Ayer y hoy

El brazo de San Francisco Javier en Granada

  • Patética descripción de la amputación del brazo derecho al santo navarro

  • Temblaron las paredes al meter el cuchillo

  • La reliquia recorrió las calles granadinas en 1922

El brazo de San Francisco Javier  en Granada

El brazo de San Francisco Javier en Granada / J.L.D.

Quedaban aún en Granada los ecos del concurso de Cante Jondo celebrado en la Plaza de los Aljibes de la Alhambra. Y unos meses después otro acontecimiento popular ocupaba las páginas de la prensa local. Llegaba a Granada el brazo incorrupto del santo Francisco Javier nacido en Navarra en 1506. Este jesuita misionero marchó a Goa (costa occidental de la India) a los 35 años y recorrió medio mundo asiático evangelizando y bautizando a miles de nuevos cristianos. Fue canonizado por el papa Gregorio XV en 1622 y con el motivo del tercer centenario la reliquia del santo recorrió media España en olor de multitud.

Reliquia de honda significación para el mundo cristiano porque resultaba ser el brazo y la mano derecha con la que el santo derramaba el agua a los recién bautizados, incorporando a la fe de Cristo a miles y miles de asiáticos. Así se relataba en las crónicas de la época, reinando en España Alfonso XIII.

Pero lo que resultaba realmente patético era la descripción de la traumática amputación del brazo del santo para exhibirlo como santa reliquia por el mundo entero. Nos llega el texto que escribió el jesuita Jean Marie Barthe, obispo de Trichinópoly (India), en el que dice que, siendo el padre Claudio Aquaviva General de la Compañía de Jesús, solicitó que se enviara a Roma una reliquia del santo; y no se pensó en otra mejor que en aquella mano que a tantos bautizó.

Peregrinación al castillo de Javier (Javierada) Peregrinación al castillo de Javier (Javierada)

Peregrinación al castillo de Javier (Javierada)

El problema era ahora cómo le cortamos un brazo al cadáver sin provocar escándalo. Así se relata el escalofriante asunto de forma literal: “Por disimular más, sin dar noticia a ninguno, hicieron pasar el cuerpo de la iglesia a una capilla secreta con el pretexto de mejorarle la urna. Lo colocaron entre candeleros de plata y velas encendidas, cerrando las puertas de la capilla, con orden de juntarse a la media noche seis Padres y un Hermano, con una fuente de plata, una toalla y un cuchillo para cortar el brazo. Mas, ¡oh caso raro! Apenas entraron y cerraron sobre sí la puerta, cuando empezó a temblar la capilla, y mucho más los Padres que estaban de rodillas delante del santo Apóstol, sin acertar a decir, aunque lo discurrían, que aquel temblor era mostrar Dios que no gustaba se dividiese el brazo del cuerpo...

La reliquia del santo por las calles de Granada La reliquia del santo por las calles de Granada

La reliquia del santo por las calles de Granada

Pasado el primer temblor se acercaron para la ejecución y repararon que temblaron las paredes de la capilla como si quisieran venirse abajo. Y más asustados, en recobrándose, empezaron a decir que parecía no ser general el temblor, sino sólo de la capilla, y parecía querer Dios mostrar con él que no gustaba se dividiese aquella parte de su todo. Estando en este discurso, sucedió un tercer temblor tan grande que, asustados y temerosos, pensando que se caía sobre ellos la capilla, se salieron al tránsito, sin aliento y casi sin sentido… Hecha esta plática, obedeció el Santo; y sin temblor ni embarazo, llegaron al cuerpo, levantaron el brazo, que estaba tan flexible como si estuviera vivo, y metiendo el cuchillo, corrió tanta cantidad de sangre que bañó toda la toalla… Todos los seis Padres que se hallaron presentes en esta amputación, murieron dentro de seis meses…”.

El brazo llegó a Granada en octubre de 1922 en una urna y tras una misa solemne en la Iglesia del Sagrado Corazón de la Gran Vía, recorrió las calles céntricas en una multitudinaria procesión presidida por el arzobispo Vicente Casanova, con el alcalde Gil de Gibaja, el rector de la Universidad Eloy Señán y toda una larguísima comitiva que recorrió la Gran Vía, calle Reyes Católicos hasta la catedral a los sones de la Banda Municipal, dirigida por el maestro Montero. Al día siguiente el brazo salió de la Estación de Andaluces en el tren Correo de las 13 horas con dirección a Ciudad Real; eso era cuando en Granada había trenes (1922) aunque fuera para transportar brazos de santos.

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