La brecha local de Cs se intensifica: desautorizaciones para hablar y la Alcaldía de Granada encomendada a Madrid y Sevilla
Crisis municipal
La nacional de Ciudadanos, que decidirá junto a la dirección andaluza, cierra filas en torno a la continuidad de Luis Salvador como regidor
El alcalde desautoriza al edil Manuel Olivares como portavoz naranja sobre esta polémica: "Soy la única voz autorizada"
Granada/Granada, tierra soñada por mí... Pero si Madrid y Sevilla lo permiten, claro. Algo así podría servir como resumen de la historia que arrastra el Ayuntamiento de la capital desde hace dos años. Y es que, si la formación del bipartito tras las elecciones de mayo de 2019 fue fruto de las negociaciones que las direcciones nacionales y regionales de PP y Cs llevaron a cabo, lo que presumiblemente será el fin de la era Salvador también está supeditado a lo que digan, otra vez, Madrid y Sevilla, tal y como confirmaron ayer tanto el concejal de Cs Manuel Olivares, como el propio alcalde Luis Salvador. Eso sí, en esta ocasión hay más peros que hace dos años, más batallas internas dentro de los propios partidos y también un concejal expopular que ahora es no adscrito y que está dispuesto a todo –hasta hacer que el socialista Paco Cuenca se cuelgue el collar de regidor– por tal de acabar con una Alcaldía de Luis Salvador a la que la líder naranja a nivel nacional, Inés Arrimadas, no está dispuesta a renunciar, al menos de momento.
Si el viernes Luis Salvador se atornillaba al sillón de mando tras presentarse por sorpresa en la reunión mantenida entre representantes de PP y Cs, tras la crisis generada unos días antes por el ya expopular Sebastián Pérez, este lunes el portavoz del grupo municipal de Ciudadanos (Cs) en el Ayuntamiento de la capital, Manuel Olivares, pasaba la bola al tejado de las direcciones nacional y regional de su partido para la decisión final sobre ello.
Olivares coincidía ello con Luis Salvador, que habló una hora después, pero que no dudo en dejar patentes las desavenencias que tiene con su compañero de partido –estas se intensificaron sobre todo tras la salida de Cs de Fran Hervías, al que siempre ha sido afín Olivares, y su paso a las filas populares– hasta el punto de desautorizarlo a hablar en nombre de la formación naranja respecto a este asunto.
"Soy el único portavoz autorizado en Cs", dijo el alcalde. "No hay ningún portavoz más que pueda hablar en nombre de Cs sobre este tema", sentenció, en alusión a los comentarios públicos de Olivares, que había comentado que la reunión que representantes de PP y Cs mantuvieron el pasado viernes en el Hotel Victoria "lógicamente" se mantuvo porque "así lo solicitó la dirección provincial del PP" y, pese a que descartó exponer las líneas básicas del encuentro, sí se comprometió a comentar los pasos en firme que se fueran dando. Algo que dependería, y en ello sí que coinciden, de las direcciones andaluza y nacional.
Así, Salvador aseguró que "igual que en su momento el acuerdo de gobierno a cuatro años para Granada fue nacional", no le corresponde "solo" a él tomar la decisión sobre lo que ocurra ahora, siendo la dirección regional y nacional de su partido que son "los que tienen que tomar la decisión definitiva". Esto, según el alcalde, también se debe a que esa decisión también marcará el devenir de otras cuestiones, como la representatividad de Cs en la Junta de Portavoces de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP). Y Madrid se pronunció al respecto para cerrar filas entorno al actual alcalde.
"He escuchado el discurso en de investidura de alcalde de nuestro compañero Luis Salvador, y el portavoz del PP dijo que era un alcalde para cuatro años. Me remito a sus palabras", dijo en un acto en la capital andaluza la líder nacional de Cs, Inés Arrimadas, que mantuvo que "en Ciudadanos estamos en la estabilidad, en el trabajo y en la responsabilidad de seguir gobernando dos años más".
Sin embargo, la formación naranja a nivel andaluz ya habría recibido un toque de atención por parte de sus socios de gobierno en la Junta, pues hay quienes sostienen que ya se han producido contactos entre el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, y el vicepresidente y líder andaluz de Cs, Juan Marín, para buscarle una salida a Salvador.
De momento, el regidor se mantiene en sus trece e incluso se aferra al Pacto Antitransfuguismo para "bloquear" a Sebastián Pérez: "Hay una persona que está chantajeando para intentar que la ciudad cambie el rumbo que en este momento lleva", aseguró, tras lo que se mostró convencido de que la dirección nacional del PSOE no autorizaría "un pacto con un tránsfuga" o hacer otras cosas que conllevan "muchísimos riesgos".
Pero ya se sabe que, en política, todo puede cambiar de un momento a otro y más dadas las circunstancias y las alianzas internas entre los partidos.
Con todo supeditado a lo que vaya ocurriendo en los próximos días, lo que sí sabe Granada Hoy es que en caso de que finalmente Luis Salvador diera un paso al lado y se apartase de la Alcaldía, Sebastián Pérez, que hace dos años se quedó sin darle al botón de encendido del Corpus como alcalde, pero que ahora se ha encargado de pulsar el encendido para que estalle el actual gobierno del bipartito, preguntará quién es el candidato que se propondrá en el pleno de investidura. Si los populares mantienen al concejal Luis González como su apuesta para asumir el mando, Pérez se abstendría en la votación –haría que las izquierdas, que propondrían a Paco Cuenca, tuviesen mayoría y el socialista fuera elegido regidor–, pues solo daría su voto a favor si el candidato es el edil del PP Francisco Fuentes.
Hay quienes dicen que la historia está condenada a repetirse y, casi como si de un déjà vu se tratase, salvando las distancias, todo sea dicho, la situación parece abocada a revivir aquello que ocurrió en 2016 cuando Torres Hurtado dimitía como alcalde tras estallar el caso Nazarí, pero llevándose por delante a Sebastián Pérez, entonces teniente alcalde, y siendo Paco Cuenca el que acababa sentándose en el sillón de regente los dos últimos años de mandato. Ahora no hay esposas de por medio, pero sí que el escenario puede volver a dejar a Cuenca luciendo el traje de alcalde, mientras que esta vez Pérez, que fue el damnificado en 2016, es quien termina la función "muriendo matando". Habrá que esperar, pues el plazo dado por Sebastián Pérez es de un mes y una semana –era de mes y medio pero ya han pasado siete días–, así que, mientras tanto... Que continúe el espectáculo.
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