europeo. Además, se ha desbloqueado la participación de la Comisión Europea a través de Fusion for Energy. Su participación se aprobó el año pasado y es muy importante en lo económico y también desde el punto de vista estratégico.

P.-¿Por qué?

R.-Lo que estamos haciendo es un proyecto que sólo tiene sentido a nivel internacional. Nuestros resultados o el tipo de experimentos que queremos hacer tienen relevancia pensando a nivel europeo o mundial, porque son necesarios para desarrollar la fusión como energía. Con la participación de Fusion for Energy podemos decir que el proyecto está totalmente consolidado. Estamos hablando con Italia y con Alemania y están surgiendo otras oportunidades. Para Italia participar tiene una razón estratégica, porque sobre todo lo que les interesa es que su industria alrededor de la fusión se desarrolle. La máquina que estamos haciendo es única y quieren aprender. En el caso de Alemania hay empresas privadas que quieren desarrollar reactores de fusión. Para que esas empresas privadas puedan acceder a hacer experimentos en Dones tiene que participar su Gobierno. Los motivos pueden ser diferentes, pero lo que importa es que el núcleo del proyecto está consolidado y cuantos más vengan, mejor porque nos va a permitir hacer ampliaciones y abordar nuevos problemas.

P.-Hablaba de tres claves este año...

R.-La segunda es que la financiación española al proyecto se ha asegurado para los próximos tres o cuatro años. Ha habido muchos anuncios de que se iba a hacer, pero no se había concretado en un convenio ni en un calendario de pagos, por decirlo de alguna manera. Y este curso, tanto Ministerio como Junta han definido de qué forma van a hacer sus aportaciones. Tenemos un calendario concreto, específico, de cuánto dinero vamos a recibir cada año. Y ese dinero se puede poner en marcha. Nos da tranquilidad al menos para cuatro años.

P.-Cuatro años...

R.-Es lo razonable. No podríamos tenerlo todo ahora. Es dinero asociado a Fondos FEDER y esos fondos están asociados a programas marco. El que tenemos ahora va de 2021 a 2027. El siguiente será de 2028 a 2034 y tendrá que definirse.

P.-Y el tercer hito de este curso ¿cuál ha sido?

R.-Hemos lanzado un montón de contratos de acuerdos marcos. La idea de usar acuerdos marcos es relativamente novedosa en el marco de la investigación. El sistema de licitación pública es un proceso muy complejo. Y normalmente en las licitaciones tienes que tener un pliego de especificaciones técnicas que tiene que ir con todos los detalles. Nosotros no estamos en condiciones de decir por dónde tienen que pasar los cables. El edificio está más o menos definido, hay mucho hecho, pero no están todos los detalles. Es algo que tiene que desarrollarse conforme se construya y se discuta con los socios los cacharros que vamos a meter ahí. Encontramos en los acuerdos marco una solución. No pedimos que nos construyan el edificio, sino que lo que pedimos son capacidades. Buscamos empresas que nos digan a qué precio nos lo van a construir, cuánto cuesta el metro cúbico de hormigón, el coste de la hora de ingeniero... y luego con eso adjudicamos. Este año hemos lanzado cuatro o cinco acuerdos marco. Es una de las cosas que se lleva más tiempo.

P.-¿Cuántas personas trabajan en el IFMIF Dones?

R.-Hemos pasado de 15 en el Consorcio a prácticamente 40 o 45. El crecimiento del equipo es muy importante porque nos permite ser capaces de gestionar esos contratos de los que hablamos. En total todo el equipo son 60, 45 del Consorcio y el resto son trabajadores de Fusion for Energy.

P.-Lo que más llama la atención de estos hitos es que ustedes lo han conseguido sin que salieran a la luz grandes discrepancias o conflictos tanto a nivel nacional como internacional, pese a que, por ejemplo, Junta y Gobierno son de distinto signo político.

R.-No hemos tenido nunca ningún problema. Ha habido alguna tirantez, pero nunca un problema serio. Una de las razones es que siempre hemos sido muy transparentes. Les hemos contado tanto a unos como a otros, en el Gobierno o en la oposición, qué estaba pasando. Lo hacemos con todos. Hace ya un par de años establecimos una reunión que llamamos foro local en el que invitamos a todo el mundo del entorno granadino. Ellos han sido capaces de entender la relevancia del proyecto, no a nivel científico, sino a nivel estratégico. Ha habido detalles, detalles menores, pero yo no he visto discrepancias políticas entre unos y otros. A nivel internacional es más complejo, pero creo que toda la comunidad de fusión reconoce que esto ees algo que debiera haberse hecho, era algo pendiente. Por alguna razón no había salido y posiblemente esa razón era que no había un país que empujase suficientemente. Los proyectos no nacen del aire. Tiene que haber alguien que lidere. Y durante muchos años no ha habido nadie que lidere esta línea de trabajo. Cuando España levantó la mano no hubo una oposición radical de nadie. Todos reconocían que hacía falta. Y luego creo que, no sé si me equivoco, no tenemos excesivo afán de protagonismo. Si alguien quiere aportar algo y ponerse una medalla, no hay ningún problema. Cuantos más se apunten, mejor. Lo que ha funcionado es una transparencia deliberada.

P.-¿Algo que hubiera cambiado?

R.-No me atrevo a decir si podríamos haber funcionado mejor de otra manera. Pero estamos aquí. Me hubiera gustado ser más rápido. Lanzamos la candidatura española en 2016 y decimos que el proyecto está consolidado en 2025. Han pasado nueve años.

P.-En 2026 se comenzará con la obra, ¿es el mayor reto para el próximo curso?

R.-Lo más importante es empezar a echar hormigón. Eso es lo que marca que podamos mantener las fechas previstas. Es la prioridad número uno, echar hormigón. Empiezan a ser importantes algunos de los componentes que tienen que entrar en el edificio, en concreto alguno de los que se tienen que hacer fuera. No porque los necesitemos pronto, sino porque se tarda mucho en fabricarlos. Uno de los retos es que Fusion for Energy lance los contratos para algunos de los cacharros que tiene que fabricar. Tenemos que firmar un documento en el que se describa cómo tiene que ser. Las contribuciones de los socios no son lo que ellos quieran, sino que tiene que ser lo que hace falta y eso se detalla en un documento que firman las dos partes. Llegar a acordar esa descripción técnica es un trabajo complicado. El año que viene va a ser muy relevante en ese sentido porque hay algunas discusiones que hay que desarrollar. A nivel político estaría muy bien que se confirmara lo de Italia y lo de Alemania y que viniera alguno más, pero eso no es prioritario. Lo más importante es echar hormigón. También hay que generar experiencia, empezar a jugar con los cacharros de manera que cuando nos lleguen las cosas que van a venir de fuera sepamos cómo manejarlas. Tenemos que intentar montar otro laboratorio y desarrollar toda esa parte de forma seria. El problema que queda pendiente es el del personal. Tenemos que ser capaces de crecer mucho más de lo que hemos crecido. Somos 50 y deberíamos ser cien. Tenemos que resolver los cuellos de botella que tenemos con la aprobación de plazas por parte de Hacienda, sobre todo. Ese es un elemento crítico que tenemos que resolver ese año. Se planteó en el plan estratégico que se presentó al Ministerio y que parce que está a punto de salir, y que es distinto al plan director de la Junta.

P.-Se habla del acelerador como proyecto clave para el desarrollo de la comarca y de la provincia, capaz de cambiar el entorno. ¿Cómo van las comunicaciones?

R.-La cosa no va bien, y no sólo por las carreteras. No hay ni un hotel. Debería haber un transporte público al Citai. Todos los días van 1.800 personas a trabajar allí y no hay nada. Parece que va a haber un autobús con salida a las ocho de Granada y vuelta a las seis de la tarde. Y un transporte público es que haya por lo menos un autobús cada hora. Que haya uno por la mañana y uno por la tarde está bien, pero la lógica dice que debería mejorarse. Debería haber un hotel, aunque sea pequeñito, más restaurantes. No depende de nosotros. No depende de la Junta. Depende de que haya alguien que esté dispuesto a poner algo de dinero. Hay iniciativas, como lo del autobús, o la Cámara de Comercio, que ha montado la Industry Office, que su objetivo es promover la industria interesada en lo que estamos haciendo.

P.-Otra de las líneas de trabajo es el desarrollo de títulos formativos con la Universidad...

R.-Es algo que hace falta. Hay dos o tres posgrados propuestos que nos interesan, además de los que ya hay funcionando. Hay algunos que son únicos en España. Tenemos que intentar trabajar en una estrategia parecida en la Formación Profesional, porque no sólo vamos a necesitar ingenieros o químicos, también necesitamos muchos técnicos. Ahí vamos un poquito más retrasados. Creemos que podemos guiar hacia algunos tipos de formaciones en FP que en general tengan salida en el mercado laboral.

P.-Eso en cuanto a futuro. Porque ¿hasta cuándo va a estar en el proyecto usted?

R.-Tengo 68 años. No sé cuándo, pero pronto me jubilaré. No sé cuándo. A los 70 me echan, así que pronto. Está clarísimo, yo no puedo estar aquí para siempre. Hay equipo. No tengo ninguna duda de que los proyectos siguen adelante sin ningún problema. Bueno, o con problemas, pero ninguno generado por mí [risas]. De eso no tengo ninguna duda.

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