Casino de Granada

“Había ganas de que en Granada hubiera casino”

  • El director Javier Fernández resalta que son los primeros que no quieren que la gente "venga a generarse un problema"

Una mesa de póker caribeño del casino granadino

Una mesa de póker caribeño del casino granadino / Carlos Gil

Javier Fernández es el director del Casino Admiral Granada. Cuando tomó este proyecto entre manos venía de pasar una larga temporada en Perú, donde "no te puedes imaginar lo que se juega". En esta nueva aventura valora los primeros pasos de un tipo de ocio adulto que no se ve de hace casi un siglo.

–¿Cómo están siendo los primeros días?

–La apertura ha sido espectacular. Los primeros días de apertura han tenido una media de 300 visitas. Hay que tener en cuenta que hemos hecho un soft opening, no hemos hecho comunicación por el tema de que todo el equipo somos nuevos. Tenemos que tener un rodaje previo antes de que esto empiece a funcionar. Creo que había muchas ganas de que en Granada hubiera casino y se está notando.

–¿Toda esa gente ha venido a jugar o a curiosear?

–Hemos tenido de todo. Gente que ha venido a jugar porque le apetecía mucho probar los juegos tradicionales de casino, las americanas, el blackjack, y demás, y otra gente que ha venido a ver qué es este casino, si es bonito o cómo ha quedado. Hemos tenido de todo.

–Y los que vienen, ¿ a qué juegan?

–Ahora estamos teniendo mucha afluencia en las mesas de juego, la ruleta americana, el blackjack y el poker caribeño, también el de círculo, el Hold’Em. Tenemos otra modalidad de Texas que se llama Omaha Plo, que es muy similar pero con cuatro cartas. Estamos abriendo la mesa a diario desde las cuatro de la tarde. Las máquinas, poquito a poco vamos a empezar a funcionar mejor.

–¿Cuánta afluencia de público puede soportar el casino?

–Entre las dos plantas, la sala de espectáculos que está arriba y la de juegos, tenemos un aforo de aproximadamente unas 1.900 personas, quizás algo más.

–¿Qué acciones tiene el casino para prevenir o detectar comportamientos ludópatas?

–Cumplimos la normativa a rajatabla. Aquí no te encuentras a una persona menor de edad como desgraciadamente sucede en otros recintos o locales destinados al juego. Todo el mundo entra tiene que ser identificado. Si alguna persona está incluida en el registro de prohibidos, automáticamente nos salta una alerta y no permitimos el acceso a la sala de esa persona.

–¿Y acciones de concienciación?

–El otro día Ignacio Velayos, que es nuestro responsable de marketing, tuvo una reunión con una asociación de ludopatía. Vamos a trabajar con ellos. Somos los primeros en que la gente venga a pasárselo bien y no venga a generarse un problema. Si vemos a alguien que está sobrepasando sus límites, nos acercamos y hablamos con ella para que se tranquilice. Pero no suele pasar.

–¿Cómo les recibieron?

–Somos el diablo para ellos. El primer contacto que tuvimos fue distante, nos ven como el enemigo. Cuando empezamos a conversar con ellos les explicamos cómo trabajamos, nuestras medidas para el acceso a la sala, y vieron que somos los primeros interesados. Creo que acabamos las conversaciones muy bien y estamos dispuestos a colaborar con ellos en las cosas que nos puedan solicitar. No somos como otros locales de juego, nosotros lo tenemos todo regulado.

–¿Cuánta gente emplean?

–Son 121 directos, e indirectos, entre proveedores de alimentos y bebidas, los que nos han servido la decoración, los que vienen de Estados Unidos que nos dan el material de juego, de Inglaterra los uniformes, la papelería. Tenemos muchos.

–¿En qué repercute en la economía granadina tener un casino?

–Especialmente, las empresas de Granada que nos proveen está generando mucho volumen. Pero nuestra misión es ser un referente de ocio en la ciudad.

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