Los baños reales al desnudo

Las obras de restauración en las cubiertas del 'hamman' descubren técnicas y detalles decorativos originales El proyecto solventará el problema de las filtraciones de agua que siempre han amenazado al edificio

Panorámica del trabajo en las cubiertas de los baños reales.
G. Cappa Granada

20 de febrero 2015 - 01:00

Los Baños Reales del Palacio de Comares, los únicos de estas características que se conservan en todo el Islam, sorprenden hasta en el recubrimiento de sus cubiertas. La intervención que se está realizando en el hamman de la Alhambra ha puesto al descubierto una serie de detalles decorativos y técnicas desconocidas hasta ahora que demuestran que los artesanos nazaríes estaban altamente cualificados. Las obras de restauración tienen como principal objetivo acabar de una vez por todas con las filtraciones de agua que amenazan el edificio, un problema que periódicamente, en cada siglo desde la llegada de los Reyes Católicos, se ha intentado atajar en distintas intervenciones. "Este hallazgo nos va a permitir seguir investigando sobre las técnicas de construcción que se utilizaron en este periodo. Es un problema que acometemos con una visión multidisciplinar y que supone una oportunidad para avanzar en el conocimiento del monumento", explicó ayer María del Mar Villafranca, directora del Patronato de la Alhambra y el Generalife, sobre un proyecto que tiene un plazo de ejecución de 26 meses y un presupuesto de 1,2 millones de euros, que incluye también una intervención en las lucernas para mejorar su protección y favorecer la ventilación controlada del baño.

Las cubiertas de los Baños de Comares están formadas con bóvedas de fábrica de ladrillo, revestidas interiormente con un mortero coloreado que ha sido intervenido a lo largo del tiempo. Estas bóvedas tienen unas lucernas cerámicas cerradas por óculos de vidrio "de ejecución reciente y distinta factura, debido a reparaciones o reposiciones sucesivas", según apunta el arquitecto conservador de la Alhambra, Francisco Lamolda. En la actualidad, los operarios están levantando un material que se colocó en las cubiertas en época de Torres Balbás, el visionario que devolvió a la Alhambra buena parte de su alma original. Es un recubrimiento "muy interesante" pero que sigue dando problemas de humedad, con lo que Pedro Salmerón, el director técnico de la restauración, afirma que al final de todo este proceso quedará una imagen muy parecida a la que tiene actualmente el edificio, pero sin los problemas de conservación que tiene en la actualidad. "Hoy en día es muy difícil volver a revestir los baños con un mortero como el original porque habría que hacer un mantenimiento continuo, habría fugas de agua constantes, así que emplearemos materiales modernos pero preservando todo lo que encontramos, y no solo esto que es de excepcional interés, también otros morteros más corrientes pero también de época medieval", prosiguió el responsable técnico de las obras.

Ya en el interior de los baños llaman la atención una serie de papelitos colgados en la pared, muestras de color realizadas in situ con acuarelas para la reposición de estos acabados. Según el arquitecto granadino, este estudio dará información de mapeo de los diferentes morteros que cubren las bóvedas "teniendo en cuenta los factores de iluminación y horario que van ofreciendo cambios muy marcados a lo largo del día".

Asimismo, para completar el trabajo, se está llevando a cabo un minucioso proceso de documentación que incluye el análisis de las intervenciones de restauración, así como de los materiales y productos de alteración que se utilizaron en épocas anteriores. Además, "el análisis en laboratorio permitirá conocer la idoneidad o no de los materiales utilizados y la época de su aplicación, a través de la comparación y el conocimiento de otros recintos del conjunto monumental y los criterios restauradores de cada periodo", continuó Salmerón.

Una vez que terminen estas obras, el equipo de restauración de la Alhambra comenzará los trabajos en los zócalos para, una vez que los operarios abandonen los Baños Reales, valorar la posibilidad de abrir al público un espacio que, según María del Mar Villafranca, "tiene un valor simbólico similar al que puede tener el Patio de los Leones". De hecho, los propios Reyes Católicos decidieron no alterar este espacio con un espíritu de coleccionismo, "como si fuera una cámara del tesoro". "Han sido muchos años de debate para buscar la mejor manera de trabajar porque no hay un manual de instrucciones, pero creo que ha sido un momento histórico porque hace unos días aparecieron esos revestimientos medievales del que los arqueólogos están tomando nota para ponerlos en relación con otros que pudieran existir en la Alhambra", precisó la directora del recinto nazarí, un monumento del que cuenta la leyenda que guarda un tesoro escondido, en este caso, en el lugar más inimaginable, las cubiertas de los baños reales.

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