Granada año a año
  • Se estrena en el monasterio de San Jerónimo la obra de Falla ‘Atlántida’ y muere en accidente de automóvil en Valderrubio una de las hermanas de García Lorca

  • Se instala definitivamente en el solar que había dejado el antiguo edificio de Correos el monumento de Isabel la Católica y Colón

1962, el año en el que un paracaidista aterrizó en la plaza del Carmen

Traslado del monumento de Isabel la Católica. Traslado del monumento de Isabel la Católica.

Traslado del monumento de Isabel la Católica. / Torres Molina

En 1962 el entonces príncipe de España Juan Carlos de Borbón se casa con la princesa Sofía de Grecia. Ese año también muere de forma extraña Marilyn Monroe, dejando huérfanos de admiración a millones de personas en todo el mundo. Argelia consigue la independencia y se celebra en la basílica de San Pedro el Concilio Vaticano II, cuyo impresionante ceremonial con 81 cardenales y unos 2.500 padres conciliares pudieron ver los granadinos por la televisión, cuyas emisiones cada día tenían menos nieve, musarañas e interferencias.

En Granada ese año pasan cosas menos importantes, pero pasan. Por ejemplo, se bendice y se abre al tráfico el tramo del Camino de Ronda que enlaza la carretera de la Costa con el Camino de Dílar. Se asfalta la vía con 16 metros de anchura nada menos. A mediados de septiembre se resuelve el concurso convocado para la implantación en Granada de un servicio de autobuses. Se adjudica a la empresa Rober de Madrid, que se compromete a no elevar las tarifas, acoger a parte del personal de los tranvías y a dotar las líneas de modernos vehículos, más amplios que los que había hasta ese momento y que pertenecían a los servicios del Parque Móvil. Los primeros autobuses de la Rober eran conocidos popularmente como los azules o como los tuertos porque en la delantera sólo se veía el compartimento del conductor y a la derecha un antiestético hueco vacío.

El paracaidista en plena actuación en la Plaza del Carmen. El paracaidista en plena actuación en la Plaza del Carmen.

El paracaidista en plena actuación en la Plaza del Carmen.

Ese año el Ayuntamiento adquiere el carmen en el que vivió Manuel de Falla para convertirlo en casa museo y se inaugura el alumbrado permanente en La Alhambra. También es el año en el que se inaugura el Chiky Cinema –que después se llamaría Cine Trébol– en el barrio de Los Pajaritos y en el que la Asociación Española Contra el Cáncer donó la primera bomba de cobalto, que se instaló en el Clínico y que estuvo en funcionamiento hasta 1982.

Aunque, uno de los acontecimientos que atrajo a más público fue la actuación de un paracaidista dispuesto a tirarse de los sitios más altos de Granada. Era un espectáculo que estaba a cargo de un tal Jams Will, aunque en realidad se llamada Julián Zamarriego y era de Madrid. Durante la semana de las fiestas del Corpus se tiró en paracaídas desde el edificio del Banco de Vizcaya en la plaza del Carmen. Un día más tarde lo hizo desde el edificio Olmedo en Puerta Real y el 13 de junio desde el edificio del teatro Isabel la Católica. Julián Zamarriego era acomodador del circo Price y sabía cómo podía divertir a la gente, por eso se puso un nombre artístico y comenzó a tirarse en paracaídas desde los edificios más altos de España. En Granada tuvo mucho éxito ya que sus actuaciones llegaron a congregar a miles de personas.

Hablando de espectáculos, tras la muerte de Antonio Gallego Burín, principal valedor del Festival de Música y Danza de Granada, se da una cierta desconexión entre el comité local y el nacional, que al fin y al cabo era el que ponía el dinero. La situación se planteaba tan complicada que al terminar la edición de 1962 quedaba la incógnita de si al año siguiente se podía llevar a cabo.

Manuel de Falla en el carmen de la Antequeruela. Manuel de Falla en el carmen de la Antequeruela.

Manuel de Falla en el carmen de la Antequeruela.

Según ha dejado escrito Cristina Viñes, a última hora la papeleta quedaría resuelta gracias a la colaboración económica de numerosas entidades granadinas, bajo la ordenación de la Dirección General de Bellas Artes. Para contrarrestar la crisis abierta en el Festival y ese pesimismo sobre su continuidad, el nuevo director de Bellas Artes, Gratiniano Nieto, apoyó una iniciativa encaminada precisamente a acallar a los agoreros: el estreno en el monasterio de San Jerónimo de Atlántida, la obra inconclusa de Manuel de Falla, y la actuación de la ópera El rapto del Serrallo, de Mozart. Además, se inauguró una exposición sobre el músico gaditano que tantos años vivió en Granada. Cuando terminó el año, la seguridad del festival parecía estar asegurada.

Isabel La Católica se muda

El traslado del monumento de Isabel la Católica y Cristóbal Colón desde su emplazamiento del Paseo del Salón a su ubicación actual y decidido en 1961, se llevó a cabo en 1962. Los granadinos pudieron ver como las estatuas de Mariano Benlliure fueron trasladadas en un camión y después depositadas con un sistema de poleas en el antiguo solar de la casa de Correos.

En 1962 la tasa de analfabetismo en Granada era de un 25 por ciento. O sea, que uno de cada cuatro granadinos no sabía ni leer ni escribir. Por eso se lleva a cabo en la provincia una campaña de alfabetización a cargo del Servicio Universitario de Trabajo (SUT), dependiente del Sindicato Español Universitario (SEU). Esta campaña estaba planteada como cauce de servicio a la sociedad en las que se propiciaba la conexión del universitario con la realidad rural. Se trataba de poner en contacto al estudiante con la clase obrera y los campos de trabajo. Según Manuel Titos, "los universitarios fueron colocados ante una dura realidad social y reaccionaron ante ella con la sensibilidad lógica de su conciencia. Pero institucionalmente había límites y tras las proclamas de apoliticismo se encubrían realmente lealtades no siempre confesadas al Régimen". Como anécdota señalamos que uno de los universitarios que participó en la campaña fue el poeta salmantino José Miguel Ullán, que enseñó a leer a los analfabetos del Almendral, pequeño núcleo del municipio de Zafarraya.

Según recoge José Luis Entrala en su libro sobre el siglo de anécdotas, en 1962 el profesor Antonio Gallego Morell da una conferencia sobre Federico García Lorca, aunque lo hará en Roma porque en Granada ese nombre estaba casi prohibido: si acaso se nombraba había que hacerlo bajando la voz. Gallego Morell se erigirá como uno de los primeros defensores de romper el tabú que pesaba sobre la muerte del poeta de Fuente Vaqueros. Tal es así que poco después de ser nombrado delegado de Turismo llega a convencer a su jefe, Manuel Fraga, que es elegido ese año ministro de Información y Turismo, para que el parador de Sierra Nevada llevara el nombre de Federico García Lorca. Ya estaba listo, con los impresos y carteles fabricados, cuando la familia del poeta se negó a tal pretensión. "Menos mal que no ha querido la familia porque yo, como falangista y gobernador de Granada, no hubiera consentido que se pusiera al parador el nombre de ese maricón", oyó Entrala que dijo un tal Soler Bans, un genio de la tolerancia.

Uno de los primeros autobuses de Granada por la Carrera del Darro. Uno de los primeros autobuses de Granada por la Carrera del Darro.

Uno de los primeros autobuses de Granada por la Carrera del Darro.

El mismo que en julio de ese año dicta una circular prohibiendo el uso del pantalón corto en el casco urbano de los pueblos de la provincia. La primera multa se la llevó un alemán, un tal Heinrich Adolfo Haberman, el cual fue detenido cerca de Plaza Nueva y llevado al calabozo porque se negó a cubrirse las piernas tal y como se lo indicaban los agentes del orden. El alemán, que tenía 21 años, cuando se fue juró no volver más por Granada. Las mujeres lo tenían peor, mucho peor. Si se quería ver unas piernas había que ir a la playa o al cine. Precisamente ese año se rueda íntegramente en Almuñécar la película El próximo otoño, en la que una joven francesa viene a la localidad costera a bañarse en bikini y a exponer su punto de vista sobre los problemas de amor es la generación reprimida. La película se rodó en el hotel Sexi, la playa de San Cristóbal y la playa de Velilla.

Manuel Benítez 'El Cordobés', ese que ese ve en estos días abrazando a un hijo al que no ha querido reconocer durante casi cincuenta años, vuelve en 1962 a Granada para participar en la secuencia de otra película: Chantaje a un torero. Por aquellos años este torero se arrimaba mucho a los toros y a las muchachas: a los primeros les cortaba las orejas y a las segundas las dejaba preñadas y luego si te he visto no me acuerdo. Era valiente en la plaza, pero no en la vida.

Ese año, otro poeta granadino, Luis Rosales, tan relacionado con García Lorca porque fue en su casa familiar donde fue detenido unos días antes de su asesinato, ingresa en la Real Academia de la Lengua y ocupa el lugar que había dejado vacante Ramón Pérez de Ayala.

Mas cuevas que se hunden

El capítulo de Sucesos, ese año estuvo preñado de malas noticias. Un crimen ocurrido en el Zaidín y del que se ocupó ampliamente El Caso, permitió que a este barrio se le conociera como la 'Ciudad sin Dios ni Ley' ya que por aquellos entonces la inseguridad ciudadana campaba a sus anchas por la barriada, que se había convertido en una zona con cierto tinte marginal donde faltaban escuelas, consultorios médicos y policías. Además de que muchas de sus calles estaban sin asfaltar. En junio, un vecino de este barrio mata a una madre de 39 años y a su hija de 14 a puñaladas en la calle Guatemala, según recordaba Isidro Olgoso en su libro sobre la barriada. Los ataúdes de la madre y la hija fueron llevados a hombros en medio de una impresionante manifestación popular. El Caso lo tituló así: 'La niña que murió en Granada por defender su pureza'. Parece ser que el asesino intentó violar a la niña y al tratar de impedirlo la madre las mató a las dos. Dice Olgoso que se creó tal leyenda negra que hasta los que vivían allí evitaban decir de donde procedían. "Era más difícil ligar siendo del Zaidín que del Camino de Ronda", dice Olgoso. Si de algo sirvió aquel lamentable suceso fue para abrir allí ese mismo año una comisaría de policía.

Los primeros años de los sesenta fueron muy lluviosos. Tanto que a finales de 1962 unas lluvias torrenciales hundieron cientos de cuevas del Barranco de la Zorra y del Abogado. Los hundimientos dejaron de nuevo varios muertos en Granada y centenares de familias sin hogar. En 1963, como veremos en el próximo capítulo, las fuertes lluvias siguiente causando nuevos destrozos en las barriadas trogloditas. El de las cuevas se convierte así en un problema de nunca acabar.

Federico García Lorca con su hermana Concha. Fundación García Lorca Federico García Lorca con su hermana Concha. Fundación García Lorca

Federico García Lorca con su hermana Concha. Fundación García Lorca

En 1962 fallece en accidente de automóvil Concha García Lorca, hermana de Federico García Lorca, cuando se dirigía a Valderrubio. Concha estuvo casada con Manuel Fernández Montesinos médico y político granadino, amigo Federico y de otros artistas e intelectuales del momento. Llegó a ser alcalde de la ciudad tan solo unos meses en 1936. Fue detenido en los primeros días de la guerra civil y fusilado el 16 de agosto. Concha iba con su tío Vicente hacia Valderrubio y al intentar éste esquivar a un motorista que venía de frente, el coche se salió de la carretera. Concha se golpeó la cabeza y murió en el acto.

En México muere ese año Luis López-Dóriga, un ovetense que había pasado gran parte de su vida en Granada, donde fue sacerdote, secretario del arzobispo, deán de la catedral, vicerrector del Seminario Pontificio y responsable del periódico católico La Gaceta del Sur. Creador también del movimiento juvenil Scout de Andalucía y promotor del Patronato de las Casas Baratas. Todo un personaje brillante que además fue uno de los deanes más jóvenes de la historia reciente. Al llegar la II República se presentó a las elecciones por el Partido Radical Socialista. Un cura rojo que tras la Guerra Civil fue excomulgado y se tuvo que exiliar a México, donde murió. En Granada quedó borrado del mapa y de la memoria.

La tristeza nocturna

Entre las visitas ilustres de ese año está la que hizo en febrero el rey Saud de Arabia Saudita. Hizo el recorrido desde el Triunfo a Plaza Nueva en un descapotable. Allí lo esperaba la tuna –que le cantó lo de Clavelitos, clavelitos y después asistió a la actuación de un cuadro flamenco. No le debió sentar bien al monarca árabe tantas emociones musicales porque al día siguiente el responsable del séquito dio una nota en la que decía que su rey estaba enfermo. Antes de irse de Granada hizo un donativo de 300.000 pesetas para la Escuela de Estudios Árabes. Visita corta pero provechosa. También vino ese año el duque de Windsor, al que el alcalde de Granada le enseñó la Capilla Real y le acompañó a la Alhambra.

En 1962 los columnistas de los periódicos locales se quejan de lo triste y muerta que se queda Granada por la noche, "saturada de romanticismo y poesía, pero sin ofrecer nada al que quiera divertirse", dice Salvador Enríquez. "Granada carece de atracciones nocturnas y necesita más propaganda", termina su artículo el citado periodista y autor teatral. Los que opinan en los diarios también se quejan de lo sucio que está el Albaicín y el Sacromonte, cuyas "casas no ven una mano de cal desde que las hicieron" y donde se pueden ver "montones de basura, cacharros rotos, zapatos y ¡hasta animales muertos!".

Ese año nacieron el cantante, guitarrista y gran letrista José Ignacio Lapido, los pintores Valentín Albadíaz y Socram, la cineasta Chus Gutiérrez, el arquitecto Antonio Jiménez Torrecillas (que nos dejaría en 2015), la poeta Aurora Luque y la que fuera durante 15 años directora del Centro José Guerrero, Yolanda Romero. Tampoco fue mala la cosecha del 62.

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