Conducir con los padres como copilotos es algo que todo conductor novel ha realizado en sus primeros viajes con el carnet de conducir recién obtenido. Estos trayectos suelen ser estresantes, y más si el acompañante no deja de mirar y juzgar lo que hacemos. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado cuáles son las sensaciones que se viven en ese momento al volante.

Según el estudio, los jóvenes que conducen bajo la supervisión de sus padres sufren mayores tasas de ansiedad, aunque también tienen una actitud más cuidadosa al volante que refuerza la seguridad.

El estudio, del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada (UGR), ha adaptado al contexto español la Escala Clima Familiar para la Seguridad Vial y la ha aplicado a conductores jóvenes sentados al volante con control parental. El objetivo del estudio ha sido analizar el estilo de conducción de los jóvenes y las modificaciones que sufre cuando lo hacen acompañados de sus padres o madres.

Según el estudio, los jóvenes acompañados de padres con modelos positivos de conducción, que les han dado mensajes explícitos, información y supervisión con límites claros, han desarrollado una conducción más cuidadosa y menos imprudente, agresiva y ansiosa.

El estudio ha mostrado un patrón de resultados similar entre las puntuaciones de los progenitores y el de sus hijos, excepto en la supervisión y el estilo de conducción ansioso.

Además, los investigadores han señalado que los conductores jóvenes noveles perciben de forma negativa un alto nivel de supervisión que les genera emociones negativas mientras conducen, como la ansiedad, y son incapaces de relajarse con actividades destinadas a reducir el estrés mientras conducen.

Pese a que ese control parental se vincula a una mayor ansiedad, también se asocia a una conducción más cuidadosa y segura que convierte al acompañamiento de los padres durante la conducción en un "doble filo" en el que el impacto positivo supera al negativo.

El análisis de los resultados por sexo ha añadido que las madres se perciben a sí mismas, en comparación con los padres, como modelos más positivos para sus hijos al interpretar que apoyan su conducción segura, fomentando la retroalimentación y supervisan más de cerca su conducción.