El parqué
Rojo generalizado
Entre el litoral granadino y Sierra Nevada se encuentra la Sierra de Lújar, epicentro de las comarcas del Valle de Lecrín, Alpujarra y Costa y que esconde en su interior una de las historias mineras más sorprendentes.
Restaurada hace no mucho tiempo, la ruta que separa el municipio de Órgiva con el Mirador de Sierra Lújar da a entender cómo el lugar es destino preferido de muchos senderistas. Es un camino nada fácil de atravesar y que antiguamente utilizaban a diario los mineros de Órgiva para ir a trabajar a las minas de Sierra de Lújar, de las que se extraía plomo y plata y de las que el Ayuntamiento de Órgiva ha querido conservar como parte de la historia del municipio.
El 60% de la Sierra de Lújar pertenece a Órgiva, un lugar en el que existían minas de plomo y florita, en las cuales llegaron a trabajar hasta 300 personas, muchas de las cuales habitaban en Órgiva. Este municipio tenía entonces unos 9.000 habitantes (actualmente tiene casi 6.000), cifra que se vio incrementada por las familias que se trasladaban para trabajar en sus minas y en las del Conjuro.
Un recorrido que no se ha querido dejar en el olvido y que hoy es utilizado por numerosos turistas. A lo largo de estos senderos, que también se pueden cubrir en coche, hay paneles informativos que cuentan detalles del mundo de la minería así como la vida de quienes trabajaban en Sierra de Lújar.
Las vistas que se pueden divisar desde este mirador dejan impresionado a cualquiera. Desde lo más alto, superando los 1.200 metros de altura, se puede ver al norte el macizo de Sierra Nevada, al sur el mar con el horizonte que separa los continentes África y Europa, al oeste las dos presas de Béznar y Rules, Pinos del Valle y Padul y al este la Sierra de la Contraviesa. Además desde allí y gracias a los paneles informativos, el visitante se hace una idea exacta de la ubicación de los municipios que adornan las faldas de Sierra Nevada.
La alcaldesa de Órgiva, Mari Ángeles Blanco, asegura que la intención del Ayuntamiento es la de seguir trabajando por mantener viva la historia de esta zona tan rica históricamente.
Los paneles recuerdan al visitante que la forma de explotación se hacía por el método de cámaras y pilares, esto es, se saca el mineral formando amplias cámaras y se dejan pilares que sirven de sustento al techo para evitar un hundimiento. Así, se aprovecha del 80 al 85% de cada bloque mineralizado. En la actualidad, la perforación se efectúa con perforadores manuales neumáticos y el transporte del mineral se lleva mediante camiones.
Antiguamente este transporte se efectuaba con mulas y cable. En total existen 145 kilómetros de galerías y unos 50 socavones, la mayoría unidas unas a otras por galerías y pozos. Las extracciones principales han sido del mineral de plomo, plata y fluorita.
Según cuenta la historia, la explotación minera de la Sierra de Lújar data de tiempos inmemoriales. Los helenos fueron los primeros fundadores de varias colonias de interés minero y, entre las principales, la Sierra de Lújar. También es sabido que los cartagineses explotaron minas de plomo en esta sierra alpujarreña y, posteriormente, la romanización trajo consigo el florecimiento de la industria minera, introduciendo singulares tecnologías de arranque y profundización.
Destaca la fortificación de galerías que poseían, construyendo muros de construcción y bóvedas en piedra seca, algunas de las cuales han resistido hasta la actualidad. Este modo de entibación se continuaría hasta bien entrado el siglo XIX.
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