Lucas Antelo es un granadino, de Santa Fe, que ha tenido que cerrar su empresa de organización de eventos después de 26 años por la crisis del coronavirus. Confinado en su residencia de Playa Granada, en Motril, las preguntas le hierven en la cabeza y ha decidido dar un paso al frente para poner en marcha la Asociación Española de Víctimas del Coronavirus (AEV-Covid19), un proyecto que ha nacido con la intención de aglutinar a todas las asociaciones que se están poniendo en marcha de cara a dar respuestas a todos los afectados por el Covid-19. "Hace falta una línea común de actuación dejando a un lado la política", ha señalado a este periódico Antelo, que pone como ejemplo la agrupación de autónomos recién creada que ha llegado a tener 110.000 seguidores en las redes  sociales "pero que ya se ha politizado y se ha dividido en distintos subgrupos".

La  Asociación Española de Víctimas del Coronavirus está dando sus primeros pasos desde que Antelo, su hermano y un abogado amigo decidieran que el confinamiento puede dar más de sí que atiborrarse a ver series en Netflix. Y en esta primera fase su trabajo se está centrando en reclutar a un grupo de asesores "de primera línea"para comenzar a dar respuestas a todas las preguntas que se acumulan estos días con el decreto del estado de alarma y todas las situaciones inimaginables hace apenas un mes y que ahora ya forman parte del día a día de los ciudadanos.

Lucas Antelo.

Antelo subraya que numerosos gabinetes jurídicos ya se han puesto en contacto con la asociación,  además del interés en el proyecto de profesionales y asesores de Bilbao, Madrid, Barcelona, Sevilla y Granada. Todo con el objetivo de responder a cuestiones que están en la mente de cientos de ciudadanos, como si debe el Estado de hacerse cargo de la incineración de las víctimas del coronavirus, en qué situación quedan los familiares de agentes de las fuerzas de seguridad que han sido contagiados por estos con el Covid-19 o  qué hacer en caso de que una familia quiera sacar al abuelo de la residencia de ancianos. "Vamos a poner en marcha cuatro líneas de trabajo en el ámbito jurídico, laboral, social y psicológico", adelanta Antelo, que pone también el foco en la gente que se está quedando sin recursos y en los autónomos o despedidos "que han visto cómo se han vulnerado sus derechos".

En su opinión, y con la experiencia previa de otras asociaciones a nivel nacional que suelen reclutar en torno al 10% de los afectados, la aspiración está en que la asociación pueda superar los 10.000 socios una vez que los contagios superaron los 100.000 en España hace días. "Esto acaba de nacer pero esperamos estar a pleno rendimientos en los meses de julio y agosto, cuando llegue el shock postraumático, para dar respuesta a todas las preguntas y situaciones que se van a plantear", según ha señalado Antelo.